Capítulo 27

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Kadar tomó una daga antes de sujetar mis manos, su rostro era la viva encarnación de la lascivia, el deseo estaba apoderado de el.

—¿Sabes que los bosques dejarán de existir definitivamente? Si muero aquí en mi terminará todo, incluso hasta tu morirás.—dije asustada.

—¿Quien dijo que te mataría? Debo extraer tus lágrimas querida, además tu sangre, tu exquisita sangre me dará poder, una sola gota me dará suficiente horas de fuerza, tomare cada sustancia de ti, no sin antes tener un heredero tuyo. —contestó.

Intente zafarse de sus manos pero las cadenas alrededor de mi cuello y manos se tensaron sobre mi haciéndome caer de rodillas, Kadar corto mi dedo índice y lo dejo gotear sobre una copa, sus ojos llameaban con intensidad.

Bebió el contenido de la copa y comenzó a temblar, estaba eufórico, pude sentir como de su cuerpo emanaba un poder inigualable, temí pensando que Ackley se acercaría aquí.

—Te daré todo lo que deseas sin negarme, si me prometes que no herirás a quienes amo.—pedí pensando en mi hermana, todos los aldea y en mi esposo.

Kadar dobló sus piernas para quedar a mi altura, sujeto mi cabello haciéndome que le mirara.

—¿Porque habría de hacer tratos contigo ? No estas en condición, eres una maldita encadenada, una bruja que controla la naturaleza, y nosotros los druidas solo nos queda vigilancia, pero no, gracias a que alguien decidió experimentar con sus lágrimas y si gre descubrimos que podemos hacer, lo fuerte que nos volvemos, así que no cuentes con que haré trato contigo.—respondió.

Mire alrededor de todo, no había nada con lo que podría ayudarme, me sentí impotente, lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas e inmediatamente fui levantada, una joven me sujeto por el cuello y un chico de algunos quince tomo un frasco recogiendo mis lágrimas, intente moverme para evitar el contacto pero recibí una bofetada.

—No te muevas sino quieres salir herida.—sugirió Kadar.

Los jóvenes me miraron con pena, bajaron su rostro mientras seguían las ordenes de su líder, pude notar que las cosas no iban bien entre ellos. Kadar recibió un druida adulto y salio junto a el.

—No nos gusta que maltraten las personas, en especial las Madre-Selva, son diosas a las que los druidas adultos llaman brujas, lo siento mucho pero por favor no le lleve la contraria, en lo que su pueblo viene a ayudarla mantenganse al margen.
—dijo la chica.

Cada día escuchaba algo nuevo ¿diosas? Nunca me compraría con Dios, el ser supremo de todos, pero tenía lógica, tenia en mis manos el poder o parte de él de la naturaleza, debía de cuidar y dar vida no destruir, cosa que estaban haciendo los druidas.

—Tenga tome esto, le ayudará a recuperar fuerzas.—El joven acercó una botella a mis labios.

Gire mi cabeza evitando el contacto, tenia miedo fuese una trampa y me quisieran envenenar.

—Me llamo Audrey, no te daré algo te perjudique, quiero lo mismo que su pueblo, por favor tómese lo que le da mi hermano.—suplico.

Comencé a dejar de sentir tensión y a confiar en los chicos, tome lo que me daban, el sabor al principio era amargo y cambio bruscamente a salado y finalmente dulce, instantáneamente deje de sentir el agotamiento que sentía y se sello la herida de mi dedo.

—¿Que me han dado? —pregunté.

—Es una posima que creó el ultimo antes de escaparse, sabía que esto sucedería, sus profecías siempre se cumplen, aunque a veces las cosas varían, la pócima está hecha de sus lágrimas y esencia de lavanda con cristal de diamantes. —expreso el hermano de Audrey.

¿Podría confiar en lo que me decían los jóvenes? Hasta ahora era lo único que tenía a mano, sentí una brisa fría recorrer todo mi cuerpo, comencé a mirar a todos lados en busca de donde provenía, sentí una esperanza florecer en mi, mis ojos buscaban en todos lados, la amplia habitación estaba forrada por todos lados, no tenia vista hacia afuera, hasta que me percate de una pequeña abertura en una esquina.

Trate de agudizar mi vista para enfocar lo que había afuera, la brisa se seguía filtrando, ese viento era peculiar de Ackley, sentí sus emociones, su ira, miedo todo mezclado, cerré mis ojos y trate de enfocar mis pensamientos, quería transmitirle que estaba bien, que no se precipitara, no se si funciono pero pude sentir como el viento me transmitía intriga.

Me percate que por la brecha podía observar algunos matorrales, de algunas sobresalían lianas, al fin había encontrado un modo de escape o al menos un plan, intente controlarlas para ver si funcionaba, una pequeña ramita se introdujo por la abertura, me sentí sofocada pero había funcionado, si no agotaba toda mi energía haría que los árboles embistieran y hicieran colapsar las paredes.

Solo quedaba esperar...



"Está historia tiene pocos lectores, puede que los perdiera a causa de dejar de actualizar, pero creo que se me hizo algo difícil está misma, al fin la retomé, si existe algún lector por aquí te quiero dar las gracias por ser paciente, prometo actualizar constantemente."

NeviahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora