35. Que los juegos comiencen.

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Alaska

Veo a la camioneta donde se encuentra Adam alejarse a través de toda la residencia y cuando está fuera de mi campo de visión, me alejo de la ventana.

No era para nada tonto, se negó a dejarme en mi casa y vino a prácticamente encerrarme en la suya. Claro que podía salir, pero ¿a qué saldría a las 10 de la noche un sábado? Menos sin la presencia de Adam, así que dejó a varios chicos por la casa para que no ocurriera nada peligroso.

— Volveré mañana por la tarde si todo sale bien—dijo por última vez con un suspiro antes de subir a esa camioneta.

¿Qué tan fieles le son esos chicos a Adam? Porque en caso de ser peligroso lo que quiero hacer, puedo traerlos conmigo, decirles que quedé con alguien.

Y hasta que se me cruza una buena idea a mi cabeza. Gracias Dios, o quien sea.

Tenía una pijama puesta y no era para nada apropiado, y claro, menos un vestido provocativo, demasiado aire frío como para llevar esas cosas.

Saco del armario un simple pantalón y una chamarra de cuero, estaba abrigada por dentro, así que solo busqué una blusa normal para terminar de vestirme y así, recoger mi pelo. A estas alturas me cuestionaba todo, no sabía qué era mejor y hasta me preguntaba si era mejor el pelo suelto o amarrado.

Admiro a las chicas que ocupan tacones para todo o al menos, caminan bien y no es duele. Yo los odio, se ven hermosos pero simplemente no puedo soportarlos y caminar con libertad, así que de zapatos mejor ni hablamos.

Le envío un mensaje a Aaron para encontrarnos en el club a las 11 y espero que en verdad esté libre, porque de todas formas iré, pero si me encuentro con él, pues mucho mejor. 

Unos minutos después acepta mi encuentro y dice que llegará ahí en 20 minutos, ya puedo poner en marcha mi plan.

Salgo de la habitación en dirección a la cocina donde escucho ruido de personas riendo y comiendo, deberían de estar ahí todos. Y sí, cuando llego al menos cuento a 3 chicos, los otros dos deben de estar afuera o cerca de la casa.

No necesito llamar la atención porque me notan desde que doy un paso dentro de la cocina, a lo cual todos se giran mirándome de una forma sorprendida, no esperaban que saliera de la habitación o que les quisiera hablar.

— Mmmm ¿pasa algo?—pregunta un chico con la puerta del refrigerador abierta. Están cenando.

— Oh, creí que Adam les había comentado que saldría—dije con nervios lo mejor que pude, apretando mi celular.

— No, la verdad es que no nos comentó nada...

— Pues saldré con Aaron por aprobar sus materias, lo conocen, ¿verdad?—estos asienten aún no del todo seguros pero cuando ven que miro mi teléfono constantemente, se lo toman más en serio.

— Pues... te acompañamos, danos 5 minutos y ya estaremos listos.

Asiento y me voy directamente a la puerta con una sonrisa. Esto está saliendo bien. Me quedo justo en la entrada del jardín hasta que los cinco chicos que se encontraban cuidando la casa, salen listos y con las llaves de uno de los autos en donde me imagino que iremos. 

— Vamos, por aquí—comenta un chico señalando una camioneta que me imagino que es suya, todos subimos y arrancamos. 

Creo que no era necesario darles indicaciones, era el único club del pueblo y era demasiado concurrido por los jóvenes de Whittier, así que decidí mantenerme en silencio como ellos.

Fuimos llegando a la zona sur del pueblo y terminamos estacionados unos metros antes de la entrada del lugar, la música ya se podía escuchar desde aquí. Bajé y cuando entré al club, me di cuenta que ellos también lo hicieron, ojalá no se mantengan junto a mí todo el tiempo, porque dentro de cinco minutos, darán las 11 de la noche.

— Nosotros estaremos en la parte de atrás por si nos necesitas, ¿de acuerdo? Estaría genial si nos dices cuando llegue Aaron—deben de rondar los 23 años, no se ven demasiado viejos.

— Por supuesto—respondo con una sonrisa. Se alejan y yo voy a la barra por algún trago.

Aaron me envió un mensaje diciendo que llegaría en 10 o 15 minutos, pero que lo esperara, así que decido quedarme en un punto donde todos puedan verme.

Incluso los humanos de los mensajes.

Curioso que los tenga que llamar así, dado que yo también soy una humana. 

Sigo bebiendo del tequila que me han dado hasta que noto el ambiente pesado de un momento a otro, como si la gente hubiera cambiado su actitud y ahora todo se tornaba más salvaje. Unos cuantos chicos se abren paso entre toda la gente y al parecer les gusta, porque comienzan a gritar y creo que ahora el club tiene el aspecto de Proyecto X.

Diviso que algunos tienen máscaras de animales y ropa oscura, tal vez son ellos, o eso quiero pensar.

Cuando un chico con una máscara de tigre se ubica en la barra justo a unos metros frente a mí y se la quita, creo que ya no me queda más duda que él me ha enviado los mensajes. Tiene el pelo rizado y unos labios demasiado rosados, lo cual se hacen notar cuando me da una sonrisa traviesa.

Este chico es guapo, tiene aspecto de Jim Morrison, pero también parece asesino en serie.

— ¿Debo llamarte Alaska o... Luna?—pregunta con sarcasmo cuando se acerca a mí con su maldita sonrisa macabra.

— Alaska, ¿y tu nombre?—se pone a un lado mío y también observa a la multitud de jóvenes ebrios.

— Kratos... viniste casi sola, ¡muy bien! Porque si creíste que te íbamos a secuestrar o a lastimar, estás equivocada.

— Entonces ya deberían de decirme qué quieren de mí.

— Sencillo, te queremos con nosotros, como recluta—no entiendo qué rayos significa eso y Kratos no parece ser muy paciente.

— ¿Por qué yo?

— Porque tú demostraste rebeldía a Adam desde el primer día, y dado que serás gobernante de este pueblo, mereces saber que Whittier no es un pueblo de color rosa, las cosas por esta zona no son nada justas, ¿sabes?

— ¿A qué clase de organización perteneces tú?—pregunto evasiva y él me mira con amargura.

— A una que intenta demostrar que los humanos somos autosuficientes y capaces de defenderse, básicamente, a no rebajar a nuestra especie.

Un chico igual se acerca a nosotros algo apresurado y le dice que deben irse, bueno no, prácticamente quiere arrastrar a Kratos fuera de aquí.

— ¿Qué pasa?—pregunto ahora algo preocupada, necesitaba más respuestas de ellos, no podían irse así nada más.

— El Alfa está aquí.




Wowowow, la historia está en el puesto 16 de Hombres Lobo hace un momento que la revisé, kastapasandaaaaaaaaaaaaaa

Y aquí está, no me tardaré en actualizar <3 

ALASKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora