#15

149 30 6
                                    

Tesla

Todos tenemos algo que nos fastidia. Puede ser una tan sola cosa, o varias, pero en todo caso existe algo que nos fastidia.

En mi caso, la última clase del día. Ya ha anochecido y aún sigo aquí, esperando que terminen de hablar sobre porqué sería peligroso que una célula no muera cuando debe. Y cuando estoy a punto de quejarme mentalmente por enésima vez entonces dicen: "Bien, nos veremos mañana para seguir discutiendo el tema".

Yo: Gracias al cielo —resoplo.

Meto la libreta a mi mochila, luego hago una visita rápida al baño y cuando mis prioridades están en orden me dirijo a la entrada de la facultad. Ahí está "F", esperándome como de costumbre.

"F": Te has tardado un mundo —se queja mientras reacomoda la mochila en su hombro.

Yo: No ha sido mi culpa.

"F": ¿Iremos por comida?

Yo: Por favor. Voy a desmayarme.

"F": Bien, entonces comida será.

Nos encaminamos hacia la entrada principal del campus. Nos tenemos que cruzar el corredor de enfrente que siempre está atestado de pizarrones con volantes y, para variar, este día parece que han hecho limpieza y tan solo han dejado intactos los pequeños carteles del pizarrón de anuncios académicos.

"F": ¿Te has enterado de Youth?

Yo: ¿Debería?

"F": ¡Oh, vamos, Tesla!

Yo: ¿Qué?

"F": Era tu novia.

Él me mira de soslayo y pareciera que espera algún tipo de reacción, pero no puedo darle demasiado. Hay determinadas cosas en esta vida que se merecen determinados momentos y verbos conjugados en pasado. Youth, por ejemplo.

Yo: Era —puntualizo.

"F": ¿Es que no la extrañas ni un poquito?

Yo: Te recuerdo que ella me dejó por Thomas.

"F": Tal vez sí la extrañes un poquito.

Yo: Ni en lo más mínimo.

Y eso podría ser verdad. Ayer se cumplió un mes desde que Youth y yo terminamos. O para ser exacto, desde que ella me cambió por ese tal Thomas Phills. Ese chico que lee poesía y que regala frases escritas a mano sacadas de libros que se encuentran en la biblioteca de la universidad.

¿Quién demonios te regalaría algo así?

Debí haber supuesto algo cuando de lo primero me enteré fue que él le regalo "Adulterio" de Paulo Coelho. Títulos como ese dan pistas, pero como soy un poco estúpido terminé por enterarme tarde.

Tal vez yo no sepa de poesía, pero en mi humilde y grosera opinión al menos tengo mejores gustos literarios, sin ofender al señor Coelho. Y no es que tenga algo en contra de él, sino tal vez en contra de Thomas específicamente, porque pienso que al menos "El Secreto" de Rhonda Byrne habría resultado más apropiado si lo que deseaba con tanta fuerza era a Youth. De todas maneras, en ambos casos el universo iba a terminar de concederle lo que quería.

Qué hijo de...

"F": Tal vez ya es tiempo de que te consigas otra novia.

Yo: ¿Para que me deje otra vez por alguien a quien le gustan los libros de autoayuda?

"F": Eres un dramático.

Yo: Mira, por el momento estoy bien, solo y en paz. Cuando de verdad quiera salir con alguien entonces lo haré.

"F": ¿Tienes a alguien en mente?

Yo: ¡Que no!

"F": Bien, bien. No te ofusques. Pero que sepas que puedes contar conmigo por si necesitas ayuda.

Yo: Lo tendré en mente.

Le doy un ligero empujón al hombro y "F" se tambalea un poco. Luego se echa a reír, pero su risa no dura mucho. Por alguna razón se calla repentinamente y vuelve a echarse a reír.

Yo: ¿Qué sucede?

"F": Mira —dice, cuando vamos pasando justo frente al último de los pizarrones de anuncios.

"F" señala un anuncio en específico y me acerco a ver.

"F": A los siguientes estudiantes se les solicita en la oficina de Registro Académico para la actualización de sus datos —recita con voz neutra.

Miro más detenidamente el anuncio y ya veo por qué a "F" le causa gracia. Ahí está mi nombre.

"F": Te he dicho que tenías que actualizarlos este semestre.

Yo: Lo olvidé.

"F": Estoy seguro de que aún tienen tu foto horrorosa en la que tienes el ojo morado.

Justo antes de iniciar el semestre pasado tuve un accidente con mi bicicleta y me golpeé el ojo. Como tenía que tomarme una fotografía para que pudieran abrirme un expediente en la universidad no tuve más elección que hacérmela con ese cardenal en la cara. Y aunque usé maquillaje para tratar de cubrirlo, fue inútil. Solo logré que se mirase peor.

Yo: Iré mañana —mascullo.

"F": Trata de no hacerte mierda el rostro esta vez.

Leo el listado de nombres que se extiende bajo el mío y me entero de que al menos no he sido el único que ha olvidado actualizar datos. De esa forma me siento menos inquieto al saber que no estaré yo solo siendo intimidado por la secretaria de la oficina, a quien la cara de pocos amigos nunca le cambia y que al parecer le disgusta tener que hacer su trabajo.

Por alguna tonta manía leo nombre por nombre hasta que llego al último. Y entonces hay algo que me resulta curioso y me saca una sonrisa, boba y por inercia, junto al pensamiento que se forma en mi cabeza.

Esto parece una coincidencia.

Son de esas coincidencias que, por parecer poco probables, suceden, y no puedes evitar pensar que el mundo tal vez es muy pequeño. Y que, claro, también te hacen pensar que tal vez el universo desea que conozcas otro de sus secretos.

Un secreto que por alguna razón deseo en mis adentros que coincida con lo que realmente estoy pensando.

No puedo evitar albergar una expectativa porque sea cierto lo que creo que es, y sin pensarlo mucho leo en voz alta el nombre del último chico que también ha olvidado actualizar sus datos.

Yo: Willow Heavenly.

Yo: Willow Heavenly

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.













El universo que llevamos dentro (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora