Consiste en sufrir un delirio, basado en la creencia de que sus seres queridos han sido sustituidos por impostores que se hacen pasar por ellos. No es exactamente que las personas afectadas tengan dificultades para reconocer las caras. Sin embargo, interpretan la presencia de ciertas personas de manera delirante, creyendo que son impostores con un disfraz perfecto.
El vínculo emocional que existía entre los pacientes y sus familiares se rompe y aparece así el miedo, el rechazo y la evitación. No son capaces de saber por qué, para qué y quién ha sustituido a sus seres queridos, pero aunque esta idea no tiene sentido, dan por hecho que es cierto, e interpretarán todo tipo de hechos y acciones como señales de que están rodeados de impostores o completos desconocidos.
No se conocen las causas exactas de este síndrome, pero la teoría más aceptada es la desconexión entre el sistema de reconocimiento visual y el sistema límbico, encargado del procesamiento emocional.
El sistema visual procesa los estímulos a través de dos vías diferenciadas: por un lado, la vía ventral conecta la corteza visual con estructuras encargadas del reconocimiento de objetos y, por otro, la vía dorsal conecta la corteza visual con estructuras límbicas, que aportan el significado emocional y afectivo. Por tanto, se podría afirmar que existe una desconexión en la vía dorsal, ya que el paciente reconoce al familiar de manera visual, pero no asocia ninguna emoción a este.
Este síndrome va unido a otros trastornos psicóticos, como la esquizofrenia paranoide, la depresión psicótica u otros trastornos delirantes. También puede aparecer junto a otras enfermedades, ya sean tumores cerebrales, lesiones craneoencefálicas y , como el alzheimer o el párkinson.
Debido a que el Síndrome de Capgras es poco común, no hay muchos estudios sobre tratamientos validados y efectivos. El tratamiento más utilizado y útil a medio plazo está compuesto por la combinación de psicofármacos y la terapia cognitivo-conductual.
En cuanto a los psicofármacos, se pueden utilizar los siguientes tipos:
Antipsicóticos, los cuales se utilizan para combatir la idea delirante presente en el individuo.
Anticonvulsivos, que se utilizan como apoyo si fueran necesarios.
Otros fármacos acordes a la patología que presente.
Si nos centramos en la terapia psicológica, se utilizará, principalmente, la reestructuración cognitiva. Mediante esta técnica, el paciente se enfrentará a sus delirios e incoherencias, dandose cuenta de que es su percepción emocional la que ha cambiado, y que los otros no han sido sustituidos.
También sería conveniente realizar una intervención con la familia, debido al costo emocional que la enfermedad representa tanto en el paciente como en los familiares.
El Síndrome de Capgras ha hecho que las relaciones familiares se deterioren, produciendo un distanciamiento entre los miembros, y dicho distanciamiento no es conveniente si queremos que la familia coopere en el proceso de recuperación.
Finalmente, hay que tener en cuenta si el paciente presenta una patología primaria, a partir de la cual se ha desarrollado este síndrome. Si fuera así, dicha patología prevalecería a la hora de elegir un tratamiento y aplicarlo.
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Trastornos psicológicos
Non-FictionLos niños experimentan una crisis de personalidad a partir de los 6 años cuando inician el desarrollo en su sistema nervioso. Es ahí cuando adquieren habilidades como leer, escribir, pensar, relacionarse, creer, imaginar y manifiestan sentimientos...