Capítulo 3

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—E-Esto se salió de control— murmure nerviosa, intentando detener el chorro de agua que salia de la manguera sin control alguno. ¡Joder! ¿En qué momento llegue a está situación? Las cosas estaban hechas un desorden, ¿cómo le iba a explicar esto a la señora Lee?
—¡Marcie!— escuche la voz de Felix llamarme desde la puerta, alce la vista hacia él encontrándome al instante con otros dos chicos, fruncí el ceño confundida, observando como se divertían con mi desastrosa situación. ¿Esos eran los amigos con los que había salido ayer y  hoy?
—¿Qué quieres?— solté molesta, apartando mi mirada hacía las flores y escuchando las risitas de parte suya. Bufé ante aquello, ¿Qué era lo divertido? Debía tranquilizarme, no había porqué ponerme a la defensiva, tranquila, Marcie. Solté un suspiró para mi misma y hablé. —¿Podrías cerrar el grifo de la manguera?— le pedí señalando el grifo que había detrás de él, Felix se volteó y la cerró con lentitud, asintiendome con la cabeza —Gracias— le respondí mientras comenzaba a envolver la manguera, pude ver por el rabillo del ojo como el castaño le murmuraba algo al pelinegro y Felix reía  de aquello por lo bajo. 

Solté un bufido molesta mientras me negaba con la cabeza y me disponía a dar el primer paso.
Todo pareció pasar en cámara lenta en ese momento, mi pie resbalando y yo cayendo en todo el charco de lodo que se había estado formando debajo de mis pies y por supuesto, los chicos explotando de risa al contemplar aquella escena.  
—¡Cállense!— gruñí molesta mientras golpeaba el suelo e intentaba ponerme de pie, pero nuevamente resbale, esta vez golpeándome la barbilla contra el suelo y haciendo que los chicos se rieran nuevamente —¡Ya!— murmure molesta mientras me concentraba en pararme del charco sin resbalarme por tercera ocasión. 
—¿Estás bien?— me preguntó Felix después de ahogarse con su risa un par de segundos y caminar hacía mi.
—¡Si, por supuesto que lo estoy!— dije con sarcasmo mientras lo volteaba a ver con el ceño fruncido.
—Está bien, está bien, ya estoy aquí para ayudarte— respondió.
Se agacho unos cuantos centímetros y estiró su mano hacia mi, alce mi mano sacudiéndola, haciendo que pequeñas gotas de lodo le salpicarán en la cara y la ropa, para finalmente tomar su mano y tirar de ella hasta ponerme de pie.
—¿Viste? No era tan difícil— dijo entre risas mientras se limpiaba el rostro con la manga de su playera, como si nada.
Ni siquiera tenía ánimos de responderle algo, así que solo me apresure a caminar con rapidez hacía la puerta y entrar de una buena vez a la casa. —¡Eh! No te vayas, quería presentarte a los chicos— me llamó el rubio, siguiéndome por atrás, pero lo he terminado por ignorar.

—Suficiente tuve de esos idiotas hace unos momentos— masculle molesta mientras subía las escaleras con pasos pesados, hasta llegar a mi habitación. Busqué algo de ropa en el primer cajón del closet y me dirigí al baño, dando media vuelta para cerrar la puerta, pero al final termine tropezando con Felix, soltando un pequeño grito.
—¡Dios mío! Me asustaste, creí que dejaste de seguirme desde las escaleras— murmure mientras me llevaba las manos al pecho y soltaba un suspiro. El chico me mostró una sonrisa gatuna sin decir más. —ahora vete— le dije mientras intentaba empujarlo de los hombros para que retrocediera, pero este solo se rió. —¡Felix, es en serio! Quiero bañarme y cambiarme, estoy llena de lodo y me duele la barbilla así que salte del baño— la habitación quedó en silencio y yo comenzaba a desesperarme por ello. 
—¿Te golpeaste fuerte?— preguntó, dejando salir un tono de voz más serio que el que empleaba cuando estábamos en el jardín. Le negué con la cabeza. 
—Está bien, no duele casi nada, pero es en serio, quiero bañarme.— contesté un poco más cansada. El rubio al notar aquello relajó más los hombros hasta darse por vencido caminando hacía la salida del lugar.

—Ok, pero baja cuando hayas terminado. De verdad quiero presentarlos— soltó antes de desaparecer por completo de la habitación, cerrando la puerta. 

Rodé los ojos con sorna, si, como no, estaba loco si creía que iba a bajar nuevamente con esos tontos ahí. Al final, cuando salí de la ducha lo único que hice fue tirarme en la cama, ¿Por qué? porque era realmente cómoda a comparación de la mía en Canadá, seguramente al llegar a casa la cama de esta habitación sería lo que más extrañaría y mi cama parecería una hecha de ladrillos.

Felix y sus amigos podían continuar con su tarde ellos solos, yo, por mi parte, voy a dormir todo lo posible. 


Summer Nights || Lee Felix || Stray Kids ¡Publicado En Físico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora