Zead (reescribiendo)

Verdad

La puerta daba a un inmenso despacho lleno de lujos de toda clase. Enfrente de mí, al lado de una gran mesa, se encontraba Iain, y a su lado, sentado en un sillón de un negro azabache, se encontraba un hombre con esmoquin. Tenía pintas de ser de la quinta del científico, llevaba el pelo rasurado y no apartaba su vista de mí.

- Así que una de las ratas consiguió escapar- dijo Iain mientras se toqueteaba el ojo robótico.

- Y tienes suerte de que no sea Cannibal sino te estaría despedazando ya mismo.

- Tse habría que verlo.

- Así que, ¿tú eres Skull?- habló por primera vez el hombre que no conocía.

- Así me llamais sí. ¿Y tú eres?

- Me llamo Kendrik, y soy el dueño de esta empresa- su voz imponía más de lo que hubiera pensado.

- Entonces eres tú el culpable de todo.

- ¿¡Culpable de qué!?¿¡De llevar adelante mi negocio!? Más bien debería de echarte a ti las culpas de meter tus narices donde no te llaman y arruinar MI empresa- se levantó de su cómodo asiento mientras me señalaba con el dedo en plan amenazador-.

- ¡No las hubiera metido si tu negocio ni se dedicara a experimentar con seres humanos, ni me hubiérais mandado a unos malditos psicópatas resucitados a cortarme la cabeza, ni tuviera que ver con el motivo de mi muerte!

- ¿Tu muerte?- me miró intrigado-. ¿Quién demonios eres?

- Si lo que quieres es saber quien soy solo mira.

Me llevé las manos a la cara y me quité la máscara por primera vez desde la casa de Reid. La contemplé durante unos segundos, me había acompañado desde prácticamente todo el camino y le tenía mucho aprecio al ser un obsequio que me había dado Errol, aunque al igual que yo estaba hecha un desastre por culpa de todas las peleas que había tenido. Me la guardé en el bolsillo y levanté la cabeza.

- No puede ser...- dijo Iain, que se quedó con la boca abierta cuando vio mi rostro.

- ¿Quién es?- preguntó Kendrik.

- Es...

- Soy Thomas Black- dije cortándolo-. Hijo de Angus Black, el científico que cooperó más en la causa original de estos experimentos... hasta que decidiste usarlos en beneficio propio y quitarte de en medio a mi padre y al señor Reid.

- ¿Es el hijo de Angus?- le preguntó a Iain.

- Así es, aunque me consta que murió en la explosión de...- por sus gestos se notaba que estaba dándole vueltas a algo.- ¡Claro! Angus debió de inyectarle la sustancia del despertar antes de que murieran, tal vez se olía algo de lo que planeábamos y se escondió una dosis para utilizarla. Por eso no constaba en ningún archivo que hubiera otro despertado más aparte de los cinco.

Entonces todo era cierto, los dos hombres que se encontraban frente a mí eran los culpables de mi muerte y la de mi padre. Ahora empezaba a recordar aquellos últimos momentos justo antes de la explosión, como mi progenitor se acercó a mí y me abrazó con lágrimas en los ojos, como durante el abrazo sentí un pinchazo en la espalda, como me susurró algo al oído... y el resplandor que nos envolvió a nosotros dos y a todo lo que nos rodeaba.

- ¡VOSOTROS!- la rabia que sentía dentro de mí era incalculable, notaba como un hilo de sangre roja brotaba por mi único ojo intacto-. ¡SOIS LOS CULPABLES DE TODO!

Cegado por la furia me abalancé hacia ellos. Iain se puso entre Kendrik y yo y sorprendentemente fue capaz de pararme en seco y lanzarme hacia atrás de una patada.