8

5.8K 399 31
                                    

El primer día de la boda tuvo lugar la ceremonia en sí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El primer día de la boda tuvo lugar la ceremonia en sí. Hicimos una ofrenda a Frigg, degollando una cabra en su honor, para atraer sobre nosotros el bienestar, la fertilidad y una convivencia pacífica.

Mi padre insistió en sacrificar una vaca de cuernos dorados para una diosa menor, Var, que escucha y promueve las promesas.
Además de tratar de lograr la consagración por el martillo de Thor, ocultando un martillo en el lecho nupcial para asegurar la fecundidad.

Esto hacía que Ivar se sintiese cada vez más incómodo, temía que se echase atrás, por eso le di la mano mientras mi padre pronunciaba el discurso. Por fin vi aquellos ojos azules y le sonreí dispuesta a transmitir que todo iba bien.
Intercambiamos unos votos vacíos, yo le entregué un puñal con nuestras iniciales grabadas y él un collar en forma de dos cuervos.

Mi padre abrió el banquete nupcial, los brindis se dirigieron en primer lugar a los dioses ( Odín, Thor, Njörd, Frey y "todos los dioses"...) y luego a los grandes antepasados, donde no pudo faltar Ragnar.

Antes de empezar juramos no tener en cuenta las palabras que se dijeran.

Empezamos a comer y a beber sin medida, como la novia, no podía quedarme atrás y a penas recuerdo detalles de aquella noche.

Creo que hice malabares, o al menos lo intenté. Puede que me sobrepasara un poco insinuándome a un árbol. Y tuvieron que apartar a Hvitserk de mí en un par de ocasiones.

Llegó un momento en el que a Ivar y a mí nos acompañaron al lecho nupcial.

De pronto estaba a solas con él, tal y como llevaba todo el día soñando.

-¿A qué esperas?- reí tumbada en la cama viendo cómo Ivar se quedaba ahí parado.

-Hay algo que no te he contado...- dejó la muleta en el suelo y se sentó en el borde.- Yo nunca...

-Yo tampoco, bobo.- dije besando su cuello con ternura.

-No lo entiendes ¡no puedo!-gritó furioso.- Jamás podré darte hijos, has elegido un mal esposo, no importa cuanto reces.

-Joder...- habría agradecido que esto se me hubiese mencionado antes.- Los críos están sobrevalorados.- dije apoyada en su hombro.-Te amo y no me importa lo que se espere del hijo de Ragnar, ni siquiera me importa que tengas fallos porque para mí son hermosos...- le abracé hasta notar que se había calmado.- Sigue siendo nuestra noche de bodas.- ambos sonreímos.

VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora