El salio de su casa, dejando entre abierta la puerta principal.
Sus instintos y emociones estaban por el mil, y su cuerpo reaccionaba solo. El sabia que se arrepentiría después.
Con todas sus fuerzas, mantenía firme la carta entre sus manos y sin un rumbo fijo, comenzó a gritar."¡Maldita sea!" Grito.
Y eso lo hizo detenerse.
Quedo pensante, tratando de entender que fue lo que había ocurrido minutos atrás. Estaba estresado, irritante y a cierto punto fastidiado.
No de el, o de ella; si no de la vida. De la miserable vida que le había tocado, y por ello, también esos inconfundibles sentimientos que ni el mismo podía controlar.¿Qué hacia ahí? ¿Porqué estaba ahí? ¿Qué era lo que exactamente querÍa?
El era un simple adolescente, uno mas del montón tratando de avanzar hacia el camino de la vida llena responsabilidades. No solo suyas, si no las de los demás.
Ser adolescente era difícil.
Ser alguien perdido de la cabeza era una completa mierda.Las nubes estaban grises. Las nubes estaban tristes.
Y el también lo supo.
Sin importarle, volvió a elevar su mirada, estando frente a una puerta de madera tirando al canel.
"Residencia" Exclamo.
Volvió a sentir esas terribles nauseas, pero las paso por desapercibido y toco incontrolables veces la puerta ajena.
Su cerebro buscaba las posibilidades mas bajas posibles, sus instintos lo invadían y actuaban porque si.
El solo quería irse a casa y dormir hasta que se sintiera completamente bien.—¿Quién es? —La rechinchinante voz femenina hizo relucirse al otro lado de la puerta. El se sobre salto y entre un arrepentimiento y un reciente nudo en la garganta, contesto...
—¡¿Puedo verte?! —Gritó.
El temible silencio hizo presencia y la gran incomodidad del chico empezó a nacer (por enésima vez) en su estomago.
La puerta se abrió lentamente, hasta mostrar a una chica completamente tapada de pies a cabeza, confundida, indignada y completamente fuera de si.—¿Qué haces aquí? —Dijo con gran secades en cada termino de la palabra.
Era cierto.
El se preguntaba en cada maldito momento el porque se encontraba frente a la puerta de la chica que ha rechazado indirectamente un millón de veces. Tenia la respuesta en la punta de la lengua, pero no lo quería admitir.Gotas empezaron a caer alrededor suyo, y uno que otro toqueteo de estas lo hacían temblar.
Para su mal, había empezado a llover.
Sin importarle, deslumbro la carta que se encontraba en pésimas condiciones y con resentimiento la miro firmemente.—¿Como que dejaras todo atrás? —Exclamó. No solo para ella, si no para si mismo.
Ella quedo perpleja, su reacción no tenia palabras.
Yo sentí un profundo arrepentimiento.
—Lo siento...
Basta.
Me repugnaba.
Me hacia enfadar.
Me hacia querer tirarme al piso y arrepentirme de mis pecados."Quita esa sonrisa tan fingida."
—El mundo llega a dar incontables vueltas, pero nunca llegue a pensar un futuro contigo. —Y posteriormente, cerro la puerta.
Mentía.
No se que había pasado, no se que pasaba conmigo
Su reacción... su reacción estaba fuera de mi.
Era la primera vez que veía ese tipo de expresión en ella.
Pensé en dejarlo todo atrás; ya nada funcionaba para mi. Era egoísta, muy egoísta, y por fin lo había comprendido.Deje de emitir fuerza en la carta, haciendo que cayera a un lado de mis pies, esparciendo la humedad del agua emitido por la lluvia que, a su vez, empeoraba en cada rincón del papel.
Di un ultimo suspiro y me di media vuelta, regresando así, por fin al lugar donde una vez corrí para liberar mis sentimientos.
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Cartas a un Joven Llamado Shouto || Todochako
Fanfiction《Para no deprimirme y saber que tal vez nunca estés conmigo, trate de usar una forma clandestina de llamarte la atención.》