En brazos de un italiano

Parte sin título 12

Efectivamente, lo primero que vio ______ al despertarse fue la nota de Lay.

Al abrir los ojos, recordó la noche anterior, desde su entrada triunfal en el restaurante hasta la llegada a casa acompañada de un muy enfadado Lay al que había estropeado su noche con Jessica.

______ se incorporó con intención de levantarse de la cama para leer la nota y entonces se dio cuenta de que llevaba puesto su viejo camisón.

Lay era la única persona que había estado en su casa la noche anterior, así que...

______ sintió que un calor atenazador se apoderaba de ella de pies a cabeza y gimió de vergüenza al comprender que se había comportado como ella no era en realidad.

Cuando, por fin, pudo levantarse de la cama y leer la nota de Lay comprobó con agrado que no había ni una sola palabra de recriminación, que simplemente la citaba para comer con él en un restaurante italiano en Knightsbridge porque quería hablar con ella.

______ se pasó el resto de la mañana preguntándose de que querría Lay hablar con ella, y se dijo que seguro que era algo malo y humillante, pero no vio la manera de escapar de la situación sin defraudar a su madre, a la madre de Lay, a la editorial y a sí misma.

Así que a las once y media se encaminó al restaurante en autobús.
Había vuelto a vestirse con sus ropas habituales en un esfuerzo consciente por distanciarse de la persona que había sido la noche anterior.
En cuanto entró en el local, vio a Lay en la barra, tomándose un refresco.
Estaba increíble, natural y sexy.

______ había pensado lo que le iba decir, porque era obvio que tenía que pedirle perdón, pero, al verlo ahora, se dio cuenta de que pedirle perdón sería un gran error.

Lo último que Lay querría sería una mujer llorándole en el hombro.
Si tenía intención de deshacerse de ella porque la veía como una carga, demostrar vulnerabilidad no haría sino convencerlo de su decisión.

Lo peor que podía hacer era mostrarse como una mujer llorona que necesitaba ayuda.

Mientras se dirigía hacia el, se lo imaginó desnudándola, acariciando su cuerpo, y se le hizo realmente difícil no salir corriendo.

—Hola —saludó mirando al camarero.

—¿Te encuentras bien? —contestó Lay mirándola intensamente con sus maravillosos ojos miel.

—Bueno, esta mañana me dolía un poco la cabeza, pero me he tomado un par de aspirinas y ahora estoy fenomenal —contestó ______ intentando sonar natural, como si bebiera todos los días—. ¿Nos vamos a quedar en la barra o nos vamos a sentar en una mesa? Este sitio está muy bien, un poco lleno, pero es normal teniendo en cuenta que está en Knightsbridge, ¿no?

—Supongo que será mejor que nos sentemos en una mesa —contestó Lay haciéndole una señal al camarero.

Mientras la seguía hacia la mesa que tenía reservada, Lay suspiró, pues no sabía qué hacer.

Había contemplado la posibilidad de ignorar lo que había sucedido la noche anterior, pero no le parecía bien porque, al fin y al cabo, conocía a ______ y no podía deshacerse de ella así como así. Si hubiera sido otra persona, no habría duda en decirle a su secretaria que no quería volverla a ver, pero con ella resultaba imposible.

De repente, recordó cómo la había visto la noche anterior, como una muñeca de trapo mientras le quitaba el vestido, y cuál había sido su inocente reacción al ver sus pechos.

Lay frunció el ceño, irritado al recordar aquel momento en el que su control había desaparecido por completo y lo había reemplazado una sensación muy confusa.

—Tenemos que hablar —declaró sentándose.

🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁

😘