—¿Como que dejaras todo esto atrás?
Todoroki estaba frente mio, empapado por culpa de la lluvia, sostenía la ultima carta que le envié con todas sus fuerzas en su mano izquierda y me miraba con resentimiento y desesperación.
En cambio, yo estaba completamente afligida. Verlo de esa forma me destrozaba, pero yo había jurado frente a ella, frente a el y frente a mi orgullo que lo dejaría atrás.
—Lo siento... —Le dije no sin antes darle una de mis cientos de sonrisas que hundían cada vez mi corazón y lo que una vez llegue a sentir por el. —El mundo llega a dar incontables vueltas, pero nunca llegue a pensar un futuro contigo.
*Dos meses antes de lo ocurrido*
Cometía la misma rutina cada día; hacer una carta a tu nombre.
El décimo día en en el que no te hablaba, la décima carta que tal vez nunca te llegare a entregar.
Guarde la ultima carta en una caja con candado, salí de mi cuarto y me dirigí hacia la entrada del edificio.
Era sábado por la mañana, y ya me sentía demasiado agobiada para seguir encerrada en aquel lugar de cuatro paredes, un baño y una nevera.
Me encontré con varios amigos, pero a todos les llegue a negar la invitación de salir o hacer alguna actividad contemporánea.
"¿Porqué? dime, ¿porqué una persona tiene que verse obligada a corromperse y romper su confianza en ella misma cuando sufre por amor?"
Me fui al jardín trasero a regar las rosales que la escuela tenia de decoración, uno de mis pasatiempos favoritos. Empecé a llevarme un poco con el agua, así decidí en dar un recorrido con la manguera en todo el jardín.
Cerré los ojos por unos segundos y comencé a dar vueltas como si se tratase de un baile de Ballet. En algún momento tropecé con la manguera y caí sobre una persona, abrí los ojos preocupadamente y solamente me fijaba como caía agua sobre el, empapandolo completamente-
—Te pido demasiadas disculpas, no sabia que había alguien aquí... —Levanté mi mirada y he de haber sido sincera, no me imaginaba encontrarme a esta persona justamente aquí. —¿Todoroki...?
El me miro impresionadamente y luego me ignoro, agacho su mirada y agarro la manguera que estaba debajo mio. Me percate demasiado tarde que estaba completamente mojada.
Lo inspeccione de abajo hacia arriba, al parecer había arruinado lo que estaba haciendo; una bolsa estaba tirada y habían rosas cortadas por todo el pasto.
—Un ramo... —Susurré. —Perdóname, arruine tu ra...-
—¿Estás bien? —Me agarro del brazo con el fin de poder levantarme. —¿No te lastimaste?
Me había quedado completamente perpleja. Era la primera vez que me dirigía la palabra desde que descubrió mis sentimientos. No sabia que decir, sentía que podría colapsar en cualquier momento.
—Ha... —Tenia que sobre actuar rápidamente. —Estoy bien, no te preocupes. —Le sonreí.
El hizo lo mismo y posteriormente se levanto del pasto.
—¿Y tu?¿Estas bien?
—Yo estoy bien. —Se agacho dispuesto a recoger las rosas.
Mire todo el desastre que había provocado y me sentí completamente avergonzada; lo menos que podía hacer era ayudarlo a recoger lo que había provocado.
Estar cerca de el aun me era demasiado difícil. ¿Que estará pensando? ¿Creerá que soy una molestia?¿Simplemente me trata bien por cortesía y modales? Muchas preguntas rondaban por mi cabeza, pero había una en la que quería saber ante todo su respuesta, ¿Que sintió al saber que lo quería?
—¿Hacías un regalo?
—¿He..?
—Me refiero a las rosas, ¿son para alguien?
El se quedo mirando las rosas por unos cuantos minutos, suspiro y como si de un chiste se tratara, sonrió penosamente.
—Son para mi madre. —Dijo. —Descubrí que a ella le gustan las rosas y planeo darle algunas de aquí.
Mi autoestima tropezó ante el mal prejuicio y la incompetencia y callo hasta los suelos. Supe que su madre estaba en un hospital y arruinarle este hermoso detalle me hace avergonzarme de mi misma.
Soy profesionista en cometer estupideces para estropearle las cosas a los demás.
—Hermoso detalle. —Comencé a agarrar las hojas verdes tiradas en el pasto —Tu madre ha de estar bendecida por un hijo excepcional... —Dije sin pensarlo. Me percate y abrí me deje caer, tornando mi cara en un tono carmesí fuerte. —¡Perdona, no quería decir eso!
Oh madre santa.
El reía.
Verlo reír era como el mejor regalo de todo el mundo.
Su sonrisa era mas hermosa que docenas de rosas.
Y era mas satisfactorio que rosearlas de agua todos los días por la mañana.
—Tu también eres una persona excepcional. —Dicho esto, deposito una rosa sobre mi cabello suavemente y me volvió a sonreír.
No pude dejar de mirarlo por un transcurso de tiempo, agache mi cabeza tratando de ocultar mi rojiza cara ante la penumbra de la vergüenza y paranoia. Me reí.
—Mientes...
Dios, si estas ahí a un lado mio, riéndote de mis desgracias, ¿me dejarías hacerte una pregunta?
¿Es posible poder hundir en lo mas profundo de mi corazón estos sentimientos?
¿Es posible poder aborrecer aquella sonrisa?
¿Es posible odiar a esta persona?
Haré todo lo que quieras, te lo aseguro. Pero por favor Dios... Ayúdame a desaparecer este amor no correspondido.
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Cartas a un Joven Llamado Shouto || Todochako
Fanfic《Para no deprimirme y saber que tal vez nunca estés conmigo, trate de usar una forma clandestina de llamarte la atención.》