Capítulo 22: Zed.

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En multimedia: Ed Sheeran - Photograph.

Capítulo dedicado a DexterFollameDuro gracias por hacerme reír tanto con tus comentarios 😘

           

Cuatro horas me había llevado hacer el tatuaje que ahora trae Clarisa en la espalda. A pesar de que mi intención era hacer algo muy pequeño para que no sintiera ningún tipo de incomodidad, al final no sirvió de nada. Los tatuajes no duelen tanto como dicen. El primero que me hice no me dolió, pero la piel de Clarisa es muy sensible. Demasiado. Y, tuvimos algunos problemas con eso.

Hemos discutido un par de veces por su elección de camisas, de pronto se olvidó de las cicatrices y ha decidido usar camisas cortas que llegan hasta su cintura para que el puto tatuaje sea visible. Ya sé, no debería molestarme tanto, ya estoy cansado de repetirme mentalmente unas setecientas jodidas veces que no es un objeto y que no puedo decirle cómo vestirse. El problema radica en que lo sé, lo comprendo y lo entiendo pero nuestra relación jamás se ha desarrollado en términos normales y eso me hace tener miedo. Sí, joder. Miedo de que en algún punto se canse de todo esto.

Me río recordando la noche de ayer. Me ha esperado completamente desnuda en la cama y ha fingido estar dormida para que yo me pensara bien qué hacer. Como si verla dormida haría que mi polla no se despertara al encontrarla de esa forma. Follamos tres veces y aquí estoy, en mi puñetera oficina sintiendo que me ahogo con este estúpido traje de mierda, mirando con atención mi reloj cada dos segundos para poder irme y follarla otra vez.

Han pasado casi seis meses desde aquella noche en la que decidió tatuarse. Donaldo y Leila volvieron a desaparecer del mapa. Ella no lo sabe, no quiero preocuparla. Los dos primeros meses insistía e insistía en hacer algo hasta que poco a poco nuestra vida se fue acomodando, se ha olvidado de que seguimos en problemas. Y cambió una preocupación por otra. La universidad. Ha hecho algunos intentos por recuperar su beca, sin embargo las respuestas han sido negativas. También se ha empeñado en no aceptar que yo me haga cargo de pagar su carrera. Razón número nueve mil para discutir en ocasiones.

No quiero arruinar los inmensos avances que hemos tenido ambos desde que visitamos al especialista. La primera cita la tuvimos por separado, y el doctor se dio cuenta de que lo mejor era entrar juntos y así lo hemos manejado desde entonces. 

Joder, que al principio me aburría demasiado. Me sentía furioso con ese hijo de puta por obligar a Clarisa a recordar su pasado, a confesar sus miedos, sus temores, aunque fue él quien la convenció de no intervenir en el trabajo de la policía. Dijo que en su estado emocional podría colapsar finalmente si volvía a tener una experiencia traumática. Ni siquiera entendía cómo es que es tan fuerte, tan decidida después de todo lo vivido. Yo tampoco lo comprendo aún.

Luego, usó la misma desgraciada técnica conmigo y he terminado llorando como jamás lo he hecho junto a mi esposa en ese puto lugar. Me convertí en el niño que sigue sin superar la muerte de su padre. Que extraña tantísimo a su madre, que daría su vida para que ellos estuvieran vivos y poderles decir una vez más lo mucho que los quiere.

Clari confesó en la última sesión que el mayor de sus temores es perderme. Compartimos ese temor. No hay nada que me aterre más que perderla. El doctor cree que estamos muy apegados, muy cerca de una relación codependiente y toda esa mierda. Casi le doy un puñetazo al escucharlo. Explicó sus razones y a Clarisa y a mí no nos quedó más remedio que aceptarlo. Ella siente que no puede vivir sin mí y yo siento lo mismo. Aparentemente eso está mal.

El puto especialista nos ha sugerido hacer cosas por separado a pesar de que lo he puesto al tanto de nuestra situación. Clari está empezando a salir con Amber, como antes. Justo el sábado tuvieron una cita de chicas junto a Eva y yo... pues yo terminé haciendo pedazos un par de vasos. Ya lo sé. Soy un cabrón controlador.

RETANDO AL AMOR (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora