Es descrito como un patrón continuo de comportamiento desobediente, hostil y desafiante hacia las figuras de autoridad, el cual va más allá de la conducta infantil normal.
Para cumplir los criterios del , deben tomarse en cuenta ciertos factores. Primero, el desafío debe ser lo suficientemente severo como para interferir con su habilidad para funcionar en la escuela, hogar o la comunidad. Segundo, el desafío no ha de provenir de algún otro trastorno, tal como la depresión, ansiedad o un de mayor severidad (de tal manera que entonces no sería un trastorno en sí sino parte del otro trastorno). Tercero, las conductas problema de la niña o niño han estado sucediendo por lo menos durante seis meses.
Criterios diagnósticos
Un patrón de conducta negativista, hostil y desafiante que ha durado al menos seis meses, durante los cuales cuatro o más de los siguientes están presentes:
Nota: Considérese cumplido un criterio sólo si el comportamiento ocurre más frecuentemente de lo que es típico para individuos de una edad y nivel de desarrollo comparables.
Pierde los estribos con frecuenciaNo le agrada trabajar en actividades pedagógicasDiscute con adultos frecuentementeDesafía activamente o rehúsa acatar las peticiones o reglas de los adultos, con frecuenciaA menudo deliberadamente irrita a los demásA menudo culpa a otros de sus errores o mala conductaCon frecuencia aparece enojado y resentidoCon frecuencia se muestra rencoroso o vengativoLa alteración en la conducta causa un impedimento clínicamente significativo en su funcionamiento social, académico u ocupacional.Las conductas no ocurren exclusivamente durante el curso de un trastorno psicótico o del estado de ánimo.No se cumplen los criterios para trastorno disocial y, si el individuo tiene 18 años o más, los criterios no se cumplen para el trastorno de personalidad antisocial.
Si el niño o niña cumple al menos cuatro de los anteriores criterios, y estos interfieren con su vida normal, entonces técnicamente cumple con la definición.
El DSM-IV cita una prevalencia de entre 2 y 16% para el TND.
El trastorno negativista desafiante está asociado con el trastorno disocial. Sin tratamiento, alrededor de 52% de los niños con TND continúa cumpliendo con los criterios y alrededor de la mitad de ese 52% llegarán hacia un trastorno disocial. Es posible que se presenten otros trastornos en situaciones de comorbilidad con el Trastorno Negativista Desafiante el más frecuente es TDAH. Se conoce que más de un 30% de los niños con TDAH van a desarrollar Trastorno Negativista Desafiante. Por ello es importante no descartar que los pacientes que acudan por primera vez a consulta tenga TDAH cuando el motivo de consulta es oposicionismo o conductas desafiantes. Debido a las dificultades que provoca el Trastorno Negativista Desafiante en la convivencia y para relacionarse puede hacer que sólo se centre en este problema y que se obvie preguntar por síntomas de TDAH.
Existen una variedad de enfoques al tratamiento del trastorno negativista desafiante, incluyendo programas de entrenamiento para padres, psicoterapia individual, terapia familiar sistémica y terapia cognitivo conductual.
El tratamiento farmacológico en niños con TOD consiste en diversos fármacos como en metilfenidato, ISRS como sertralina, paroxetina y fluoxetina, etc. Sin embargo hasta la fecha ningún tratamiento farmacológico ha demostrado ser totalmente eficaz en casos de TOD aislado, sin embargo las anfetaminas han demostrado ser eficaces en casos de TOD con TDAH.
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Trastornos psicológicos
NonfiksiLos niños experimentan una crisis de personalidad a partir de los 6 años cuando inician el desarrollo en su sistema nervioso. Es ahí cuando adquieren habilidades como leer, escribir, pensar, relacionarse, creer, imaginar y manifiestan sentimientos...