RETANDO AL AMOR (+18)

Capítulo 2: Zed.

En multimedia: So Far Away - Martin Garrix & David Guetta ft. Jamie Scott & Romy Dya.

          

Los días han pasado con rapidez. He recibido más visitas que cuando tenía a mi familia viva. Amber, Eva e Iván no faltan ni un día. Le he dicho a mi amigo que se tome unas vacaciones y no abra más el estudio, pero el trabajo lo distrae. Sé a lo que se refiere, yo hasta me he interesado en los negocios de mi padre para pensar solo un poco menos en que las búsquedas por las que he pagado tanto dinero no obtienen los resultados que deseo.

Frente a los abogados, algunos accionistas que han venido a verme, incluso la secretaria que papá tenía, un asesor financiero —sí, ahora tengo uno. Vaya mierda—, y mis amigos simulo llevarlo bien. Lo cierto es que cuando me quedo solo me siento terrible, el dolor es inaguantable, las ganas de salir corriendo de esta cama son cada vez más grandes y siempre miro por horas la puerta creyendo que algún maldito día ella entrará por ahí, me sonreirá, me mirará con sus ojos gatunos y yo volveré a sentirme completo. Nada de eso sucede y no sucede porque Clarisa sigue desaparecida. El maldito hijo de puta de su padre se ha comunicado un par de veces con Amber para preguntar por su hija. Ni ella ni yo le creemos y hemos decidido ignorar sus llamadas.

—Hemos buscado por las áreas cercanas y nuestro siguiente punto es este, señor —me indica uno de los investigadores en un mapa del área en el que el auto había caído.

—¿Hay algún tipo de pueblo cercano? —pregunto.

—Hay unos cuantos.

—¿Podrían buscar de una vez ahí? Quizás consiguió llegar y pedir ayuda. ¿Podrían?

—Sí —responde por compromiso. Lo sé. El equipo de rescate, desde su jefe hasta el último de sus hombres piensa que la búsqueda es una pérdida de tiempo, sin embargo, siguen haciendo lo que ordeno porque les estoy pagando el triple de lo que cualquier persona razonable haría.

Por la tarde recibo otra visita de quien ahora es mi abogado personal. No entiendo una mierda de lo que me hablan todas estas personas. Apenas y entiendo a qué se dedica la empresa. Lo sé porque fue a raíz de ello que me enamoré de los autos y su velocidad. Papá y mamá construyeron todo un imperio de autos de carreras. La empresa los distribuye y hasta ahí entiendo, pero luego vienen las verdaderas labores que tengo que hacer. No estudié finanzas, ni administración de empresas como mamá, no soy contador como papá y de economía sé muy poco. Es como si me hablaran otro idioma.

Toda esta situación de mierda me estresa hasta las pelotas. Ni siquiera puedo llorar a Clarisa en paz. Cada cinco minutos entra alguien nuevo por la puerta, necesitan mi firma y no tengo idea de lo que estoy firmando. ¡Joder papá! Me has dejado al frente de algo que desconozco por completo. 

—¿Sabes Ben? Podrían dejarme de molestar tanto. Aún no estoy bien y necesito concentrarme en buscar a mi esposa.

—Sé que estás pasando un mal momento —me dice Ben como si entendiera lo que estoy viviendo. Nadie lo entiende, nadie. Absolutamente nadie tiene una idea de lo difícil que es despertar cada puñetero día y saber que la mujer que amas de una forma poco comprensible se ha ido—, pero la empresa necesita a un presidente. Si no firmas los documentos y no apareces pronto por las oficinas los demás accionistas podrían convocar una junta y pedir un reemplazo.

—¿Un reemplazo?

—Como eres el accionista mayoritario no pueden correrte, lo que si pueden es sugerir que te quedes en casa, mientras por votación eligen al nuevo presidente y simplemente te enviarán un reporte de ganancias. Eso... es peligroso. Bien podrían quitártelo todo. Los negocios son una...