26. El Alfa Adam.

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Alaska

Hoy era el gran día para Adam donde todo en Whittier cambiaría, pues sus padres decidieron que acabada la ceremonia, se irían de viaje a convivir con otras manadas y... pues a vivir su vida. Me pregunto si ese podría llegar a ser nuestro futuro en un tiempo, porque suena interesante.

Desde el día de ayer estoy en casa de Adam, mi madre no puso ninguna excusa, puesto que esta era una ocasión realmente especial y ya se empezaba a hacer la idea de que yo sería la persona que estaría con Adam en todo este proceso, cada vez la veía más feliz, incluso hablaba un poco con mi padre.

Lo más extraño de estar en la casa de Adam con sus padres, era que no nos separaban, me incitaron a dormir en la misma cama que él, cosa que me incomodó un poco, pero finalmente Adam se salió con la suya y logró convencerme de dormir con él, en toda la noche no dejó de abrazarme ¡morí de calor! pero fue algo sinceramente lindo.

Y desde temprano, Adam se levantó para comenzar su rutina diaria según él, así que yo seguí roncando unas horas más hasta que desperté y pude apreciar el espectáculo de él haciendo abdominales frente a su cama.

— ¿Cuántas horas son tu entrenamient diario? Ya son las 11 de la mañana y sigues...

— De 5 horas en adelante, es vital que un Alfa sea ágil y fuerte para estar preparado ante todo, al igual que mentalmente, por ello seguiré estudiando.

Escuché varios movimientos afuera de la casa y sí, incluso adentro parecían estar haciendo una mudanza.

— ¿Qué es todo eso? Creí que tu ceremonia sería en la noche—Adam asiente y toma una toalla de una silla.

— Así es, pero todo tiene que estar bien, por ello desde ahora ya están los preparativos y seguirán hasta en la noche, te darán varias instrucciones a ti también, pero de momento... baja a desayunar, me voy a duchar y te alcanzo en un momento.

Estaba muy serio y preocupado, aunque no lo quisiera aceptar, tenía nervios de todo esto y quería adoptar una postura más "madura" ante los demás, pero yo sabía que él ya era lo suficientemente maduro, no necesitaba hacer esto.

— De acuerdo, te espero—me acerco y me pongo un poco en las puntas de mis pies para darle un beso en los labios pero él frunce su ceño.

— Y cambia esa pijama, hay mucha gente abajo y no quiero que te vean así—rodé los ojos. Eso era su culpa.

Ayer en la noche se la pasó insistiendo en que durmiera en ropa interior con él pero nunca lo consiguió, así que simplemente para lidiar con el calor que me provocaba, utilicé una pijama fresca, y ahora no quería que nadie me viera en ropa ligera.

Esperé a que se metiera al baño y me puse un suéter largo que me cubriera bien, para así bajar hasta el comedor donde había mucha comida para todos, era una clase de buffet, así que tomé un plato y serví mi desayuno, tomando una silla cualquiera del comedor.

— ¡Alaska! Debes de estar muy nerviosa, linda—llama mi amigo Aaron y se sienta con comida también en la mesa.

— ¿Por qué? Esto es de Adam solamente, yo estaré a su lado viendo todo y sonriendo, no más—contesto con una simple risa y él hace una mueca graciosa.

— Sí claro... ya serás presentada ante una manada, no un pueblo, así que tú tendrás tu momento para decidir la forma en la que se dirigirán a ti como gobernadora en un futuro, por respeto. Ya serás tomada como la mujer que se preocupará por el bienestar de esta manada y les darás la calidez que necesitamos cuando Adam esté en puntos críticos, serás una clase de consejera para todos aquí, eres sumamente importante en esta ceremonia, Alaska.

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