Capítulo 43

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Luego de celebrar con Cedric y felicitar a Harry, volví a mi habitación. Íba por los pasillos cuando sentí que choque con algo duro y caí hacía atrás. Levanté la mirada y me Crucé con esos ojos color Ónix; brillando de perversidad.

—Eres una torpe, porque no te fijas.—Habló regalándome una mirada asesina.

—Yo? Porque no te fijas tú,  idiota.—Me levante de mala gana, no esperé que el me ayudase ya que no es un caballero.

—¿A quién llamas idiota?

—¿Ves a alguién más aparte de ti?—Pregunté de forma retórica, no dejé que respondiera y gire sobre mis píes. Unos pasos más y sentí que tomaron mi muñeca bruscamente,  apegandome a un pecho duro.

—¿Porque te gusta desafiarme?—Sentí su aliento golpear mi naríz, ya que el era un poco más alto que yo. Aún usando tacones.

—¿Y a ti,  porque te gusta buscarme pelea? —Con cada palabra son acercábamos más, aunque no lo crean, siento que es donde quiero estar, y con quién quiero estar, eso es malo.

—¿Te soy sincero?—Preguntó mirando mis ojos y a atrapándome con su mirada, yo solo  asentí con la cabeza.—Me gusta verte enojada, no lo sé te vez tierna.—¿Escuché bien lo que dijo? Lo mire con asombro, ¿el profesor a quién todos le temen dije que le gusto? Bueno dijo que le gustaba verme enojada, pero igual.

Ya no pude seguir pensando cuando unos labios suaves y carnosos atraparon los míos formando un baile exquisito. Abrí un poco mis labios dando permiso su lengua, está al encontrar la mía se entrelazaron. Estuvimos así por lo que yo creo horas, disfrutando los labios del otro, la falta de aire no nos importó solo seguíamos. Unos pasos  hicieron que de inmediato nos separáramos.

Lo miré y sus ojos brillaban cuál ónix se tratasen. Su respiración agitada se unía a la mía mezclándose. La culpa vino como un balde de agua fría, ¿Que acabo de hacer? Yo sigo con Cedric.

—Esto no debió pasar,  fue un error.—me separé lentamente de él, admito que no quería hacerlo, hasta hace un minuto no existía Cedric, no Existía nadie más que nosotros. Y eso me asusta.—Lo siento, debo irme.—Gire y caminé de la manera más rápida a mi cuarto.

En cuanto llegue me tiré en la cama soltando un sollozo,  Cedric no se merecía esto, yo no lo merecía a él. Me besé con Lucius y ahora con Severus, lo último que falta es que besé a Draco. No puedo creerlo ¿en que me eh convertido? Siempre digo que no sucederá y algo pasa, pero ya no más.









Me desperté algo cansada por estar pensando en todo lo malo que hice. Tome una ducha que logro despejarme un poco. Hoy no tenía ganas de ir bonita, así que me puse un vestido de satén negro, largo.

El día paso muy rápido, fuí  ayudar a Moddy, paseé un rato con Cedric por el lago negro, luego estuve en Gryffindor con el trio de oro y los gemelos. Cene en mi habitación con Caelum, que luego de hablar un rato nos fuimos a dormir.





Desperté descansada, hablar con Cael me sirvió de mucho. Nos alistamos y salimos juntos, al estudio de mi padre.

Al llegar vimos a Severus, Minerva, Sprout y Flitwick ya estaban ahí.  Mi padre nos comentó a todos que habría un baile de navidad, y que nosotros deberíamos enseñarles a los alumnos a bailar. De tan solo imaginarme a Severus enseñándole a sus alumnos tengo ganas de reírme pero me aguanto, luego pensarán que están loca.

—Bueno Caelum, ayudara a Severus y _____ a Minerva con los Gryffindor.—Todos asentimos y nos fuimos a desayunar. Luego de recordarnos que en la tarde les daríamos la clase de baile.

