En multimedia: OneRepublic - All This Time
Me doy cuenta de que el auto ha pasado más de tres veces por el mismo sitio sin llevarme a ningún lugar. Se detiene algunas cuadras después y el conductor gira hacia mí con lentitud cuando han transcurrido varios minutos. Vuelvo mis manos puños y no respiro, si tiene un arma estaré totalmente jodido. El hombre mete una mano en uno de los bolsillos de su pantalón y para mi fortuna saca un teléfono. Me lo extiende y no lo tomo enseguida. No puedo confiar.
—Llama a la policía, tienen que seguirte —me informa.
—¿Qué? —El asombro no da para más.
—Tienes treinta segundos para llamar a la policía y decirles que pueden seguirte. Solo cumplo órdenes. Te dejaré en la parte trasera de la casa a la que nos dirigimos y allí te encontrarás con Clarisa —me informa y lo veo incrédulo—. ¡Mierda! Llama de una vez, ya te quedan veinte segundos.
Pienso rápidamente en mis opciones. Si este hombre quisiera matarme, ya lo hubiera hecho y si esto es una trampa de igual forma estaría muerto ahora mismo. Le arrebato el teléfono que ya tiene el número de la policía listo. Digo justo lo que me ha pedido este desconocido y de inmediato soy transferido con la oficial que me ha interrogado antes. Ni siquiera me permite terminar, y prácticamente se ha burlado de mí por creer que me dejarían ir solo.
De lejos escucho las patrullas y el conductor del auto que me transporta arranca a toda velocidad. No puedo evitar pensar en si realmente acabo de cavar mi tumba o después de tanta mierda obtendremos un poco de ayuda. Entre más tardamos en llegar más me impaciento. Solo puedo pensar en Clari, en si aún vive, si está realmente herida, ¿qué le han hecho todo este tiempo?
Apenas aparcamos frente a una casa enorme de dos plantas que ocupa prácticamente el espacio en donde bien podrían estar cuatro casas, el hombre baja del auto y huye. Me deja completamente solo sin saber qué hacer o hacia dónde ir. Miro hacia mi derecha y luego hacia mi izquierda nervioso hasta la mierda, intento llevarme la mano a mi bolsillo y recuerdo que he dejado mi teléfono en la delegación y le doy un puñetazo al asiento delantero.
Pronto las patrullas rodean la casa y sin siquiera darme tiempo de pensar en qué cojones hacer el estruendo de todas las ventanas de la casa haciéndose trizas me hace tirarme al suelo del auto. Maldita mierda, pero en qué están pensando. Clarisa está ahí. Levanto la cabeza solo un poco y el sonido del tiroteo es insoportable. Gruño cabreado, ¡cómo se les ha ocurrido esa estupidez!
Abro la puerta con dificultad y me cubro lo mejor que puedo. Afuera descubro que estoy a varios metros de donde se desarrolla todo un operativo, los policías disparan y dan pasos cortos al mismo tiempo. ¿Cómo no les da una sola bala? ¡Joder! Escucho que alguien habla con un megáfono en mano, primero lo hacen en su idioma y después lo repiten en el mío.
"La casa está rodeada, salgan con las manos en alto", es lo que dicen una y otra vez y son tan idiotas para creer que en serio saldrán y se entregarán. Las personas dentro de la casa responden con disparos y en cuestión de segundos el patio trasero se vuelve una guerra campal. En el momento en el que veo salir de la casa a más hombres armados hasta las narices comprendo que las posibilidades de que Clarisa salga son casi nulas y me llevo una mano al pecho de forma ridícula y dramática como si eso aminorara el dolor profundo que estoy sintiendo.
Ni me entero del instante en el que dos sujetos me tiran al suelo, apenas y logro mirar sus uniformes de la policía y trato de zafarme, me ordenan algo y no les entiendo ni una puta palabra. Mi vista se fija en la única salida trasera de la casa y ruego al cielo por una última oportunidad. Joder, necesito una última oportunidad. Grito frustrado, nadie baja sus armas, nadie se da por vencido y me estoy volviendo loco.
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RETANDO AL AMOR (+18)
Любовные романыTERCERA PARTE DE LA TRILOGÍA RETANDO. El último reto está puesto sobre la mesa.