Capítulo 6.

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Zachary.

Han pasado ya cuatro días y he decidido que es el momento de hablar con Ferraro para ponernos de acuerdo sobre lo que vamos a hacer para el trabajo de Historia del Arte. He estado esperanzado en que él diera el primer movimiento pero me tocó a mí.

El problema es que es vergonzoso porque él es el guay de la escuela y yo tengo miedo de comenzar a babear en cuanto me dirija la palabra pero si no hacemos algo la maestra Tucker nos matará. Y yo tengo la intención de vivir mucho más.

Tengo muchas cosas aún por hacer, por ejemplo emborracharme por primera vez, darle la vuelta al mundo, lograr tocar las tetas de Aspyn, tener sexo. Sobretodo tener sexo. Con un chico, claro. Con una mujer ya lo hice y fue un completo desastre y vergonzoso. A mi "amigo" no le dio la gana de levantarse, allí entendí que debía apuntar mi radar y mi pene hacia otros lares. En los túneles o cavernas. En fin, ustedes entienden. Dejando de lado mi vida sexual debería concentrarme en lo que debo hacer.

Así que empiezo por el comedor, donde tengo la certeza de encontrarlo. Y en efecto ahí está, sentado junto a esa estúpida de Mallory Jones, su novia. Inevitable la presencia de la estúpida número dos, Melody Cliff (la amiguita de corazón de la estúpida número uno) y algunos de los miembros del equipo de básquet de la escuela. Ellos sí son dignos de ver: altos, musculosos, bellos en una palabra.

Ignorando mi instinto homosexual que me hace pensar cosas sucias de cualquier humano del sexo masculino menor de veinticinco años que me encuentro en las clases, me acerco lentamente a la mesa, tragando saliva. ¿Desde hace cuanto mi boca produce tanta? ¿Y si cuando abro la boca para hablarle, escupo? ¡Oh, Dios! Calma, calma Zachary ¿Desde hace cuánto me pongo nervioso para hablar con alguien? A menos que seas el representante de tu clase y te toque dar un discurso frente a todos los profesores y el director.

Cálmate, por favor.

Cuando me coloco detrás de Ferraro, la primera en notarme es la estúpida número dos, Melody, que riendo como la perfecta cretina que es, dice en voz lo suficientemente alta para llamar la atención de todos- ¿Qué querrá en nuestra mesa alguien como Zachary Raynolds?

De inmediato la cabeza de Mallory gira a una velocidad impresionante (y admito que quería que se le zafara del cuello en ese momento) para observarme- ¿Acaso no sabes, Raynolds, que esta es una mesa exclusiva?- dice casi en un susurro, amenazante- ¿Qué haces aquí, perdedor?

Meto las manos en los bolsillos mientras ignoro olímpicamente a esas dos idiotas dirigiendo mi mirada a Noah- En realidad, estoy aquí para hablar con Ferraro- explico.

Él se gira hacia mí, me observa por unos segundos y luego se le enciende la bombilla- Ah, sí. Por el trabajo de Historia del Arte- confirma.

-En efecto, faltan tres días y nosotros no hemos realizado nada. O nos ponemos de acuerdo o yo trabajaré por mi cuenta y tú haces lo que quieras.

-¡Como eres arrogante!- exclama Mallory, observándome con fastidio.

Levanto los hombros y los dejo caer pesadamente- Lo siento mucho, Jones, pero no tengo intención alguna de sacarme una F. Yo tengo como objetivo ir a una buena universidad, YO- le hago énfasis en la última palabra para que le quede claro el concepto, ya que ella es demasiado estúpida para siquiera pensar en ir a la universidad. Me gusta Milanville pero es un catre de ciudad y yo me quiero ir. Tal vez a Los Ángeles o Nueva York, San Francisco, Seattle, Las Vegas... Grandes ciudades, llenas de vida, de oportunidad. Y donde ser gay no dé tanto miedo porque no estaré solo.

Mallory está por decir algo, abriendo la boca en forma de O y pareciendo un pez (que en su caso sería una mejora), pero Noah la interrumpe- Raynolds tiene razón- comenta a su novia, luego se voltea hacia mí y con voz normal me dice- ¿Nos vemos en la biblioteca después de las seis? Antes tengo entrenamiento.

Amor es Amor ® [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora