-¿Preparada para el examen?- me preguntó María sonriendo.
No respondí, y seguí mirando hacia mi pupitre, con la hoja boca abajo.
-Charlie-
Seguí mirando la hoja. No quería hablar con ella. Sabía que me preguntaría por Gonzalo, que me diría que estaban muy preocupadas por mí, y que qué me pasaba.
-Shhh-la mandé a callar.
En el fondo me sentía fatal por hablarle así. Era mi amiga, mi 'Siister'
-Charlie, ¿Qué te pasa? Tú no eres así. Bueno, tú no eras así- susurró.
-Déjame en paz. No lo entiendes-
-¡Pues ayúdame a entenderlo!- se le saltó una lágrima.
-Lo siento, María, esto no es culpa tuya. Perdóname por hablarte así- pensaba en mi interior.
-No puedo ¿Vale? Y ahora déjalo. Tenemos que hacer el examen.
Cuando terminamos, María me dejó una notita en la mesa.
Te quiero siister, pase lo que pase. ❤
Me puse a llorar, y me fui al baño.
Me lavé la cara, para que no se me notase.
Cuando salí tropecé con un chico, al que no pude distinguir, y se nos cayeron los libros. Me ayudó a recogerlos, y cuando me vio la cara y yo pude ver la suya, me tiró del brazo hacia el cuarto del conserje, que olía a productos de limpieza.
-Felipe, sabes que no puedo...
-Shhh. Solo quiero saber como está Victoria.-me dijo, preocupado.
-Es que... no deberías estar hablando conmigo.
-Por favor, Charlie. ¿Cómo está?
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-Charlie, es por el bien de Victoria- me había dicho mi madre hacía una semana.
-Mamá. No lo voy a hacer ¡Me estás pidiendo que no hable con mis amigos!
¿¡Quieres convertirme en una marginada social!? Si quieres también puedes encerrarme en casa, para estar segura de que no salga.
Estaba furiosa
-Cariño, es que van a hacer preguntas y... Al final todo el mundo lo va a saber.
-Ya lo sé mamá, pero....
-Y por supuesto, no quiero que te acerques a Felipe. No quiero que se acerque a Viki.
-Pero mamá. Seguro que está muy preocupado. También es su bebé.
Yo sabía que Felipe era un gran chico, a pesar de haber cometido esa locura. Me pasaba lo mismo con mi hermana.
-Me da igual. No te quiero ver con él.
Y se fue de la cocina.
Solté un bufido
El bien de Victoria, el bien de Victoria.
-¿Y qué pasa conmigo? Pues yo parezco no importarle a nadie. Parece que a mi madre no le importa que me quede sola en el colegio o que suspenda lengua y sociales. Ahora todo gira alrededor de Viki.-pensé.
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-Está bien-le dije
-¿En serio?
-Bueno, fisicamente sí....Pero esta muy deprimida. Se pasa las noches llorando y te echa mucho de menos.
-Tengo que ir a verla- aclaró Felipe
-No puedes. Mi madre sería capaz de denunciarte.
-No me importa. Yo la quiero.
Suspiré. Lo entendía. Entendía lo triste y desesperante que era alejarte de la persona que más quieres por obligación.
-Vale. Tengo una idea.
Detrás de mi casa, hay una terraza que da a nuestro cuarto. Lo que tienes que hacer es coger la escalera que hay en el cobertizo, y subir por ella.
Ya era tarde para echarse atrás.
-Pero... ¿A que hora?- me preguntó.
Pensé ¿A que hora estaría mi madre ocupada?
-Sobre las siete estaría bien. Es cuando ponen 'Me Resbala' en la tele y mi madre no se pierde ni un programa.
-¡¡Gracias, gracias, gracias!!-me dijo abrazándome.
Y se marchó por donde había venido