Cuando abrí los ojos y me aparté, no podía pensar en nada más que en sus labios junto a los mios, y sin siquiera darme cuenta, me agarró de nuevo del cuello y me volvió a besar.
Me aparté
-Tengo que irme- le dije sonriendo mientras le acariciaba su pelo corto- Volveré después de clase para verte.
-Te quiero- me susurró mientras me alejaba.
-Y yo- le contesté con la puerta ya casi cerrada.
Salí de su casa, después de despedirme de su madre.
Tendría que ir andando al instituto, ya que mi hermana se había llevado mi coche al taller.
Comencé a correr, pensando que llegaría tarde.
Cuando divisé el colegio, me puse a andar.
Llegué a clase, con la respiración entrecortada.
Entré justo a tiempo de que empezara ciencias.
Me senté en un sitio que había quedado libre, al lado de una chica muy guapa.
Era de piel morena, con el pelo castaño oscuro rizado, y unos enormes ojos verdes.
Mientras sacaba un cuaderno, se presentó
-Hola, me llamo Ariana-me dijo con una amplia sonrisa, que dejó asomar sus blancos y perfectos dientes.
Giré mi cabeza hacia ella. Ya no me daba vergüenza hablar con nadie.
-Hola, yo soy Charlie- le dije mirándola mientras abría mi cuaderno- ¿Eres nueva?
-Sí ,he llegado este año de Canarias.-
Tenía un acento muy bonito.
-¿Es bonito?-
-¿Canarias?-me preguntó- Por supuesto. Nosotros vivíamos en una pequeña casa frente al mar.
El profesor nos llamó la atención. Estaba explicando la reproducción de las estrellas de mar.
Soltamos las dos una pequeña risita y enseguida dirigimos nuestras miradas al profesor.
La hora se me pasó bastante rápido.
-Hey! ¿Quieres que te enseñe el recreo?- le pregunté
-Claro- me dijo agarrando su mochila.
Salimos por el pasillo soltando risitas y hablando de Canarias.
Había hecho una nueva amiga, pero tenía miedo de que se marchase, al igual q Alex, para no volver.