34. Más mensajes.

28.3K 1.9K 131
                                    

Alaska

— ¿Segura que no te duele nada?—pregunta por milésima vez Marissa mirando la herida en mi cuello.

— No, es algo extraño, ¿no?

— Pues dado lo salvaje que fue Adam para dejarte esa marca... sí, debería de doler—se recarga en el respaldo de la banca donde nos encontrábamos, frente a los laboratorios.

— Dijo que iba a desaparecer casi en su totalidad en unos días, por ello no me preocupa tanto.

— El pueblo lo sabe—afirma soportando una carcajada.

— ¿Cómo rayos lo van a saber?—eso sería enfermizo, no creo que Adam haya hecho un anuncio como tal, o no debería de hacerlo, es algo privado... ¿no?

— Al menos la mayoría del pueblo lo sabe, eso es porque tu olor ha cambiado. Ahora parece ser que tienes la escencia de Adam sobre ti, por eso lo sabemos y es agradable. Algunos están esperando la noticia de un hijo o de la boda para empezar.

— ¡Más despacio! Apenas cumpliré 20 años, no me voy a casar si eso es lo que esperan, ¡mucho menos un hijo!

— Vamos, la boda la puedes hacer, Alaska—trata de convencerme pero mi miedo por una boda, es mil veces mayor.

— Además, ¿por qué se emocionarían tanto? Viven en una democracia, no en monarquía—Marissa mira al cielo y suspira.

— No es a decir verdad completamente una democracia, aunque tampoco monarquía. Se toman las decisiones en base al voto del pueblo, pero en el sentido de quién gobernará, solo lo hace la familia original, por dar a luz a un linaje Alfa, el ejemplo son ustedes. No elegimos a Adam como gobernante pero al tener cualidades de Alfa, tiene que tomar ese puesto.

— Creí que lo podían quitar si demostraba no tener las habilidades—respondo confundida.

— Claro, si demostrara llevar Whittier hacia un futuro malo, se hace una rebelión, pero no es así, Adam es el indicado.

Sonrío por sus palabras y reviso mi celular, se supone que estábamos esperando a Adam para ir a comer, porque estaba ayudando a reconstruir los laboratorios, y justo cuando comenzaba a tontear con cualquier aplicación, escucho su voz.

— ¡Alaska!

Veo como pasa casi sin camisa de nuevo hacia los laboratorios y con unas cuantas herramientas. Woah.

— Y a eso yo le llamo el efecto "Marca"—Marissa susurra en mi oído y yo niego divertida.

— No puedo evitarlo, ¿es normal que me sienta así de... emocionada?

— Sí, son tus hormonas—lanza una carcajada y dejo de mirarlo cuando entra de nuevo al edificio.

Regreso mi atención al celular pero me llegan algunos mensajes, del mismo número desconocido.

Luces aburrida, Luna.

Miro hacia los lados de una manera tranquila pero no veo a nadie con un celular en mano o al menos mirándome. ¿Por qué siguen enviándome mensajes?

No le dijiste nada a el Alfa Adam, me gusta. 

Tal vez ya era momento de decirle algo si sonaban tan peligrosos, pero eran humanos, ¿qué quieren? Esta vez decidí enviar un mensaje.

Aún. No te confíes demasiado.

Me giré para mirar a Marissa, pero ella estaba demasiado ocupada enviándole mensajes a su pareja.

Algo me dice que no le vas a decir, confío en ti, después de todo, serás mi "reina" y sé que no te gusta la injusticia.

¿Reina? Escribo de nuevo otro mensaje.

¿Qué tiene que ver la injusticia?

Ahora no me gustaba mucho la idea de Adam dentro de esa estructura frágil y con maniacos por el pueblo.

La justicia es nuestro ideal, somos humanos... tú puedes atar cabos sola, Alaska. ¿Nos quieres ver? Ven mañana al club del sur a las 11, tu Alfa no estará.

Decido no responder y darles el beneficio de la duda, ¿en serio es una buena idea acudir a ellos sola? Si dicen que Adam no estará, eso significa que en el pueblo no estará, lo cual lo vuelve peligroso.

Son humanos, son como yo, no pueden ser demasiado peligrosos, ¿cierto?

Escucho un golpe y algo me cae encima, es agua pero está demasiado fría y han saltado unos hielos.

— ¿Qué rayos...?—me levanto algo rápido y hay un chico frente a mí demasiado delgado, con una mirada divertida y apenada.

— ¡Perdón! De verdad que no era mi intención, no vi ese pequeño bache y terminé tirando mi refresco, déjame arreglarlo...

Pasa sus manos por mi torso intentando que esta se seque pero es algo tonto, estoy empapada y comienzo a sentir frío, sube sus manos a mis hombros y me acerca un poco más a él para hacerlo con su playera.

— No te preocu—intento alejarme pero alguien me sorprende, bueno, ya sé quién es.

— ¿Qué crees que haces?—Adam se dirige al chico y este lo mira nervioso.

— Intent—

— Aléjate de ella, ahora—lo interrumpe con los brazos cruzados y el chico se aleja paso a paso.

— No tenías que ser tan cortante, Adam—respondo tomando la chamarra que me ofrece Marissa.

— Ese chico no era ni siquiera un lobo común y algo quería hacer con tu blusa, por eso lo alejé de esa forma.

Adam me quita la chaqueta y él mismo me tapa, aunque no sirve de mucho, mi ropa sigue algo mojada.

— Celoso—respondo con una pequeña risa y él alza una de sus cejas.

— Sí, ¿y?—niego y él deposita un beso en mi frente— Por cierto, mañana saldré del pueblo porque necesito ir hasta Dinamarca por algunos problemas que tienen.

Uh, entonces los humanos que me envían los mensajes saben todo muy bien y antes que yo.

— ¿Irás a ayudarlos?—pregunto nerviosa.

— Por supuesto, regresaré al día siguiente, no te preocupes—responde con el ceño fruncido cuando ve mi actitud rara.

En cuanto nos separamos, podemos ver frente a nosotros a tres singulares figuras cubiertas por capas negras.

Las Forjadoras de Acero.

Algo anda mal.



No desaparecí, solo salí de la ciudad unos días y pues, andaba disfrutando de mis vacaciones, pero ya, es momento de darles capítulos, porque lo entiendo, detesto cuando tardan en actualizar, hasta a mí se me olvidan las cosas, so, ya vendrán capítulos más seguido <3

Gracias por votar :D cuando veo cuantas lectoras tengo, me quedo con la boca abierta, son muchísimas y bueno, nunca había tenido una historia tan votada sksjksjdjh

ALASKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora