Me despedí de Gonzalo y abrí la puerta de casa para entrar.
Viki estaba en el sofá tomando tarta de chocolate observando el jardín por la ventana.
-Viki- me acerqué a ella
No me contestó. Siguió mirando hacia la ventana con los ojos llorosos.
-¿Estás bien?-
-No-
Mi hermana era una persona dura, pero la cosa iba a peor. Y eso más las hormonas revolucionadas no era una buena combinación.
-Tengo una buena noticia- le comenté sonriendo.
-Como no sea que queda mas tarta en la nevera...-
-Es mucho mejor que eso-
Pareció empezar a motrar interés
-Felipe va a venir a verte.
-No no no. Felipe no puede venir. Mamá sería capaz de echarlo a escobazos.
-Está todo planeado.- le solté una maliciosa sonrisa.-Tú solo encárgate de estar en tu cuarto a las siete.
Salí a la calle
-Marco, tengo que hablar contigo-
Llamé a mi primo. Esto se iba a acabar YA
Quedamos en el puesto de burritos que había en el parque.
Lo estuve esperando sentada en la fuente.
No me había arreglado mucho. Llevaba una sudadera, unos legins grises, y unas Convers.
-¡Charlie!- gritó él
Corrí hacia sus brazos y lo abracé
-Bueno, cuéntame lo que te pasa.
Nos acercamos al puesto de burritos y pedimos.
-No es tan fácil.
-Charlie, te recuerdo que lo difícil es mi especialidad. Llevo viviendo con Tatiana TODA mi vida.
-Vale...La verdad es que no sé por donde empezar...
-Desde el principio- y me dedicó una sonrisa
-Vale, pero no te asustes- cogí aire, y empecé.
Lo conté todo muy deprisa, dando un mordisco de vez en cuando a mi burrito.
-¡Hey! La que pareces nerviosa eres tú-
-¿¡Qué?!Yo estoy muy tranquila.-
-Charlie, no pasa nada.-
-Bueno, lo que quería decirte es que si me podía quedar en tu casa. Estoy arta de tener que aguantar a mi madre diciéndome lo que tengo que hacer. Y también de intentar hacer feliz a los demás, y yo sintiéndome como una mierda.
-Mi casa siempre tiene un sitio para ti, eres mi prima favorita.
Lo abracé y nos sentamos en la fuente una vez más.
-Y ahora, empieza a sonreír, que una chica tan preciosa como tú no puede estar triste.
Sonreí un poco
-Mmmmm.... Creo que no es suficiente...
Empezó a hacerme cosquillas, lo empujé y se calló a la fuente.
-¡Lo siento! Marco, perdóname-
Me extendió su mano y la agarré.
-¡Ahora te toca a tí!
Y me tiró a mi también.
Nos pusimos a reírnos.
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Llegué a mi casa, seca, por el paseo.
Subí a mi cuarto y cogí toda mi ropa, que practicamente eran sudaderas y legins.
Bajaba por las escaleras cuando Viki me descubrió.
-¿A dónde vas?-
-Shhhh! Me voy de aquí, no aguanto más a mamá
-Pero... ¿Donde piensas quedarte?
-En casa del primo Marco.
-Esto es de locos, mamá se va a coger un cabreo... Y lo peor, como tú no vasa estar, va a ponerse nerviosa, va a gritarme, y la bronca me la voy a llevar yo.
-Viki, por favor-puse cara de perrito-No aguanto más... Además, tú al menos vas a estar con Felipe...
-Pero tia....
-Plis, plis, plis....-pusede nuevo la cara de perrito, y pestañee varias veces seguidas.
-Vale, pero... Yo no sé nada
-¡Gracias!-la abracé y le di un beso-¡
Te quiero mucho hermanita!
Salí de casa, donde me esperaba Marco con su moto, para marcharme a su casa.
-¿Lista?- me preguntó
-Lista- afirmé.
Definitivamente no estaba lista, pero ya no podía aguantar más.