- ¡Cannibal! Deberías... deberías de estar muerto.
Posó su brazo en mi hombro.
- Venga ya, todos nosotros deberíamos de estarlo no sé de que te sorprendes tanto- lo aparté de un empujón.- Oh vamos, no seas así Skull. Pensaba que éramos amigos.
- No sé como demonios has hecho para estar... andando todavía, pero no pienso ir de la mano de un psicópata como tú.
- Nadie ha dicho que tengamos que ir de la mano por la calle- de pronto su tono burlón desapareció.- Ahora en serio, he venido a hablar.
- A hablar, ¿de qué?
- Querría proponerte un trato.
- ¿Un trato? No sé si me beneficiaría mucho hacer un trato con alguien que intentó matarme y devorarme.
- No hay que vivir en el pasado Skull, aquello solo fue...- movió su mano en círculos- la emoción del momento- otra macabra sonrisa decoró su rostro.
- Sí, claro. Suéltalo de una vez.
- Está bien está bien, si no me equivoco lo que tienes en mente es atacar a Zead ¿no?
- Así es- seguía sin saber por donde iban a salir los tiros.
- E igualmente aún ni siquiera sabes su ubicación, ¿o estoy equivocado?
- Déjate de rodeos Cannibal, ¿acaso piensas revelármela?
- Sí, era lo que pensaba hacer.
La verdad es que aquello me facilitaba mucho las cosas pero estábamos hablando de Cannibal, no podía fiarme al completo.
- ¿Y qué ganas tú con eso?
- Tu ayuda para colarme... y matar con mis propias manos a Iain.
- ¿A Iain? Pensaba que estábais del mismo bando.
- Y así era- su rostro cogió un tono amenazador y frío-, pero después de nuestra pelea quedé muy malherido. Él y Shona se presentaron esa misma noche en Massacred para recoger mi cadáver y al ver que aún me movía intentaron rematarme llamándome inútil y poniéndome al nivel de la basura, pude escapar a duras penas.
- A decir verdad creo recordar que dijo algo parecido sobre tí cuando me lo encontré la primera vez.
- Nadie me insulta y escapa de rositas, sea quien sea.
- ¿Y qué hay de mí entonces? Casi te remato ¿no?
- Puede que así sea pero lo nuestro fue una pelea limpia, y además te hiciste cargo de aquella macabra mujer quitándome la mitad del trabajo. Aunque cuando encuentre a Iain pienso hacerle sufrir hasta el último segundo.
- Bueno, supongamos que acepto tu trato- de todos modos tampoco es como que tuviera alguna otra alternativa.- Vamos a Zead, nos presentamos allí, ¿y qué?
- Por eso no te preocupes la conozco bien, simplemente nos meteremos por una de las entradas traseras para evitar ser detectados y luego haremos lo que hay que hacer. ¿Qué es lo que tienes tú en mente?
- Primero destruir los laboratorios, y segundo encontrar al asesino que me mató tanto a mí como a mi padre y devolverle la misma moneda.
- Entonces está todo dicho, ¿no? ¿Puedo tomarlo como un sí?
- No hay de otra, pero si veo indicios de que me traicionas o haces algo raro acabarás como la última vez.
- Seré como soy pero cumplo mis promesas, no tienes de que preocuparte.
- Pues entonces ya estamos tardando en ponernos en marcha.
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Zead (reescribiendo)
RandomThomas Black, un chico de 17 años que misteriosamente vuelve a la vida, sin memorias de sí mismo más que su nombre. Sabiendo el rechazo que sufriría de la sociedad por su aspecto y su naturaleza decide esconderse de esta hasta que poco a poco va inm...