Coloqué una caja de madera junto a la de West y ambos nos alzamos sobre ellas con el propósito de poder tener una menor panorámica de la multitud que nos rodeaba, ansiosa por conocer la verdad que se mantenía oculta tras los muros, para así poder tomar decisiones antes de que el fatal futuro se presentase y arrase con todo. Las masas pedían recibir información por nuestra parte, en parte temerosa y al mismo tiempo intrigada, y nosotros no estábamos dispuestos a privarles de ese privilegio.
West me dedicó un asentimiento, animándome a alzar la voz y revelar la verdad.
-Anoche West y yo atravesamos los muros de la ciudad, enfrentándonos a un sin fin de peligros que amenazan con poner punto y final a nuestras vidas, y conseguimos entrar en el laboratorio de Cassandra y descubrir qué nos ocultan- comencé a decir, ganando un prolongado silencio-. Todos los presentes éramos conscientes de la construcción de una torre en el interior de los muros de la ciudad, así como de la existencia de un experimento que podría amenazar nuestras vidas. Hoy lamento deciros que es cierto. La existencia de todos nosotros está en peligro.
-La construcción de esa torre tiene un fin de supervivencia- intervino West-. El experimento que llevaron a cabo los científicos no salió según lo previsto.
-¿Qué quiere decir eso?- preguntó Vía, una chica de cabello rubio y enormes ojos de un azul oceánico.
-El experimento consistía en aprovechar la aproximación del cometa Halley a nuestro planeta para desviar su trayectoria, es decir, con el propósito de acercarlo más a la tierra con el único fin de obtener muestras de su superficie.
-Con ello pretendían relevar grandes incógnitas como el origen del universo, de nuestro propio planeta y relacionadas con la evolución humana- proseguí mostrando cierto malestar al tener que dar a conocer esta triste noticia-. El experimento no salió según lo previsto, de manera que el cometa se salió de su trayectoria y se puso rumbo hacia nuestro planeta. Es cuestión de tiempo que impacte contra la superficie terrestre.
-Habrá algo que podamos hacer- reclamó Deborah-. No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando a que se desaten decenas de fenómenos catastróficos.
-¿Fenómenos catastróficos?- preguntó horrorizada una mujer de unos cincuenta años-. ¿De qué tipo de consecuencias estamos hablando?
West bajó la cabeza de forma lastimosa.
-Las consecuencias van desde tsunamis, huracanes, terremotos, erupciones volcánicas, fuertes tormentas eléctricas hasta ruptura de las placas tectónicas y formación de gases tóxicos- contesté con un hilo de voz-. La vida en el planeta tierra va a llegar a su fin.
La multitud se removió nerviosa y comenzó a lamentar el porvenir que les esperaba a sus familiares. Algunos matrimonios miraron a sus hijos con ojos cristalizados, temiendo no poder darles el futuro que tanto ansiaban entregarles, llorando en silencio la inminente pérdida de la humanidad. Vía cambió el rumbo de su mirar hacia su padre, un hombre de pelo castaño con primeros indicios de canas, en silla de ruedas, y le apretó con fuerza la mano.
-Antes dijiste que la torre que estaban construyendo tenía fines relacionados con la supervivencia- comenzó a decir la chica rubia, mirando con gran intensidad a West-. ¿Eso quiere decir que estamos salvados?
West le dedicó una sonrisa cerrada y lamentó con todas sus fuerzas tener que verse en la obligación de destruir sus esperanzas.
-Para poder tener garantizada una plaza en la torre debemos pagar una elevadad cantidad de dinero.Le han puesto precio a nuestra propia vida.
-¡Eso es injusto!- rebatió Deborah abriéndose paso entre la multitud-. ¡No sólo vamos a ser sus conejillos de indias sino además la prueba de su fallido experimento! ¡No podemos permitir que sigan sucediendo este tipo de injusticias! ¡Merecemos contar con el derecho de poner asegurar nuestra supervivencia!
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The Tower
Science FictionDesde el principio de los tiempos el fin de la vida en la Tierra estaba previsto a todo pronóstico, y así fue tras una tercera guerra mundial que arrasó con todo. Siglos más tarde los supervivientes a ese desastre se unieron de todas las naciones d...