30. Conferencia.

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Alaska

— No quiero tener que empezar con las medidas drásticas, pero el caso es severamente grave.

Exclamó Adam en un auditorio de la universidad ante las personas de los laboratorios y otros puestos importantes que trabajaban con él.

— ¿Por qué el Alfa permitió algo así?

— No lo sé—escuchaba los rumores de algunas personas porque yo estaba a un lado de Adam, callada y quieta sin entender el por qué me encontraba aquí, las clases habían sido suspendidas.

— No lo permití, Fred, es por eso que quiero saber quién demonios lo hizo—responde arisco el pelirrojo.

— Alfa, de parte del laboratorio B y de toda esa ala, le decimos que no tenemos ni idea de lo que acababa de ocurrir, solo seguimos el protocolo, no tenemos nada que ver—habla un científico con barba muy grande, ya estaba grande.

— La cuestión es que dadas las consecuencias, tomaré a todos como posibles sospechosos. 

Se escucharon muchos quejidos y gritos alrededor de toda la sala pero en cuanto Adam dio órdenes de silencio, todos se callaron. Le tenían mucho respeto.

— ¿Por qué tiene que ser alguien de los laboratorios? Si todos somos sospechosos, que se interrogue a todas las personas de Whittier entonces—dijo una mujer con valor y otros la apoyaron. Pero Adam lanzó una risa seca que rebotó por todo el lugar.

— ¿Y qué crees que están haciendo mis guerreros ahora? Con ustedes quise hablar en privado porque estaban en el lugar solamente—la mujer palideció y se sentó completamente sorprendida por las palabras del Alfa.

— Siempre un paso adelante... tómenlo en cuenta—dijo el Beta, Alaric.

— Luna está bien... ¡no comprendo las falsas acusaciones!—gritó un científico con lentes grandes y un aspecto muy juvenil.

— Luna estaba ahí... y no era la única—dijo Adam con enojo mirando al muchacho.

— Estudiantes murieron ahí, al igual que científicos—hasta yo me sorprendí de haber hablado cuando todos incluído Adam, me miraron, casi olvidando que estaba ahí.

— ¿Por qué estaba ahí?—me preguntó el chico.

— Práctica experimental de mi carrera.

— ¡Entonces no pueden echarnos la culpa de eso, la estructura del último nivel no estaba asegurada y no debieron de llevar a los alumnos por ahí, fue falla estructural, no provocada!

— Sí, las estructuras se iban a aplicar ese día por la madrugada, sin embargo, yo sabiendo que Luna iba a ir ahí, me aseguré que fuera aceptable para cuando ella estuviera ahí... el otro detalle es que no fue una falla estructural, fue provocada.

Los gritos empeoraron, de nuevo. Eso ni siquiera yo lo sabía.

— Alguien preparó una bomba que hizo detonar al menos 3 pisos que aplastaron a personas, ¿ya comenzarán a confesar o tendremos que regresar a hace más de 50 años con las torturas?—preguntó el Beta pareciendo estar enojado.

— ¡No pueden creer que nosotros quisimos atacar a Luna!—¿entonces fue un ataque para mí?

— Sí podemos, y lo hacemos—respondió sin cambiar de expresión Adam.

— ¡La hemos tratado bien y en ningún momento le hemos demostrado desconfianza!—gritó alguien más en la multitud.

— Adam... eso es ver—

— No, Alaska—me interrumpe—, alguien lo hizo, de eso estamos seguros.

— Entonces tiene sentido que no hayamos sido nosotros. Todos sabemos que hay grupos rebeldes tanto de lobos como de humanos, ¿por qué no se les da más atención a los humanos? Después de todo, el club de Natación ya lo ha cerrado, Alfa—explica una mujer de mediana edad mirando directamente al frente.

Alaric, el Beta, mira a Adam para que en serio se lo considere un poco más y este asiente.

— ¿Hay grupos rebeldes de humanos?—pregunto asombrada.

— Sí, se resisten a seguir las reglas y juegan a los héroes del pueblo—me contesta Alaric.

— Lo tendremos en cuenta, esta noche daré otro informe de haber encontrado algo, gracias.

La gente comenzó a salir de la sala verdaderamente molesta e indignada, pero no entiendo qué más se podía hacer. Seguí cruzada de brazos mientras algunos recogían ciertas cosas y Adam hablaba con su Beta.

Bajé del escenario y comencé a caminar entre las sillas hacia la salida sin esperar a nadie pero me espanté cuando un chico dio un brinco y me empezó a seguir.

— Disculpa... ¿qué haces?

— La cuido, claro—responde dispuesto, yo frunzo el ceño y lo miro extraño.

  Siento mi celular vibrar en mi bolsillo trasero y cuando lo saco, tengo un mensaje nuevo. 


Nuestro objetivo no era matarte, teníamos planeado sacarte pero el Alfa se adelantó, princesa.

Número desconocido 


— No es necesario, gracias—respondo abrumada.

— Órdenes del Alfa, Luna. 

— ¿Qué?—el chico se encoje de hombros— ¡Adaaaaaaaaam!

— ¿Qué pasa?—me pregunta corriendo hacia mí.

— ¿Quién es este chico y por qué lo asignaste para cuidarme?

— Porque es necesario al menos hasta hoy en la noche, yo te vigilaré, pero si no estoy, él es el encargado, si es que quieres ir a alguna parte, aunque ya acabaron las clases de todas formas.

— Sí, bueno, voy sola y a mi casa, gracias—me giro enojada pero pocos pasos después, la mano de Adam ya está aferrada a mi brazo impidiéndome seguir.

— Con el chico cuidándote y a mi casa—resalta lo último.

— ¿En serio crees que voy a ir a tu casa? Necesito estar sola y ver a mi madre, Adam. No es necesario esto.

Aunque después de aquel mensaje, sí me asustaba salir un poco.

— Te iré a buscar en la noche, no puedes estar tan lejos de mí estos días, y Selene vendrá también.

— ¿Por qué tengo que estar cerca estos días?

— Cuando te marque, lo entenderás.

Suspiré frustrada y salí del lugar con mi teléfono en mis manos.


¿Quiénes son?


Envié esperando una respuesta rápida, y así fue.


Humanos.


No es especialmente largo ni nada pero sí necesario, y ya sé... me tardé varios días en actualizar pero estoy acabando mi semestre, ya como en dos semanas o menos, seré toda suya y actualizaré de nuevo casi a diario, solo paciencia y ya verán <3

Y woah, mi celular no deja de sonar con todas las notificaciones, ahora ya revisé bien y ayer recibí cerca de 200 votos en un día... no sé cómo es que encuentran mi historia pero muchas gracias por votarla, leerla y comentarla, desde las que llegaron al principio y todas las nuevas personitas de ahora, las adoro asfkjhgjhdhlf 

ALASKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora