El universo que llevamos dentro (En corrección)

#32

"F"

—¿Entonces? —le digo.

—Entonces—repite Tesla a modo de respuesta.

Ninguno despega la mirada de la televisión. La consola de videojuegos está a una palabra mal sonante de explotar y si Tesla no cambia su táctica en Call of Duty lo haré explotar también.

Apunto con el revólver a un chico escondido tras una chimenea en el techo de una casa y le disparo, haciendo que caiga muerto desde el tejado.

Tesla gruñe y frunce su ceño.

—¿Entonces? —vuelvo a decir.

—Sí. Entonces.

—Demonios, Tesla. ¿Vas a contarme o no por qué no te he visto últimamente en las tardes?

Tesla corre a esconderse en la grama alta y de pronto lo pierdo de vista, así que me agazapo tras una roca y oteo el paisaje.

El escenario ha cambiado y ahora pareciera que nos movemos por un área rural con casas abandonadas. Se mira tan realista que me da la impresión de que este juego debería de tener una clasificación más alta para su nivel de violencia.

—Es por alguien, ¿cierto?

—Tal vez.

Salgo de detrás de la roca y comienzo a andar entre el pasto. Puedo escuchar disparos lejanos y una motocicleta que se atasca en el fango.

Tal vez debería de llegar hasta la línea de árboles y esconderme ahí. Tengo la impresión de que encontraré a quien busco si voy, así que sigo mi instinto y con sigilo me sigo moviendo hacia el frente.

—¿Quién es? —le interrogo.

—¿Quién es qué?

—¿Quién es la chica por la que me abandonas por las tardes?

—No sé de qué hablas.

De pronto algo explota frente a mí y ya estoy muerto.

Tesla grita de la emoción y me restriega en la cara que soy un inútil para esto.

Tal vez tenga razón. Soy más de juegos de plataforma como Mario Bros. Esto es demasiado sangriento para mí.

—La chica —le reprocho—. Con la que sales.

—No salgo con nadie, cariño —advierte.

Se quita sus cascos y se estira, tirándose al suelo.

La habitación de Tesla es enorme, y está tan ordenada y limpia que estoy seguro que si derramara comida en ella podría comerla directamente del piso.

No debería de esperarme menos. Es el hijo de un par de médicos. Es lo que se espera de una familia así: pulcritud.

—Bueno, entonces deja de abandonarme por las tardes y sal conmigo.

—¿Cuándo?

—Mañana —mascullo—. Estrenarán la película de gatos ninja de la que te hablé.

—Oh. ¿La que está basada en un libro?

—Sí. Esa.

—Mañana no puedo —sopesa suspirando—. Tengo algo que hacer por la tarde.

Me quito mis cascos y me tiro también al suelo. Está fresco y mi espalda agradece un poco de descanso luego de estar encorvada tanto rato.

—¿Me estás engañando con otro? —mascullo.

Tesla suelta una carcajada y vuelve a estirarse.

—Nunca, lindo.

—Entonces verás a Youth. ¿Es eso?