Luego del almuerzo, me dirigí con McGonagall al Gran comedor. Que es donde eligió que practicaríamos,  a este punto Dumbledore ya les dijo sobre las clases de baile con sus jefes de casa. A unos metros de llegar Minerva paro.

—Me olvide algo en mi estudio, podrías adelantarte tu?.—Preguntó a lo que yo accedí.—Por cierto Filch ya está allá con la música.

—Está bien, te esperamos?—dudé, ella nego y dijo que empezará sin su presencia.

Llegue y todos los alumnos ya se encontraban ahí.

—Bien, McGonagall vendrá dentro de un rato,  así que empezaremos sin ella.—hablé fuerte y claro.—Gryffindor tiene una reputación de mil años,  en cuanto al baile nos referimos. Godric Gryffindor es un respetado bailarín, y no por ustedes vamos a perder esa reputación por su mal comportamiento. Señor Weasley me permite?.—lo invité a bailar, todos hicieron sonidos incitadores y burlas. Está por tomar su mano cuando Minerva llego y tomó mi lugar, al ver la cara de Ron todos rieron. Mientras sonaba la música, yo mire buscando un compañero de baile, vi  a los gemelos muy divertidos por la escena causada por Ron y la Profesora. Así llamé a Fred,  quién gustoso acepto mi invitación.

—Pobre Ron, la profesora mato sus ilusiones de bailar contigo. —habló de manera divertida el pelirrojo, mientras me hacía girar.

—Quién mejor que McGonagall para enseñarle a bailar.—Ambos soltamos una carcajada que provocó una mirada asesina de parte de Minerva.

Luego de bailar por un rato más. Cada alumno volvió a su clase, mientras yo fuí a ver como le fué a Cael con Snape.

Hablamos de como nos fué a cada uno lo que quedaba de la tarde, se nos paso el tiempo que no cenamos y nos fuimos a la cama. Dentro de 3 días sería el baile, mientras tanto quedaba un día más de clases de baile con McGonagall.




Los días pasaron y hoy ya era viernes mañana sería el baile y todas las chicas de Hogwarts corrían a Hogsmade a comprarse vestidos para la ocasión. Estos ultimos días fueron un caos, chicas desesperadas esperando a ser invitadas y muchachos tratando de conseguir una bonita chica a quién presumir. Yo quería ir cin Cedric, pero mi padre se negó,  dijo que eso era impropio,  así que tuve que rechazar a mi novio. Le dije que consiguiera una chica,  ya que el campeón no puede ir sin cita para el baile. Peor adivinen con quién fue, con Cho Chang,  si con la misma que me engaño,  me enfade con el y no le volví hablar.

Mi padre dijo que como no tenía pareja podría ir con Severus, ya que él si es de confianza. No dije nada, eso lo tomó como un sí y ahora soy pareja de Snape, per no sé porque estoy nerviosa.





El gran día llego y no había nadie en el pasillo más  que escobas mágicas limpiando.  Esta caminando hacia el comedor,  cuando escuché decir mi nombre. Me detuve detras de una estatua tratando de escuchar sin que me descubrieran.


—Ya no la aguanto es tan sofocante,  no se como alguien la invito al baile.—Escuché una voz masculina decir con cansancio.

—Eso lo sabes tu mas que nadie.—No aguante más y salí de ahí con lagrimas en los ojos.

Corrí por los pasillos llorando, rogando llegar a mi cuarto lo más rápido posible, agradecí que todos se estaban arreglando para el baile y no puedan verme así.

Pasé de Cael,  y me tiré a la cama. No sollocé,  ni emití ruido alguno,  solo una spocas lágrimas caían. Pasaron unos cinco minutos quizá,  ya no tenía más lágrimas que soltar. Me senté al borde de mi cama y pensé lo ridícula que era por llorar por unas tontas palabras. ¡No! No lloré por ellas,  lloré por quién  las dijo.






SIEMPRE FUÍSTE TÚ ©[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora