#54

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Willow

Steven y yo estamos escondidos detrás del mostrador fingiendo que ordenamos la mochila de Gilbert, aunque en realidad lo que hacemos es evitar a Jude, su hermano.

Para ser más específico, es Steven quien lo evita. Ayer Jude vino por su hermanito, y Steven estaba temblando cuando salió a atender la despedida de Gilbert. Yo me dediqué a observarlo a través de la ventana del cuarto de descanso, y hasta estoy seguro de que pude escucharlo tartamudear. Por otro lado, Jude se miraba muy seguro de sí mismo, y tal y como Steven dijo, el chico parece agradable y es muy apuesto. Comprendo por qué le gusta.

—Deberías ir a hablar con él —le sugiero entre susurros. Agito la mochila de Gilbert y finjo hacer ruido innecesario para que Jude piense que estamos ocupados.

—¿Estás loco?

—Solo ve y salúdalo.

—No quiero.

—Entonces iré yo y lo despacharé sin más. Perderás tu oportunidad.

Hago el intento por ponerme de pie, pero Steven me hala de la manga de la camisa y me hace acurrucarme de nuevo.

—Pregúntale si le gusta tomar café —me implora.

—No.

—Willow.

—Creerá que quiero salir con él, cuando eres tú quien se muere por pulular a su alrededor —replico.

—Eso no es cierto —se queja. Pero parece analizar lo que acaba de decir, porque luego ratifica—. Bueno, solo en parte.

—Entonces ve —insisto.

—Pero...

De pronto Jude asoma por el borde superior del mostrador y, sosteniendo a Gilbert en sus brazos, carraspea, sacándonos un susto.

—¿Todo bien? —inquiere.

—Rezaré por ti —le susurro a Steven tan bajo como me es posible.

—Eres un mezquino y traidor —masculla él entre dientes.

Me pongo de pie, le sonrío al chico y a Gilbert, y le entrego la mochila a Steven para que haga lo suyo. Me voy a mi puesto de vigilancia tras la ventana para ver qué sucede. Esto es igual que las telenovelas que mira mamá luego del trabajo, solo que más interesante.

Por la pequeña ranura del ventanal alcanzo a ver a Jude quien espera pacientemente a que Steven termine de ordenar la mochila de Gilbert. Tiene el aire de un pintor, con su cabello castaño y su piel tostada por el sol. Es alto y me da la impresión de que algunas motas de color en su camisa no eran parte original del diseño, sino que son producto de algún proyecto artístico del que ha sido parte.

Tiene una mirada bastante cálida, contrario a Steven quien pareciera que si lo miras directamente a los ojos por más de tres segundos entonces va a partirte por la mitad y luego a incinerarte.

—Creo que no falta nada —anuncia Steven de repente, poniendo la mochila sobre el mostrador—. Hoy Gilbert se ha portado bien.

Jude sonríe, mira a Gilbert y le revuelve el cabello.

—¿Has escuchado eso, Gilbert? Steven ha dicho que has sido buen chico hoy.

Steven parece verse un poco aturdido durante unos segundos. Vuelve a ver directamente a la ventana, pidiendo ayuda, pero lo único que puedo hacer desde aquí es alzar ambos pulgares y esperar a que vea mi intento de aliento.

—Gracias por cuidarlo —advierte Jude enfocando su atención en mi compañero—. Mamá trabaja la mayor parte del día y yo paso muy ocupado en la universidad.

El universo que llevamos dentro (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora