Capítulo 4

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Me situé a escasos centímetros del sofá de tela anaranjada que yace justo enfrente de una televisión pequeña y de aspecto antiguo. Aproveché la ocasión para envolver el cuello de mi madre con mis brazos, una señora de aspecto deteriorado por la edad, cuyos ojos marrones eran capaces de revelarme un vivo recuerdo de su pasado difícil. Rose envolvió con delicadeza sus manos con las mías y me regaló sendas palmaditas cariñosas.

En la pantalla del televisor anticuado se apreciaba a un presentador vestido con traje de chaqueta, camisa de lino y corbata azul marino, sosteniendo un conjunto de hojas entre sus manos, dando las últimas noticias acompañadas de videos e imagenes. El hombre llevó su dedo índice hacia el pinganillo de su oreja, con el fin de apreciar mejor el mensaje que le estaban transmitiendo en ese preciso momento. Asintió una sola vez, dando a entender que había tomado notas mentales de la información, y dirigió su mirada hacia la cámara.

"Acaba de llegar una noticia de última hora. Al parecer, la presidenta Cassandra ha anunciado que ha firmado un tratado por el que se aprueba la construcción de una torre dentro de los muros de la ciudad. Su función aún está por determinar. Roger Danfield, un prestigioso ingeniero, va a ser la persona encargado de asentar los cimientos de la torre"

¿Por qué razón querrían anunciar la construcción de una torre en la que va a invertir millones de dólares que salieran de nuestros bolsillos, sin anunciar su función? la pregunta se mantuvo latente en mi cabeza durante varios segundos. Tras los cuales deduje que no era justo el silencio que guardaban los más pudientes. Todos merecíamos saber la verdad, y yo no pensaba quedarme de brazos cruzados a la espera de recibir la información que precisaba. Iba a salir a buscarla, costara lo que me costase.

"Y ahora os dejamos con más detalles acerca de la misión científica; Cometa Halley".

─Voy a salir─ anuncié.

─¿Adónde vas a ir?

─A averiguar algo más sobre esa misteriosa torre.

─Deborah, es muy peligroso, podrías buscarte un buen problema. ¿Por qué no reflexionas acercas de tu propósito, o esperar a que informen a través de las noticias?

Río sin ganas.

─¿Es que no te das cuenta, mamá? nos están manipulando como marionetas. Esas personas que luce trajes elegantes durante el día y meten la mano en las bolsas de dinero ciudadanas nos están engañando. Nos ocultan información. Están muy equivocados si creen que voy a quedarme de brazos cruzados viendo como nos hunden en la miseria. Su palabrería barata y sus fuertes aromas a perfume no van a frenarme los pies.

─Pero, hija, ¿por qué piensas que nos están engañando? quizá sea verdad lo que dicen, tal vez desconozcan la función de la torre.

─Ja─ añadí poniendo mis brazos en forma de jarra y suspirando, incrédula─. La verdad no tiene mucho sentido que vayan a construir una torre sin saber para qué.

Envolví un pañuelo de color negro alrededor de mi cuello.

─Nos vemos luego, mamá.

─Ten cuidado, cielo.

Abandoné el hogar de miseria en el que vivía, preguntándome cuántos hombres habían traspasado esa puerta a lo largo de los años de ejerción de mi madre como prostituta. Al igual que me pregunté cuál de todos ellos había sido el afortunado de meter un gol y desaparecer sin más, dejando atrás a una mujer con un mísero salario y un bebé en el vientre ni siquiera deseado. Valiente capullo. Nunca había conocido a mi padre biológico y la verdad tampoco tenía especial ilusión por hacerlo.

Monté en mi bicicleta y manteniendo el equilibrio comencé a pedalear, poniendo distancia entre mi hogar, si así podía llamarse, aunque era más parecido a un refugio de hienas hambrientas, dejando atrás el poblado, dirigiéndose hacia la ciudad, adoptando otra identidad totalmente distinta.

The TowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora