CAPÍTULO 11

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Dí una cuantas voces y golpes en la puerta.

Un nudo se comenzó a formar en mi garganta.

Tenía miedo de que le hubiese pasado algo.

Aguantaba la respiración, para que las lágrimas  no comenzaran a brotar de mis humedos ojos.

Me mordía el labio mientras rodeaba la casa  pasando por el jardín.

Al girarme vi a Gonzalo

Estaba en el suelo, tumbado sobre la hierba

No se movía.

Me fui acercando, y cuando llegué a su lado lo agarré del brazo.

Seguía sin moverse

-¿Gonzalo?-susurré con la voz rasgada a punto de estallar en lágrimas.

Lo puse bocaarriba y me quedé atónita.

Tenía las piernas desolladas, y una brecha en la cabeza.

El labio le sangraba.

Inmediatamente le tomé el pulso.

Estaba solo inconsciente.

Suspiré y en aquel momento mi cuerpo estalló en llantos y en histeria.

Me abracé a él con todas mis fuerzas.

Rapidamente, cogí mi movil y llamé a una ambulancia.

Mientras estaba en camino, me dediqué a ponerle mi chaqueta sobre pa brecha para evitar que se desangrara.

No había podido entrar en la casa, estaban las puertas cerradas.

-Tranquilo, ya están en camino...- le susurraba al oído intentando parecer serena.

Cuando la ambulancia llegó, me dijeron que no me preocupara, que volviese al insti, y que todo saldría bien.

Grité, lloré y pataleé, pero aun así, no ne dejaron subir.

¿Pero qué se creían? ¿Qué me iba a ir tan tranquila al insti? Pues no.

Necesitaba hablar con alguien.

Ir a casa a cambiarme.

Me había olvidado las llaves de casa y Viki no contestaba al movil.

Me quedé un buen rato pensativa, sentada en la acera, observando las manchas de sangre, mi chaqueta rajada, la ambulancia alejándose.

Tenía que ir a algun sitio para ponerme ropa limpia y hablar con Ariana.

Cuando llegué a su casa tenía los ojos llorosos y etaba cubierta de sangre.

-Dios mío ¿ Qué te ha pasado cariño?-me preguntó dejandome entrar.

Parecía asustada.

Le conté todo lo que me pasó despacio y siendo interrumpida de vez en cuando por sonarme la nariz.

-Anda, ve a ducharte.

Luego te llevaré al hospital en mi coche, no puedes ir andando.

Me prestó su ropa y me llevó en su descapotable verde fosforito hasta el hospital.

Se despidió de mi con un beso en la frente y dandome ánimos.

-Se fuerte-me dijo

Le sonreí con tristeza y me dirigí hacia la habitación 108.

Ahí estaba él, con la frente bendada, e inconsciente.

Le di un beso en los labios.

-Te quiero-me dijo abriendo los ojos lentamente.

Lo abracé contra mi pecho.

Llamé corriendo a la enfermera.

-Le administraré un clamante.

Está herido, así que lo dormiremos, para que no sienta dolor-me comentó aquella chica tan agradable, Lucía, mientras que Gonzalo dormía emitiendo quejidos de vez en cuando.

Tenía  cogida la mano de Gonzalo.

-De acuerdo-

De mi bolso comenzó a salir un hilo de musica que fue ampliandose hasta q pude distinguir mi tono de llamada. Problem.

-Un segundo- le dije a la enfermera disculpándome.

-¿Diga?- pregunté intentando parecer fuerte  con mi Iphone en la mano.

-Hola chiqui, soy Viki, estoy en casa de una amiga, voy a quedarme a dormir con ella-me comentó, soltando una risita, lo que dejaba claro que mentía.

-Vale Viki, no pasa nada, hasta luego.-

No me apetecía contarle lo sucedido, ni discutir, a pesar de no tener ni las llaves de casa para entrar.

Se despidió de mí cariñosamente, dejando escapar otra risita, que confirmó mis sospechas.

No me gustaba hablar con ella de esas cosas, pero la conocía muy bien, y sabía perfectamente cuando mentía.

Volví a entrar en la habitación después de colgar y Gonzalo ya se había dormido.

Pensando que ya podría estar tranquila, me dirigí a la puerta del hospital, donde me esperaba Ariana.

-¿Fiesta pijama?- me preguntó

Asentí con una triste sonrisa y comencé a llorar.

No necesité ninguna palabra más para explicarme.

Ella lo había entendido

DENTRO DE MÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora