Capitulo 2.

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Noah.

-En serio, Mallory, ¿por qué tienes que llamarme a esta hora de la mañana?- me gustaría no parecer tan cretino pero en serio: siento que me cogen por las bolas. Son menos de las ocho de la mañana. ¡Mierda!

-¿No puedo darte los buenos días? ¡Soy tu novia!- estalla ella del otro lado de la línea, claramente enfadada.

Supiera cuan enfadado estoy yo... Y no es mi novia. El hecho de que salimos desde hace dos años y de habérmela llevado a la cama no la hace mi novia. En mi casa, las novias son con las que te quieres casar y con Mallory no me caso ahora ni nunca- Nos veremos en menos de media hora en la escuela... ¿Qué quieres?- De verdad, Mallory ¿Por qué diablos me tienes que llamar a las siete y media? Mierda.

Ella resopla, fastidiada, después de unos segundos se recupera de inmediato- Tesoro, sólo quiero ser dulce. deberías serlo de vez en cuando.

-No soy de los que hace ese tipo de cosas, Mal- espeto.

Ella ríe coqueta- Lo , me gusta que seas un poco rudo.

Observo el teléfono extrañado, luego me despido y cuelgo.

Giro hacia la puerta y encuentro a mi hermana Sarah- ¿Era Miss capitana "toda-tetas" Mallory?- se burla, y con razón, siendo mi hermana menor, odia a Mallory.

-Ya- la detengo, ignorando deliberadamente sus bromas sarcásticas sobre las megatetas de mi chica.

Ella bufa- Es muy pegajosa.

-Lo sé- admito mientras busco unos jeans para ponerme. Estoy aún en bóxers, mi pijama habitual.

-Si lo sabes, entonces córtala.

Suspiro, exhausto- Ya hemos discutido sobre eso, Sarah. Puede no caerte bien y de seguro tiene un montón de defectos pero también tiene sus virtudes.

-Depende de si tiene más defectos que virtudes...- protesta mi hermana.

-¿Tú no tienes defectos, Sarah?- pregunto, sacando unos jeans desgastados por el uso que me los pongo seguido y una camisa azul del armario.

-Claro que no, pero de seguro tengo un montón de virtudes- se defiende.

La miro de reojo, divertido- De seguro una de esas virtudes es la modestia...- me burlo.

Sarah se va lanzando la puerta.

Mi hermana, con su metro setenta y dos es enana comparada a mí que supero el metro noventa, pero de seguro tiene un temperamento tan grande como una casa. Es sólo un año menor que yo pero cuando comienza a gritarme y sermonearme, parece que tuviera cuarenta y cinco y un titulo de abogado sobre los hombros. A veces se enoja a tal punto conmigo que intenta cogerme a puntapiés pero me es suficiente extender un brazo y ponerle la mano en la frente para mantenerla lejos y que comience a coger a golpes el aire.

Dicho así, parece que ella fuera desproporcionada y con los demás limitada, pero en realidad mi hermanita es bella. Proporcionada, con piernas y brazos largos, físicamente nos parecemos muchísimo. Su problema es que me tiene como hermano: casi dos metros de músculo y testosterona a mil. Pero, sin embargo, siendo el capitán del equipo de básquet, no puedo no tener esta altura y músculos, dos características fundamentales para poder jugar uno de los deportes más competitivos y exigentes.

Amor es Amor ® [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora