Cartas a un Joven Llamado Shouto || Todochako

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  Mi nombre es Yaoyarozu Momo y estoy enamorada de Todorki Shoto.

Todo empezó el primer día cuando asistí a la mas prestigiosa academia Yuuei.

Tropecé torpemente, haciéndome caer bruscamente sobre el piso; maldije en voz baja y limpie mi falda que ya estaba completamente arrugada.

—¿Estás bien? —Enfoqué mi mirada sobre aquel chico que ofrecía su mano como forma de apoyo. Yo pensé que tal vez seria uno de esos chicos con pensamientos sucios tratando de ganarse mi simpatía para poder acercarse hacia mi. Me asquee por completo.

Pero estaba completamente equivocada.

—Claro... —Dije al instante desde que lo mire directamente a los ojos. Tal vez me había hipnotizado, pero me quede un rato mirándolo mientras el recogía mis libros.

—Creo que es todo. —Dijo tras darme los libros. —Ten mas cuidado.

Entonces se fue.

Ese chico era bastante serio, pero no se le quitaba para nada lo apuesto.

Su cabello color rojo y blanco me daba curiosidad, y su cicatriz.

Reaccione al darme cuenta que llegaba tarde para mi primer día y no quería hacerlo. Después de todo, fui recomendada por la escuela y prefiero evitar dar malas primeras impresiones.

Al entrar al gran salón con el Icono de "1A" puesto sobre la puerta, inspeccione de lado a lado par verificar si estaba aquel chico apuesto.

Y en efecto, ¡si estaba!

Tras pocos días de entrar a la academia, supe un poco de información acerca de el:

Todoroki Shoto.

Quince años de edad.

Su padre es el héroe numero dos mas popular.

Su quirk consiste en dos partes; su mano derecha emite el poder crear y manejar el hielo, mientras que su lado izquierdo puede controlar a su gusto el fuego.

—Interesante...

Si. Había caído completamente en sus encantos.

Un chico serio, superficial, de pocas palabras, fuerte y apuesto... esos ni en cien años los vuelves a encontrar.

Me había enamorado de el.

Todo iba correctamente, ¡iba mejorando en mi opinión!

Hasta que note algo extraño.

Cada día, a la misma hora, en el mismo lugar; Todoroki saca una carta de su casillero, la lee y posteriormente la guarda en su mochila.

Algo andaba mal.

Así que decidí investigarlo.

Al día siguiente, salí antes que todos y me puse en un lugar donde nadie me viera.

Espere hasta que todos salieran, entonces vi algo que me sorprendió completamente.

—¿Uraraka? —Si, ¡era ella! ¡Ella depositaba las cartas dentro del casillero de Todoroki y el leía sus cartas mientras se iba con la duda.

Entonces supuse al instante que ella, al igual que yo, estaba enamorada de Todoroki.

Eso era imposible. ¡Tenía que ser imposible!

—Solamente una debe de tener a Todoroki. —Agarré mi mochila y salí de la academia antes de que alguien me viera. —Y esa seré yo...

No era difícil tratar con Uraraka.