Sinfonía de destrucción (2)

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—Esto es molesto....

Las luces y fuegos especiales más llamativos que de costumbre brillan más fuerte que en la noche, cuando explotan dejan papeles volando con panfletos y anuncios de los productos que se están dando, algunos explotan y después, segundos fuegos pirotécnicos vuelan dejando estelas de luces de varios colores, formando figuras en el cielo como si fuese un papel en blanco para líneas temporales y anunciado alguna competición que empieza o el horario de algunas otras, la gente entraba mientras sus miradas parecían analizar cada estante y sitio de venta de armas, comida y funciones para niños, todo repartido en áreas específicas y apresuradamente arregladas y puestas como un tetris.

»Realmente es molesto, tanto que logra darme un dolor aún más fuerte que el más grande golpe que he recibido de algún héroe

Los carruajes llamativos de los grandes y poderosos no esperaron su entrar, parecían querer ser los primeros ya que parecía tráfico de ciudad en hora pico, inclusive algunos caballos relinchaban escandalosamente haciéndolo parecer uno, además de ser los más llamativos, algunos como vehículos de madera tallada como su fuese una escultura móvil, algunos con detalles bañados en poco oro y otras cosas brillantes, inclusive otros como si fuesen casas rodantes pero más rustico y más espacioso que uno.

—En serio, parece que quieren competir en quien le robaran primero— dijo un soldado de Yireila

—Nuestro carruaje en donde vino nuestro representante del rey es de guerra... no estamos muy acomodados como ellos ya que necesitamos materiales... pero no dejo de impresionarme por ello— dijo otro soldado haciendo guardia junto al primero

Lo hacían por turnos para cada una de las cuatro unidades que ese reino había traído por seguridad, los demás hicieron lo mismo, y cada turno habían 20 soldados en las 3 entradas a la academia que el día anterior se tuvieron que hacer con prisas.

—Deberían agradecer que aunque este reino sea una completa mierda tiene a los mejores guardaespaldas que puede haber

— ¿No te mordiste la lengua?

—Hablo de los Himikake... o bueno ese clan extinto, me sorprende mucho que esas bestias acepten estar bajo las órdenes del rey

—Escuche rumores que realmente están bajo las ordenes de la hija del marques

— ¿Tanto así? Acaso no saben controlar quien tiene que tener el poder

Pero de la nada sintió un aura asesina detrás de él, no quiso voltear, sabía que si lo hacia su cabeza podría estar a sus pies enseguida, la sombra y sentimiento abandonaron el lugar dejándole claro que no hablara de más.

—Creo que es mejor decir esas cosas cuando termine esto

Su compañero no dijo nada y solo asintió.

El reino donde venía Gladstorn (uno de los embajadores) tenía mayormente dos puestos principales, uno era la caballería, pero quien más llamaba la atención era el segundo puesto, eran los puestos ofrecían carne recién cazada de diferentes animales de la región de dónde provenían, si era de Bareyle realmente tenías que conseguirlo a como dé lugar, la carne era jugosa, algo agria, pero si se cocinaba a la perfección inclusive aunque no tan bien, podía ser del deleite para los gustos exigentes, provenientes de animales y aves rapaces de las que su caza era controlada y era como si fuesen ganado, salvo las salvajes, algunas usadas como ayuda de pesca o caza o compañía, otras carnes más exóticas y caras como la del "Vrague del Demonio" una especie de toro de piel negra con manchas blancas y cuernos chuecos, distorsionados, la piel áspera como de jabalí, pezuñas angostas de 4 cm de grosor, podían tomar forma para atacar o defenderse, de ojos filosos y furiosos y de una muy fuerte patada y embestida ya que era demasiado territorial.

El Rey Demonio necesita vacaciones (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora