Parte 9

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______ se dijo que todo iba bien, que el proyecto estaba avanzando adecuadamente y, aunque no podía dejar de pensar en Lay vestido de esmoquin para ir al teatro, se dijo que aquel hombre no era para ella, que solamente era el protagonista de uno de sus artículos.

Aun así, a la mañana siguiente puso esmero a la hora de vestirse y eligió unos pantalones grises y un jersey de lana en el mismo tono con botones de perlas y se recogió el pelo en una trenza.

Parecía una mujer de negocios.
Si su madre la hubiera visto, se habría sentido increíblemente decepcionada, porque a ella le hubiera gustado que su hija no desaprovechara su talento y su creatividad en un trabajo tan gris.

______ suspiró al salir del coche ante un edificio pequeño y viejo y se dijo que, en aquella ocasión, no iba a permitir que sus emociones interfirieran.

Por eso, cuando llegó junto a Lay, le sonrió de manera cortés pero breve.
Junto a Lay había un hombre mayor, bajo y nervioso, de ojos amables que vestía un traje gris y limpio, aunque viejo.

—Me gustaría terminar con esto cuanto antes —dijo Lay.

Bob Beardsman asintió y los hizo pasar a su despacho.

—Muy bien, necesito una contestación —insistió Lay.

—Es una decisión muy difícil, señor Zhang—contestó el hombre limpiándose el sudor de la frente con un pañuelo.

—No es para tanto, Bob —le aseguró Lay—. Su empresa está al borde de la quiebra, debe dinero a mucha gente, ha tenido que despedir a buena parte de su plantilla y los que siguen trabajando para usted lo hacen sin cobrar. Lo que yo le ofrezco es hacerme cargo de todos esos problemas.

—¡Es una empresa familiar, señor Zhang! La fundó mi abuelo.

—Y a su abuelo no le hubiera hecho ninguna gracia verla en las garras de los acreedores.

Aquella conversación tan dolorosa se alargó en el tiempo durante una hora y media.
Lay le planteó los datos de manera brutalmente real y el viejo intentó aplazar la venta.

Al final, Lay se puso en pie y consultó el reloj.

—Se acabó la conversación —anunció—. Ya sabe usted cuál es mi oferta. Le doy una semana para que lo consulte con su familia y me dé una contestación. Si decide vender, mis abogados se pondrán en contacto con ustedes. Si no, prepárese para que lo despedacen vivo los tiburones. Si se cree que yo soy duro, espere a ver a los demás.

—¿Cómo has podido hacer una cosa así? —le dijo ______ cuando estuvieron en el coche.

—¿A qué te refieres?

—Ese pobre hombre... ¡lo tenías completamente intimidado!

—______, tienes permiso para acompañarme, pero no para comentar mis acciones o cómo manejo mis negocios. Te aconsejo que no abras la boca.

—¡Lo que has hecho es indecente!

—No tienes ni idea de nada —le espetó Lay con frialdad—. La vida no consiste en vivir una burbuja de color de rosa, sino en vivir un paso por delante de los demás. Esto te va a interesar, ______, porque es importante. He llegado a donde he llegado porque voy siempre por delante de los demás. No es un delito ni un pecado, simplemente la vida es así.

—¿Me estás diciendo que ir un paso por delante de los demás es abusar de la gente?

Lay la miró con los ojos entrecerrados y se dijo que debería encogerse de hombros y dejar que aquella mujer pensara lo que le diera la gana de él, pero...

—Estoy intentando salvar a Bob —dijo por fin—. Lleva años haciendo muebles, pero cada vez los muebles hechos a mano son más caros y se demandan menos. No puede competir con las imitaciones, que son más baratas. Ahí yo no puedo hacer nada. Sin embargo, lo que sí puedo hacer es hacerle una generosa oferta por su empresa, que es exactamente lo que he hecho. Si la rechaza, se va a encontrar con que le van a quitar todo y que podría incluso ir a la cárcel por la cantidad de deudas que tiene.

—¿Y tú por qué tienes tanto interés en comprar esa empresa?

Lay suspiró irritado.

—¿Y tú por qué tienes tanto interés en un negocio que probablemente ni siquiera se haya resuelto cuando tú hayas desaparecido?

—¡Porque es un reflejo de ti! —exclamó ______—. Te recuerdo que estoy aquí para conocerte —añadió mirándolo a los ojos y sintiendo una sensación curiosa en la tripa.

Lay se quedó pensativo.

—¿No has notado nada dentro del edificio?

—Sí, que estaba todo muy silencioso —contestó ______ frunciendo el ceño.

—¿No te has dado cuenta de que tiene varios metros cuadrados y un buen terreno?

—¿Vas a comprar la empresa familiar de ese pobre hombre por el terreno?

Aquello hizo que Lay se sonrojara y se preguntara por qué demonios se había molestado en dar una explicación de lo que hacía.
Ahora, ______ lo miraba de manera acusadora y lo estaba irritando sobremanera.

—¿Y qué piensas hacer con el terreno?

—Pienso convertirlo en un centro comercial.

—A ver si lo he entendido. Ese pobre hombre va a tener que soportar ver cómo su empresa cae bajo las palas de las máquinas porque un especulador quiere construir un centro comercial.

Lay la miró indignado.

—¡No consiento que nadie me hable así! —le espetó.

______ ignoró su cólera.

—¿Ganar dinero es lo único que te importa en la vida?

—Como a casi todo el mundo —contestó Lay—. ¿Acaso a ti no te gusta ganar dinero?

—No es lo único que me motiva, te lo aseguro. Me parece que hay cosas más importantes. Por ejemplo, disfrutar de la vida.

—¿Qué hiciste anoche?

—¿Anoche? Nada. ¿Por qué?

—¿Y anteayer por la noche?

—Creo que me quedé viendo la televisión.

—¿Y qué vas a hacer esta noche?

—Veo por dónde vas, Lay y te diré que mi vida no gira en torno al trabajo. Además, no me refería a tener que salir constantemente y a tener que estar haciendo cosas. No es ése el concepto que yo tengo de disfrutar de la vida.

—A mí me divierte mucho la vida que llevo. Mañana he quedado para cenar en un restaurante de Fulham con unos amigos. ¿Por qué no te vienes con nosotros? Seguro que te interesa. ¿No lo querías saber todo sobre mí?

______ lo miró molesta.

—¿No te atreves? —la retó Lay divertido.

—Dime a qué hora tengo que estar y allí estaré.




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😘😙😚😉

Gracias por leer ...!!

En brazos de un italianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora