La muerte es rápida, impasible, mientras que la vida es más complicada. Esa fue la primera frase que se me vino a la mente en cuanto observé en una pantalla digital los nombres de las personas que habían caído en la primera prueba. No pude evitar sentirme mal ante la idea de estar formando parte de algo que no estaba bien. Luchar por conseguir un puesto en la torre me pareció, en el pasado, una posibilidad de supervivencia, una oportunidad para poder cumplir mis sueños pero, inevitablemente, mi forma de pensar cambió. Ahora tenía la sensación de estar luchando con todas mis fuerzas por lograr un pase vip en el infierno. Ya no me parecían las pruebas una forma de salvación sino una condena para todos y cada uno de nosotros. La cantidad de nombres que reflejaba la pantalla era mínima en comparación con las bajas humanas que estaban por venir.
Rodeé mis piernas con mis brazos y las atraje hacia mi pecho, en un intento de apaciguar el dolor que habitaba cerca de mi corazón. Aún dolía el recuerdo de mi padre. Cada vez que cerraba los ojos era capaz de verle en su silla de ruedas, observándome afligido y al mismo tiempo con un ápice de ternura, anunciando que no iba a acompañarme en este viaje. Nunca creí que tendría que despedirme de mi padre de forma tan prematura.
Tampoco era de gran ayuda vivir en primera persona los horrores que traían consigo las pruebas. No sólo en cuanto a muertes se refería, sino también en cuanto al dolor físico y emocional que debían enfrentar todos y cada uno de los participantes. Era duro ver a personas llorando por las esquinas, lamentando la pérdida de algún amigo o familiar. El sufrimiento estaba muy presente entre todos nosotros.
En una cama cercana se encontraba Daren, con las manos vendadas, incapacitado a la hora de llevar a cabo sus quehaceres diarios como consecuencia de una grave inflamación en sus manos, debida a la entrada en contacto con flores venenosas. Hasta hacía poco la enfermera había descubierto que el chico era alérgico a una especie floral determinada, hecho que desconocía que, unido a la carencia de conocimientos de botánicas, le llevaron a poner en riesgo su propia vida en plena prueba. Estuvo a punto de morir. Las vías respiratorias se le cerraron cuando apenas había terminado la primera fase y tuvieron que intervenirle de inmediato para garantizar su supervivencia. Había conseguido, a duras penas, llegar al límite mínimo establecido para pasar de fase. Aún le quedaba mucho camino por recorrer. Por suerte, había mejorado un poco con el paso de las horas.
-Soy hombre muerto- lamentó en voz alta. Desvíe mi mirar en su dirección y escruté con detenimiento sus manos vendadas-. Voy a caer en la próxima prueba. Van a darme una buena patada del trasero.
-Intenta hacer todo lo posible por superarla- le insté-. Sé que esas vendas no van a frenarte a la hora de conseguir tu objetivo.
-Tú no lo entiendes, Vía- contradijo, negando con la cabeza-. Ese tío, Jev, me tiene entre la espada y la pared. Está mirando con lupa todos mis pasos, esperando a que dé uno en falso para poder quitarme del medio- se llevó la mano a la frente para propiciarle un golpecito sobre ella cuando recordó que tenía la extremidad dolorida y podría hacerse daño-. Éstas prueban están preparadas de forma que caigamos. A ellos no les interesa que lleguemos todos a la final. La torre no tiene cavidad para todos nosotros. Cada fase será más difícil que la anterior hasta el punto de conllevar la pérdida de decenas de personas.
-Ahí fuera no nos queda nada, Daren. Esa torre es lo más parecido a casa que llegaremos a conocer.
-Prefiero mil veces antes estar ahí afuera, haciendo frente a las consecuencias del comenta, antes que estar aquí, jugándome la vida cada dos por tres, siendo partícipe de cómo mis amigos caen uno tras otro, sin poder hacer nada.
-Todos hemos perdido a alguien. Ahora sólo nos tenemos a nosotros mismos. Así que no te martirices pensando en lo que va a suceder, en vez de ello, actúa, haz todo lo posible por conservar la vida hasta el final.
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The Tower
Science FictionDesde el principio de los tiempos el fin de la vida en la Tierra estaba previsto a todo pronóstico, y así fue tras una tercera guerra mundial que arrasó con todo. Siglos más tarde los supervivientes a ese desastre se unieron de todas las naciones d...