6. Paseo nocturno.

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Alaska

— Hola, ¿se encuentra Alaska?—escucho a un chico en la puerta cuando mi madre va a abrirla.

— Sí, ¿quién eres?

— Aaron Chase, soy amigo de su hija—cierro mi libro de cálculos y detengo la música de la cocina para levantarme cuando mi madre vuelve a hablar.

— ¡Alaska! ¡tu amigo guapo te busca!—quiero ahorcar a mi madre cuando dice eso.

Salgo de la cocina algo apenada y miro a mi amigo con una sonrisa, mi madre lo mira encantada y sube de nuevo a su estudio. Aaron no cierra la puerta y se limita a quedarse parado.

— ¿Pasó algo? Ya son las nueve de la noche—respondo mirando el reloj de la sala, la verdad es que todo estaba oscuro, sin embargo ahora que había llegado Aaron, se sentía menos frío en la casa, era realmente extraño.

— Lo sé, pero hace exactamente una semana que llegaron a Whittier y sé que no ha sido fácil para ti tanto lidiar con las clases de la universidad como lidiar con Adam y sus actitudes groseras, por eso vine aquí a ofrecerte ¡un paseo nocturno turístico!

— ¿Turístico?—lanzo una carcajada y tomo del perchero uno de mis abrigos para salir.

— Claro, apuesto a que todavía no sabes mucho y yo puedo contarte muchísimas cosas del lugar donde vivimos, así no te sentirás tan perdida. Además la próxima semana comienzan las fiestas de la universidad, se vuelve algo loco y divertido.

Cierro la puerta tras de mí y Aaron me conduce por el vecindario con calma y seguridad. La verdad es que con todos los trabajos que me han dejado, ni siquiera he podido platicar a fondo con mis compañeros de carrera. igual, la mayoría son hombres y no se encuentran mujeres prácticamente, solo hago tarea y regreso a casa. La verdad es que no me quejo, así me evitaba de encontrarme con Adam, ya que éste se la pasaba con mi hermano en distintos lugares.

Llegamos a las avenidas grandes que se encontraban iluminadas por muchísimas luces junto a edificios y locales de igual forma, por la seguridad que tenían en este lugar, podías ir a cualquier lugar sin preocuparte de que te robaran o hicieran algo.

— Pues esta es la avenida principal, aunque tal vez te gustaría escuchar más acerca de la historia de Whittier—asiento—, bueno, dicen que este pueblo se formó desde una sola familia, y de ahí han sido los gobernantes hasta entonces, la familia Hunter se ha mantenido desde entonces en el poder. Hacen muy bien su trabajo y Adam lo hará también en su momento. Aunque hay algunas leyendas que dicen que los gobernantes les encantaba tener lobos y lograron domesticarlos para proteger las afueras del pueblo.

— ¿Afueras del pueblo?

— Sí, se nos considera dueños naturales de muchísimas hectáreas alrededor del pueblo, de hecho podemos tener acceso con permisos especiales—llegamos a la zona universitaria y aquí hay más gente—. Ahora se calcula que somos más de 600 personas en total, la población está creciendo algo rápido y a los gobernantes no les gusta mucho, somos de carácter reservado todos por aquí.

— ¿Dónde está la residencia?—pregunto cuando llegamos a una clase de campo que permitía ver una zona más alta y la otra para llegar a la parte donde estaba un puerto enorme.

— Eso es más arriba, de hecho, ¿miras ese edificio? Ahí viven muchas personas que son de la residencia, incluso una gran parte de los universitarios vive ahí. Pero ya sabes, aún no puedes acceder a esa zona.

— De acuerdo... entonces, ¿Adam será el próximo gobernante por aquí?

— En algunos años, sí. De momento no tienes que preocuparte por ello, ¿quieres ver carreras de botes de madera? Siempre lo organizan y es muy entretenido.

Asiento y comenzamos a caminar por un enorme puente que nos conectaba a una parte de playa y el puerto. Había como unas 40 personas alrededor de la orilla manejando botes a control remoto que reían sin parar, se les veía muy felices.

— ¿Tienes novio?

— ¿Qué?—pregunto sonrojada y en serio sorprendida por su pregunta, no me estaba esperando eso— ¿por qué la pregunta?

— Porque es natural que una chica nueva se fije en los chicos del pueblo pero tú no muestras interés por nadie, más aparte que no me has querido hablar de nada sobre tu anterior vida, así que asumo que no hay nadie, ¿me equivoco?

— No, realmente no hay nadie que me interese o con quien mantenga algo ahora. ¿Y qué hay de ti?

— Bueno, en Whittier dicen que si podemos abrirnos horizontes, será mejor, así que a veces salgo de viaje a otras partes para conocer a alguna chica y regresar aquí pues... con ella. Pero no la encuentro.

— ¿A quién?

— A la indicada, a mi media naranja, mi complemento, mi compañera, mi amor, mi... mate.

— Tu... ¿qué?—hablo completamente confundida y él se ríe por mi rostro.

— Mi mate, es como un coloquialismo que tenemos aquí, investígalo, Alaska.

— Tienen una extraña manera de hablar por aquí...

Seguimos observando las carreras que hace la gente por un rato más mientras nos sentamos en la arena fría, no sentí pasar tanto tiempo hasta que alguien habló con una voz dura. El muelle se estaba vaciando.

— ¿Qué hacen aquí?—Aaron se levanta inmediatamente y sacude la arena de su ropa, yo lo imito a un ritmo más tranquilo.

— La verdad no vi el tiempo pasar, perdón—responde mi amigo con la mirada ligeramente agachada.

— ¿Por qué te disculpas? Simplemente salimos y ya, no te debemos explicaciones, Adam—respondo enojada y él solo rueda los ojos.

— Pues ya es tarde y tú eres una estudiante, mañana tienes clases, así que mejor regresa a casa, Aaron te va a acompañar, me imagino.

— Sí, lo haré—habla mi amigo y yo miro todavía a Adam, que extrañamente, su mirada no era de asco, sino de cansancio y... triste.

— Por cierto, te veré mañana, Alaska. En la biblioteca con los demás, buenas noches.

Adam se retira caminando rápido y yo solo miro con la boca abierta a Aaron.

— ¿Qué rayos fue eso?—pregunto sorprendida y mi amigo sonríe mostrando los dientes.

— No lo sé, pero es bueno. ¡Te está aceptando, Alaska!

Y sonrío, no sé bien por qué lo hago, pero así me mantengo hasta que llego a mi casa y otro pensamiento nubla mi mente.

Te están cazando, Alaska.


Whittier es una ciudad de Alaska conocida porque casi la totalidad de su población vive en un mismo edificio (multimedia).

ALASKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora