Habilidades innatas... y otras no tanto

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La chica con la que había discutido un poco antes, era Irona Lordiiv Hermet (II) Hija de un noble del reino, ella era la más sobresaliente del salón, el grupo alrededor se suponía que era un séquito de seguidoras o "fans" para algunos, pero ella ni siquiera sabía de su existencia, y si se lo decían, lo ignoraba totalmente, en sus palabras eran demasiado mezquinos(as) para estar junto a ella, pero les permitía su "libre opinión", aun cuando esta era contradictoria.

Era una joven genio en el arte de transmutación, la espada y cualquier arte en batalla o magia que le interesara, pero solo podía dominar una por una y no tantas, dejándose ver sorprendida por la demostración de Azrael (Jezabel) no lo dejaba ver, pero por dentro sentía una curiosidad extrema ante la forma en la que el uso 3 principios, elementos y el poder que demostró, aunque su curiosidad por aprender era aun más extrema de lo normal.

— ¡Por favor, le pagare lo que sea!, ¡puedo pedirle a mi padre el vender su tesoro, pero por favor, enséñeme a controlar más artes como las de usted!

Una que incluso superaba cualquier noble de ahí o de cualquier lugar.

— ¿Y dejar que el reino se vaya a la bancarrota de golpe? — pregunto el profesor terminada su clase de principios de los druidas del bosque (algo que él había obtenido de su ejército)

— Puedo recuperarla con préstamos, tenemos muchos quienes nos deben fortunas, podríamos...

El alzo la mano señalando que se detuviera.

— Detente, cualquier maestro aceptaría esa oferta, pero yo pienso en los daños colaterales, por ejemplo, acepto el dinero y fortuna de la que hablas, te enseño todo lo que se y sin importarme la seguridad de los demás ni la tuya, en un momento exageraras, tu poder se saldría de control, por lo que note en nuestro primer día, sabes medirlo, pero si lo usas de golpe explotarías, matarías todo en un radio aproximado de 3 kilómetros y no estoy exagerando, tu padre me echaría la culpa de tu muerte, su depresión es tal que muere de soledad, la gente se quedaría pobre, me mataría por órdenes del reino para calmar a la gente, pero eso no solucionaría nada, muchos otros nobles pelearían por la fortuna de tu padre, harían escaramuzas, pequeñas pero importantes, el país se vería sumido en una guerra civil y otros países se sumarían imponiendo su ley por sobre este propio y débil país, así que te pregunto, ¿quieres que se vaya a la bancarrota el país solo por tu propio egoísmo de "todo para mí"?

Ella no respondió, sabía que había unas vueltas, pero que en la mayoría estaría correcto, ella desvió la mirada, sintiendo algo en su pecho, era la primera vez que le decían no a algo que ella pedía, y más cuando tenían razón en ello.

— Perdón, es solo que mi curiosidad es mucha... siempre estoy buscando algo en que medir mi poder

Sintió un golpe en la cabeza, ella miro enfrente, tenía un libro en la cara, era uno que nunca había visto, de color verde musgo, con la pasta negra escrito en letras cursivas y demasiado fina la escritura.

— Eso no es del todo malo, solo aprende como medirlo como lo has hecho, este libro te ayudara, es un libro de meditación de un antiguo y olvidado maestro, una vez que realmente se note que sabes cómo controlarlo te enseñare lo que quieres, mientras tanto, no me molestes, estoy hablando con tu compañera

Irona quería sonreír, pero solo dio media vuelta y se fue tranquila aunque emocionada por dentro.

» Bien, ¿en dónde estábamos? — pregunto Azrael mirando al dar una vuelta

Noto que la chica miraba la puerta hacia donde la otra chica se había ido.

»¿Pasa algo?

— ¿Eh? Ha... No, es solo que, es la primera vez que veo a Irona soportar sonreír

El Rey Demonio necesita vacaciones (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora