(Cap. 1) Mi último día.

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Estoy agotada pero por fin término éste pesado día de estudio. Hoy Mike, mi novio sale tarde y estoy muy cansada para esperarlo, así que voy en camino sola a mi casa.

Todos los días hago el mismo recorrido ya sea con mi novio, mis amigas o sola, aunque hoy en particular siento que hay algo extraño en el ambiente.

En realidad en esta ciudad siempre hace mucha calor y ahora esta nublado y fresco. Tal vez solamente es este cambio de clima el que hace que sienta muy raro el día.

Respiro profundamente y relajo mis hombros. Estoy aturdida y me pierdo en mis propios pensamientos. Imaginando como siempre, cosas imposibles.

Por fin levanto la cara después de un tiempo caminando viendo al suelo y presto atención a mí alrededor. Me sorprendo por lo que encuentro, efectivamente algo anda mal. Nadie camina por las calles, ni siquiera esa pandilla de perros que siempre juegan en ellas, las hojas de los arboles no se mueven lo que significa que no hay viento y eso es muy raro considerando el clima. Es como si el tiempo estuviera en pausa.

Me detengo un momento para mover mi cabeza de un lado a otro intentando buscar algo de vida y... Nada.

Finalmente dirijo la mirada al cielo. Y ahí está, la prueba de que todo sigue igual: las nubes se mueven lentamente. Sonrío

—Me empieza afectar tanto estudio —susurro y sigo caminando. Falta poco para que se acabe el semestre y estas últimas semanas han sido muy pesadas y eso nos mata a todos mentalmente. Es comprensible que me ponga así.

No recorro más de 6 metros y comienzo a escuchar un ruido que me aterra por dentro, parecieran como pisadas sobre hojas secas a lo lejos pero no logro ver nada.

Camino acelerando el paso, faltan un par de cuadras para llegar a mi casa y ahí estaré a salvo de lo que sea que éste pasando.

Celeste escucho mi nombre en un susurro y de inmediato provoca un escalofrió que me recorre el cuerpo.

No hay nadie a mí alrededor y ese sonido es el único que puedo escuchar. ¿Me estaré volviendo loca? Espero que sí y que de verdad no corra peligro.

No, esto no es mi imaginación, puedo verlo; Veo como el color en el ambiente se oscurece, se torna color sepia como si fuera una fotografía vieja ¿Cómo es posible? Apenas son las 2 de la tarde ¿Se tratara de un eclipse?

Por fin veo movimiento después de tanto, es viento. Un fuerte y fresco viento que me revuelve el cabello y me tranquiliza. No me dura mucho esa agradable sensación porque percibo como una sombra comienza a acercarse a mí.

Quiero correr pero un peso muy grande forza mis piernas a permanecer en su sitio, no puedo moverme: Estoy paralizada y por lo mismo solamente me dedico a seguir con la mirada el pie de la sombra para llegar a quien la produce.

Tengo frente a mí a un hombre alto, fornido, con la cabellera azulada y un extraño círculo del mismo tono en su pecho descubierto. Me mira fijamente con unos grandes ojos color miel, estudiando cada rasgo de mi expresión atónita.

Antes de poder reaccionar, ese hombre se acerca a mí. Por instinto pienso en moverme pero mis piernas siguen paralizadas. Solo me limito a observar como levanta su brazo izquierdo y coloca algo metálico y frio en mi oído derecho.

Siendo un pequeño piquete en el centro de mi oído.

—Hola Celeste —dice con una voz fuerte que no se parece a los murmuros que escuche hace unos instantes. Retira su brazo.

No puedo verme, pero aseguraría que estoy pálida. Solo puedo ver su cara y estoy segura que nunca la podre olvidar; Es tan... diferente.

—Vendrás conmigo —se acerca aún más a mí y solo levanto la cara para verlo a los ojos.

No entiendo lo que dice, a pesar de que es muy claro.

Esto no me gusta, este hombre me atemoriza y siento que debo irme de aquí. Un nuevo escalofrió me recorre el cuerpo.

Mis músculos por fin comienzan a responderme y logro retroceder y con un hilo de voz protesto.

—No iré contigo a ningún lado, no te conozco —mi voz suena como la de una niña asustada.

¿Por qué estoy tan espantada? Puede ser por su voz fuerte y segura o por ser tan extravagante. Su cuerpo 3 veces más grande que el mío también puede influir. Tal vez su apariencia poco común; Bueno esto último no creo. De igual manera éste hombre no va a vencerme, no puedo dejar que me haga daño si ese es su propósito.

Una sonrisa se posa en sus labios... sus morados y grandes labios, me mira fijamente y abre la boca para seguir acosándome.

—No te di a escoger —Intenta tocarme pero ahora lo esquivo moviendo mis hombros ligeramente.

Me mira divertido ¿Qué clase de violador pervertido es este?

Por fin reacciono y me acerco pero para empujarlo y corro en dirección a mi casa.

—¿Tan rápido? —no puede ver cómo, pero ya está enfrente a mí con sus manos en mi pecho agitado.

Me siento asustada pero la adrenalina hierve dentro de mí y gracias a eso tengo la fuerza y el valor para defenderme de este hombre.

—NO VUELVAS A MOVERTE—estas cuatro palabras logran su objetivo y me paralizo de nuevo.

Esta vez dura solo unos segundos y pronto me preparo para volver a intentar huir pero el encaja algo en mi pecho que me hace caer al suelo de dolor.

Puedo ver sus ojos puestos en mí, quiero levantarme; es humillante estar en el suelo pero mi cuerpo comienza a quedarse sin fuerzas para levantarme.

Siento un ardor frio, helado en mi pecho que en menos de dos segundos se esparce por todo mi cuerpo hasta llegar a mis ojos que se cierran al instante.

Mi mente se apaga.

Más allá de las estrellas (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora