Más allá de las estrellas (Sin editar)

(Cap. 7) Pequeña Flor.

-Se esta desangrando, necesita un corniquete. Un cinturón bastará.

No tardaron mucho en poner un cinturón en mi mano y rapidamente rodie la pierna de la niña, evitando que continúe el sangrado.

Tiene el pulso muy bajo, ésta palida. Necesita urgentemente atención medica.

-Necesita que la lleven rapidamente a un hospital- Digo en general.

-Ésta a una hora caminando- Dice el hombre frustrado.

-¡La llevaremos cargando! Pero ya, es urgente- Grito.

Inmediatamente el señor la carga y dos hombres más nos acompañan en el agonizante viaje, dejamos a tras a un par de peronas que no paran de llorar.

Efectivamente no hay carretera y hay mucho monte a excepción de un pequeño camino donde vamos lo mas rápido posible.

Después de un rato don José se cansa y otro toma su lugar, esto se repite cuatro veces durante todo el trayecto, se que es peligroso pero el camino esta pesado. Finalmente se termina el camino por el que viajamos

A pesar de que no estoy acostumbrada a caminar no siento el viaje pues estoy centrada en la pequeña Flor, que es su nombre.

Finalmente llegamos a un pueblo más poblado, de ahí subimos por una carretera y tardamos mucho menos en llegar a la clínica. Gracias al cielo sobrevivió al viaje.

No hay muchas personas, solamente 4 esperando y una enfermera con la cabeza agachada leyendo, que rapidamente nos mira cuando llegamos.

-Pase por aquí, ponga a la niña en esa camilla- dice la enfermera.

El resto nos quedamos afuera, esperando mientras vemos como la niña es llevada al interior del cuarto.

-¿Qué le paso a la niña?- Pregunto al Señor.

-Esta enferma, no sabe lo que hace necesita medicinas para estar tranquila y se acabaron. No puede estar sola y la dejaron sola- Su voz sube de tono en las últimas palabras.

Otro señor le habla en su idioma y comiensan a platicar, como quisiera entenderles. Comienzo a observar a mi alrededor; las paredes tienen grietas en las esquinas, la pintura se empieza a descarapelar y los acientos estan en mal estado.

-No sabemos que le paso, la encontraron con un huingaro clavado en su pierna, es probable que ella se lo haya enterrado intentado defenderse de enemigos imaginarios- Dice el señor con una profunda tristeza.

¿Sera su hija? ¿Qué es un huingaro? Supongo que una especie de cuchillo, navaja, algo filoso.

-Don José, no me lo tome a mal pero ¿ella es su hija?- Pregunto tímida.

-No, ella es huérfana- Responde frio.

《Ok, no mas preguntas yo interior 》

El me ve y me quedo callada, al contrario el suspira y abre la boca para continuar hablando.

-Hace años, mientras hacíamos el recorrido de siempre para ordeñar, nos encontramos un una mujer bañada en sangre con un bebe en brazos. Al parecer murió al dar a luz ahi sola, ya había pasado mucho tiempo y por algún milagro el bebe logro vivir- Comenzó a narrar la historia que logro conmoverme.

Pobre mujer, dar a luz sola en medio del monte y solo ver a tu hijo un instante y despues morir con la preocupación de a que a tu hijo le pudiera pasar lo mismo.

-¿Saben quién era la mujer?- Pregunto

-No, pero sabemos que no era de por aqui. Era blanca, la enterramos y al bebe lo llebamos hasta la cuidad donde nos dijeron que por estar en esas condiciones, enfermo. Necesita pastillas y nosotros nos turnamos para comprarlas. La llamamos Flor y es hija de todos.