Simplemente estaba cansada.
Cansada de guardarme todo dentro, cansada de tener q arreglármelas sola...
En 16 años de vida nunca me había fijado en un chico, simplemente por mi timidez.
El problema eran ellos.
Desde que Alex llegó en tercero, me convertí en una chica completamente distinta.
Atrevida, habladora, divertida...
Siempre habíamos sido ella y yo.
Nos relacionábamos con todo el mundo.
Mi amiga era muy guapa y siempre había tenido mucha relación con los chicos.
En cambio yo, no podía hablar con ellos.
Me ponían nerviosa.
Todos iguales. Muy guapos, pero todos con los mismos propósitos.
Habían intentado ligar conmigo alguna vez, pero yo siempre los evitaba.
Nunca me había gustado hablar con ellos.
Cuando Alex se marchó, me había aislado por completo, lo que quedaba de verano.
Pensé que cuarto de eso sería el peor curso de mi vida, aunque gracias a Gonzalo había resultado un buen comienzo.
Pensando que en aquel momento estaba en el hospital, grave, me estaba hundiendo poco a poco.
-¡Eh! Guapa, tranquila, Gonzalo se pondrá bien- afirmó saliendo de su coche.
Salí, tenía razón
Dentro de poco, estaría bien.
Entramos de nuevo en su casa, por la puerta principal, y me llevó hacia su cuarto.
-Cámbiate- me dijo, entregándome un pijama de color rojo con corazones blancos.
Después de hacerlo, preparó un paquete de palomitas y se sentó a mi lado.
-Bueno, pues...¿ Quieres qué nos pintemos las uñas?-
Asentí.
Elegí el color rojo
Ella el verde, que resaltaba con sus ojos y su piel morena.
-Bueno, ¿No sería mejor que llamases a tus padres? Seguro que estarán muy preocupados.- me preguntó mientras se soplaba las uñas para secar el esmalte verde.
-No puedo llamarlos...-dije entristeciéndome- Es que... Mis padres están muy lejos. Trabajan en Las Baleares, y noestán casi nunca en casa. Nos mandan dinero todos los meses, y Viki, mi hermana, trabaja de camarera en Blue~River, los fines de semana.
-Lo siento, no lo sabía.-dijo agachando la cabeza-¿Blue~River? Voy mucho por allí, a desayunar!
Sonreí.
- A mí me encanta, preparan muy bien el yogur helado.-le comenté
-Me encanta con piña- me respondió
Las dos soltamos unas risitas.
Cogí un puñado de palomitas por primera vez en toda la conversación.
El resto de la noche, nos olvidamos de todo, y por primera vez en el curso, sentí que podía confiar en alguien, en ella.