Capítulo 21: Clarisa.

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En multimedia:Hardwell & Austin Mahone - Creatures Of The Night.

Capítulo dedicado a GleNohellia22 💖

           

Me pierdo un poco en el verde de sus ojos bonitos, intensos, profundos y hechizantes. A veces quisiera tener el don de pintar, dibujar como él. Quisiera hacerle un retrato, llevarlo en mi bolso siempre. Paso mis manos por su barba y me pongo de puntillas para besarlo. Su aroma me envuelve. Sus labios bien perfilados me consumen. Ya no estamos enfadados.

Camina hacia atrás y no sé hacia donde me lleva. Lo sigo como si de un embrujo se tratara y me doy cuenta de en dónde estamos hasta que escucho que cierra el vestidor. Me pega a la pared y sus manos bajan hasta mi trasero, lo aprieta tanto hasta lograr tomarme bien y en un movimiento rápido me mueve hacia arriba y mis piernas lo rodean con facilidad. ¡Demonios! Ya estoy más derretida que un cubo de hielo en pleno sol.

Me da un mordisco en la quijada y echo mi cabeza hacia atrás para que ataque mi cuello. Lo hace y es tan placentero, sentir sus labios húmedos, besando, sus dientes mordisqueando, su lengua mojando mi piel. Mis manos empiezan a quitar los botones de su traje de policía. Solo lo había escogido para molestarlo un poco y como es costumbre, él ha terminado ganando.

Me gusta tanto sentirlo, tocar su pecho, experimentar sus abdominales. Su miembro duro me golpea con insistencia mi sexo desesperado. No podemos tener relaciones, no sin protección. Pero aquí estoy, olvidándome de que estamos metidos en una tienda extraña donde seguramente hay cámaras en cada rincón y ya me ha sacado los pechos de su escondite.

—Quisiera que no me gustaras tanto, ¿sabes? Me vuelves loco, Clarisa. Totalmente y completamente loco.

—Zed —intento detenerlo, aunque no sé bien a quién trato de engañar. Ya le he quitado todos los botones, el traje está caído de la cintura hacia abajo y también he sacado su miembro de su ropa interior—. Estamos en una tienda de ropa —le recuerdo tratando de que él entre en razón. Yo ya la he perdido.

—Necesito estar dentro de ti, por favor sé razonable —me pide pasando un dedo por la hendidura de mi sexo.

—No traes protección, tiraste los malditos preservativos.

—Bien, bien. No me vendré dentro, te lo prometo.

—De acuerdo.

—Date la vuelta. —Lo hago sin rechistar y recuerdo el premio. ¿No pensará hacer eso aquí?

—Zed...

—Tranquila, No pasará.

Apenas termina su oración me invade y entierro mis dientes con toda mi fuerza en mis labios. Mis manos se apoyan con fuerza en el artefacto en donde se supone debería poner mi ropa en lo que me cambio. No puedo creerlo, no tenemos pena alguna, ya nos da igual tomarnos en casa con nuestros amigos en la siguiente habitación o en un vestidor. La adrenalina de ser descubiertos vuelve todo aún más placentero.

Aprieta con fuerza mi cadera y la potencia de sus movimientos me estremece a grandes magnitudes. Suaviza un poco sus salidas, pero pone presión en sus entradas. Me mata cuando hace eso, es desesperante y delirante a la vez. Suelta mis caderas sin dejar de moverse y separa mis glúteos con sus manos. De un momento a otro siento su pulgar rondar el lugar prohibido. Primero de forma alejada, con roces pequeños. Su miembro no le da tregua a mi sexo y su maldito dedo parece causar efecto, poco a poco me relajo, y soy consciente de que yo misma abro más mis piernas, como si lo estuviera pidiendo. Necesitando. Duele, pero es un dolor muy extraño. Su dedo se mueve y se mueve y se mueve en círculos sobre esa piel que puedo sentir expandirse cada vez más. 

RETANDO AL AMOR (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora