VEINTIUNO XXI: MISIÓN (Parte I)

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En medio de todo el hombre seguía hablándome bonito. <<Que detestable>>, pensé. Aun así seguía sonriéndole de la manera más bonita posible. Él seguía comprando bebidas alcohólicas para mí, el barman me las servía sin nada de alcohol. Me estaba sirviendo jugo con el mismo color de la bebida que el hombre pedía. Ya estaba cansada de tomar jugo, así que estaba tomando lentamente. Me terminé el jugo que me estaba tomando y él pidió otro más, esta vez hizo que me distrajera con algo, yo me hice la tonta, pero sabía porque lo hacía. Era el momento de echarle droga a mi bebida.

Antes de tomarla yo lo distraje con otra cosa y el barman me cambio la bebida. La tome prácticamente de golpe, esperé unos quince minutos y comencé a decirle que me quería ir porque me sentía mareada. Él de una manera muy amable se dispuso a acompañarme. Hizo que me subiera en su lujoso auto del que tanto se estuvo jactando toda la noche. Le di mi dirección, pero sabía que no iríamos a ese lugar. Por el espejo retrovisor vi que los chicos nos seguían. No tardamos mucho hasta que llegamos a un estacionamiento bajo techo. Yo me estaba haciendo la dormida. Él detuvo el auto y lo escuche susurrar algo.

Al parecer estábamos en un estacionamiento privado de un edificio de apartamentos. Lo escuché abrir la puerta y bajarse. Abrí los ojos para ver a los chicos en una guagua negra, uno de ellos se bajó tomándolo por sorpresa y lo golpeo dejándolo noqueado. Lo subió en la camioneta, yo baje del auto y me subí en la misma emprendiendo la marcha, sabrán ellos para dónde, porque yo no sabía que sucedería después de esto. 

YO ERA UN ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora