ONCE XI: DENTRO DEL AUTO

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Una voz grabe fue la que resonó en mis oídos. Observé y había un hombre alto y corpulento parado frente al Mercedes negro y a unos pasos de mí. Ya sabía lo que significaba. Malditos sean, sabía que este momento llegaría, pero me dejaron esperando demasiado. Me había dicho a mí misma que no debía bajar la guardia, no lo había hecho por completo, pero muy en el fondo quería pensar que este día nunca llegaría. Me mostré segura ante el hombre que estaba parado frente a mí. Daba tres veces mi tamaño y tenía una cicatriz debajo del ojo derecho, no muy larga, pero notable a la vista de cualquiera.

- Sí, tengo un minuto. ¿En qué puedo servirle? – le pregunté con suma seguridad.

- El señor Koslov quisiera tener un diálogo con usted señorita Lux. Por favor por aquí. – me dijo mientras se paraba al lado de la puerta trasera del vehículo y la abría para que yo entrara.

Camine con paso seguro, rodee al hombre de la cicatriz, miré para todas partes, pero no había nadie observando. Subí en el vehículo negro y el hombre de la cicatriz cerró la puerta. Se paró de espaldas a ella, me bloqueaba la puerta por completo. Ajusté mi visión, dentro del vehículo estaba demasiado oscuro. Había un hombre sentado detrás del volante y sin duda alguna el señor Koslov a mi lado, pegado a la otra puerta. Me observaba con mucha curiosidad.

- Buenas noches señor Koslov. – le dije amablemente.

- Buenas noches señorita Lux, lamento mucho haber llegado repentinamente a su lugar de trabajo.

- No se preocupe señor Koslov. Ahora dígame, si está aquí es porque debe tener trabajo para mí.

- Estoy sumamente sorprendido con usted señorita Lux y sí está en lo correcto.


YO ERA UN ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora