#35

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Tesla

El sol de mediodía calienta el césped y lo hace ver más brillante de lo usual. Al fondo, cerca de la facultad de leyes, hay unos chicos intentando colgar una pancarta en la entrada que dice "Feria de Logros" y llevan en ello mucho rato, tanto que comienzan a impacientarme.

Aquí, conmigo, bajo la sombra de un árbol y comiendo una barrita energética está "F", quien pica la pantalla de su celular y bosteza con mucha despreocupación.

"F": Si no cierras la boca se te meterá una mosca —masculla sin despegar la vista de su móvil.

Vuelvo a verle y me percato que me lo está diciendo a mí, pero no respondo. Solo me quedo callado y con la mente divagando en nada hasta que por alguna razón mi cerebro impulsa a mi boca a hablar.

Yo: Oye.

Él solo suelta un gemido a modo de respuesta.

Yo: Te quiero, "F".

"F" se queda con la barrita energética a medio camino hacia su boca y voltea a verme, inexpresivo.

Yo: ¿Está mal?

Se toma su tiempo para responderme; el suficiente como para sopesar lo que va a decir. Mientras divaga en medio de aquel silencio, pierde su mirada en los chicos de la pancarta y de pronto frunce su entrecejo.

Se mira muy serio, como todas esas veces en las que está resolviendo un examen o está a punto de hacer algo importante. Su quietud me impacienta y por un segundo pienso que tal vez he metido la pata hasta que...

"F": Yo también te quiero, Tesla.

Y con ese mismo semblante inamovible, asiente.

La voz de "F" ha sonado clara, concisa y honesta. Similar a esa que mamá me dedica cada vez que me dice que tenga cuidado al salir o que se alegra por mí por alguna cosa que haya hecho.

Esto es diferente a lo habitual con él. No es como cuando nos molestamos actuando como si realmente fuéramos una pareja. Esto es real. No es una simple bobería.

Yo: ¿Está mal?

"F": ¿El qué?

Yo: Decirlo.

"F": ¿Decirle "te quiero" a alguien?

Yo: A un chico. Que otro chico se lo diga.

"F" saca otra barrita de su mochila inmediatamente después de haberse terminado la anterior y sin perder tiempo comienza a comerla, resopla ruidosamente por la nariz y luego respira hondo antes de volver a hablar.

"F": No está mal.

Yo: ¿Tú crees?

"F": ¿Te sientes mal diciéndome que me quieres?

Niego rápidamente con mi cabeza porque, de hecho, me hace sentir bien que él lo sepa.

"F": Entonces no tiene por qué estar mal.

Yo: ¿Incluso para ti?

"F" se encoge de hombros y le da un enorme mordisco a su barrita, comiéndose un poco más de la mitad.

"F": El hecho que me lo digas o que yo te lo diga no cambia nada, Tesla. Sigues siendo mi amigo. —Él traga el bocado y vuelve a morder lo que resta de su barrita antes de continuar—. Si esto estuviera mal y si yo no te quisiera entonces no estaríamos teniendo esta conversación siquiera.

Yo: ¿Por qué nunca lo habías mencionado?

"F": Creía que era algo que ya sabías.

Yo: Bueno, es algo importante, supongo.

El universo que llevamos dentro (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora