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La ráfaga de Luz escapaba sigilosamente de las cortinas molestandome al sentir como recién despertaba. Sonó la alarma, así que no tuve que hacer una lucha psicológica para levantarme.
Habían pasado exactamente tres días desde que Todoroki me descubrió infraganti en su casillero. Desde ese momento, he tratado de evitar cualquier contacto verbal o visual posible.

—Después de todo no creo que le haya importado. —Dije tras cerrar la puerta de mi habitación y dirigirme al primer piso.

Apreté el botón del elevador y espere pacientemente a que se abriera. Tras miraba mi celular, sentí como el sonido de las puertas se abrían y con el, una voz demasiada alegre por las mañanas.

—¡Buenos días Uraraka! —Dijo con gran entusiasmo.

Me percate un poco nerviosa, tratando de ver si no estaba Todoroki dentro del elevador. Tras no notar su presencia, suspire y me metí tranquilamente al elevador.

—Buenos días Midoriya. —Dije tratando de mostrarle una de mis mejores sonrisas mañaneras. Y ahora que lo notaba, había algo mal en el. —¿Qué se supone que haces aquí?¿Acaso tu dormitorio no esta en el segundo piso?

Pude notar como se sobresalto de la impresión y con su dedo índice empezó a rascar delicadamente su mejilla, señal de que estaba nervioso.

—Estaba en el dormitorio de Todoroki... —Dijo Midoriya sin un toque de delicadeza.

Sentí como una cubeta de agua fría caía bruscamente sobre mi.

—Dame una explicación no gay. —Le dije apenas con aliento.

El grito del susto y sonrojado de la vergüenza empezó a negar incontrolables veces con la cabeza.

—¡No es lo que piensas Uraraka! —Exclamó. —Me levante temprano y le fui a entregar unos apuntes que olvido en el comedor ayer en la noche. Cuando abrió la puerta parecía muy somnoliento y no quería molestarlo mas.

Parecía como si todas las cubetas caídas en mis hombros se desvanecieran tras escuchar a Midoriya. De alguna forma me sentí... ¿bien?
¿Qué clase de amiga es aquella que le tiene celos a su propio mejor amigo? Sonreí.

Las puertas del elevador se abrieron y salí directamente a la cocina, con la intención de prepararme un sándwich o algo que se asemejara. Mientras le ponía mayonesa a mi pan, veía como todas las personas bajaban a la sala principal; Midoriya siempre era el primero en llegar, después Iida y por ultimo Todoroki, pero ahora no se veía señales de el.

Me preocupe.

Agarre mi sándwich con la boca, y salí del dormitorio no sin antes tropezarme con algún idiota y hacerme tirar mi almuerzo.

—¡Mi sándwich! —Dije con grandes ojos al punto de estallar a llanto. —Porqué malditamente no te fijas?! —Dije mientras con pena y dolor en el fondo de mi alma levantaba lo que antes fue mi comida.

—¿Porqué no te fijas tu? Maldita puerca.

Su voz. ¡Su maldita voz significaba solamente una cosa!

—¡No podrías ser amable una vez en tu maldita vida, Bakugou! —No se de donde diablos tuve las agallas para gritarle. Es mas, para dirigirle hasta la palabra. Tal vez estaba demasiada rota como para importarme lo que me pasara.

Estaba temblando. Bakugou me miro intrigantemente, con una mirada que simplemente te mataba al instante. Parecía como si en ese preciso instante me agarraría del cuello y me haría explotar.

—Y pensar que todo inicio por un sándwich... —Susurré sin que se diera cuenta.

Cerré mis ojos fuertemente y espere a que mi vida se cortara, pero no sentí nada, no paso nada. Con miedo los abrí lentamente y no podía creer lo que pasaba.
Todoroki estaba frente mio y junto a el Midoriya.

—Obstruyen el paso. —Dijo fríamente.

No sabia si sentirme halagada por la protección o indignada.

Bakugou frunció el ceño y siguió su paso normal con el objetivo de entrar al edificio.

No sin antes mirarme.

Y vaya que si lo hizo, y quedo impresionado.

No sabia si era el porque aun sentía el miedo de ser golpeada, o el porque mi cara estaba completamente roja y mis ojos se encontraban completamente perdidos en la silueta de aquel chico. No tardaron en cristalizarse.

No tardo en que mi cara volviera a estar completamente destrozada por volverlo a ver.

Y justamente, Bakugou lo noto.

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Cartas a un Joven Llamado Shouto || Todochako Donde viven las historias. Descúbrelo ahora