Sharp

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Subía escalera tras escalera, ¿cuantas malditas plantas podía tener un rascacielos? Ya no sabía ni en cual me encontraba.

Se empezaron a escuchar pasos y voces por debajo de mí, la guardia del edificio se estaba movilizando y me estaban buscando, seguramente habrían abatido a Roach de una vez.

Aligeré el paso y empecé a subir más deprisa, no tenía ni el tiempo ni las ganas de pararme a pelear ahora contra tantos... humanos.

De pronto algo voló hacia mí y se clavó a escasos centímetros de mi cara en la pared. Se trataba de un pequeño (y afilado) hueso.

- Esto me resulta familiar- dije al aire.

- Volvemos a vernos Skull.

Era la misma voz que me había hablado cuando salí de enterrar a Errol junto a Aileen.

- Gracias por enviarme en aquella ocasión a una emboscada tan descarada como esa.

- Yo solo cumplo lo que me dicen- cada vez que hablaba parecía que estaba en un sitio distinto, como si se estuviera moviendo entre las sombras del rellano sin que fuera capaz de verle.

- No tienes porque obedecerles aunque te hayan traído de vuelta a la vida, sigues siendo una persona con ideas propias.

Miraba a todos lados pero era incapaz de atisbarle.

- Lo sé, solo he seguido al lado de Zead para este momento.

- ¿Este momento?

Unos cuantos huesos más volaron hacia mí, aunque conseguí esquivarlos milagrosamente.

- Verás, en mi anterior vida fui un luchador en las calles. Me metía en peleas cada dos por tres solo por saborear la adrenalina que produce un buen enfrentamiento en el que sabes que puedes morir, incluso derroqué a grandes bandas de mafiosos yo solo por puro placer.

- ¿A dónde quieres llegar? No te he preguntado por tu vida.

- A que sabía que si me quedaba en Zead tarde o temprano podría enfrentarme a otro despertado, a alguien cuya fuerza podría darme más placer que ningún otro ser.

- Estás enfermo.

- Puede- contestó él-, pero pienso disfrutar de esto hasta que uno de los dos vuelva a la tumba.

Cayó sobre mí desde el techo golpeándome en la cabeza y tumbándome en el suelo del golpe, me recobré inmediatamente haciendo un barrido con las piernas que el consiguió esquivar con gran facilidad.

- Bien, ¿y tú que es lo que haces?¿puedes volar y escupir fuego por la boca o algo? A estas alturas ya no me sorprende nada.

- No seas fantástico- me respondió.

Sus brazos empezaron a cambiar de forma hasta que la parte exterior de sus antebrazos y manos quedaron totalmente planos. Se acercó hacia mí blandiéndolos como si se trataran de espadas y consiguió hacerme un gran corte en el pecho, si siguiera vivo habría tardado pocos minutos en morir desangrado con una herida así.

- Así que es eso- le dije.

- ¡Vamos pelea!

Empezó a dar estocadas a diestro y siniestro y en un espacio tan reducido como el que nos encontrábamos me resultaba casi imposible esquivarlas, cuando me di cuenta estaba lleno de cortes por todo el cuerpo.

- ¡Muere!

Su brazo izquierdo vino directo a mi cara como un puñal, rasgó parte de la máscara y cortó mi ojo derecho, pero era un pequeño precio a pagar por mantener mi cabeza en su sitio.

Le agarré y lo empujé hacia atrás golpeando la barandilla de las escaleras y haciendo que cayésemos los dos por el hueco de las mismas. Íbamos dando (y dándonos) golpes por un lado y por otro durante la caída hasta que por fin tocamos suelo, aunque no habíamos podido elegir un peor sitio para caer. Habíamos aterrizado justo en medio de un gran grupo de guardias armados hasta los dientes cuyo objetivo seguramente fuera el de aniquilarme, me tenían rodeado completamente.

- Buen trabajo trayéndolo hasta aquí Sharp- le dijo uno de los hombres a mi contrincante mientras daba un paso al frente y levantaba su brazo.- ¡A mi orden, disp...!

No le dio tiempo a acabar la frase antes de que mi rival sorprendemente le rebanara el cuello sin titubear.

- ¡No os metáis!- gritó Sharp, quien furioso empezó a dar mandobles por todos lados aniquilando a gran parte de los guardias.

Dejaron de apuntarme a mí para empezar a dispararle a él pero sus esfuerzos eran inútiles siempre que no le dieran en la cabeza, y era demasiado ágil para que lograran acertar a pesar de la corta distancia que los separaba.

Aproveché ese momento de distracción para arremeter contra él por la espalda, estampándolo contra una de las paredes.

- ¿¡Eso es todo Skull!?

Me atravesó literalmente el pecho con uno de sus brazos, al sacarlo observé como me había arrancado un pequeño órgano negro y podrido, tenía mi corazón en la palma de su mano. Lo estrujó entre sus dedos y acto seguido lo tiró al suelo, no sabía como sentirme ante aquella escena. No podía dejar de mirar el profundo hueco que ahora decoraba mi caja torácica.

- Tienes suerte de ser un despertado- dijo mientras me apuntaba con su brazo-, sino ahora estarías fiambre. Aunque la diversión solo acaba de empezar.

- Vas a arrepentirte de haber hecho eso- le dije yo. Los dos empezamos a correr el uno hacia el otro.

Tras un largo intercambio de golpes consiguió cogerme desprevenido agachándose de repente y poniendo sus brazos en forma de equis me atravesó esta vez el estómago. Poco a poco los iba separando dentro de mi cuerpo haciendo más grande el corte, si seguía así acabaría partiéndome por la mitad.

- Hasta aquí llegó nuestra pelea.

De pronto un ruido sordo rebotó en toda la sala, Sharp me soltó y cayó al suelo cual cadáver con un agujero tras la cabeza. Uno de los guardias que habían sobrevivido había aprovechado nuestra trifulca para colocarse detrás del despertado y pegarle un tiro en la nuca.

Inmediatamente después me apuntó a mí, que intentaba evitar que mis tripas se desparramaran por el suelo aguantándolas con los brazos.

- ¡No te muevas aberración!- me dijo-. No deberíais ni de existir en este mundo.

- Eso díselo a los que se encuentran arriba.

El cuerpo de Sharp pareció moverse durante unos instantes, el guardia apartó la vista de mí un segundo por el sobresalto y corrí hacia las escaleras aprovechando el despiste.

Zead (reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora