Capítulo 36

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—¡Estás loco!— me queje furiosa al salir de la piscina, sintiendo como los pasos de Felix se apresuraban a seguirme. Mire a Chan por una última vez, completamente apena, no era mi intención que las cosas acabaran de está forma, musite un pequeño "Lo siento" mientras caminaba de largo hasta la puerta del jardín trasero, saliendo rumbo a la calle principal.
—¡Marcie!— escuché a Felix llamarme unos metros por detrás de mi.
—Déjame tranquila, Lix— le advertí, apresurando mi paso.
—¿A dónde vas?— me preguntó en un tono confuso, sujetándome del brazo con amabilidad y atrayéndome en dirección a él.
—¿Por qué? Joder, ¡Maldita sea Felix! ¿Por qué tenías que golpearlo?— me queje mientras las lágrimas recorrían mis mejillas y mis brazos se movían con brusquedad, intentando que el rubio me soltara. —Por Dios, Felix, ¡golpeaste a Chan!—solté con fuerza al mismo tiempo en que lo empujaba unos pasos de mi. 
Me obligue a alzar la mirada, tenía que mirarlo, reclamarle a la cara y decirle que aquello estaba mal, pero me quede callada al encontrarme con aquel rostro golpeado con aquella expresión en blanco, recapacitando sobre las cosas que había hecho en el jardín de Chan y dándose cuenta  que era un gran error. Comenzaba a detestar a Anne, ¡Rayos! ¿Qué había hecho ella para que aquellos dos terminaran en aquel embrollo? ¡Quería saberlo! Por Dos, necesitaba saberlo para poder comprender la actitud de ambos chicos, pero Felix solo se quedaba callado, como todos los demás chicos. 
—Me voy a casa— murmuré cansada al ver que el rubio no tenía intención alguna de decir algo más y retome nuevamente mi andar por la calle. 

[...]

Al poner un pie en la casa de los Lee mamá me miró, observando como sus ojos se abrían poco a poco al notar que estaba totalmente empapada y con los ojos rojos por haber llorado tanto en el camino de regreso a casa.
—¿Qué pasó?— se apresuró a preguntar la señora Lee. La mire tan solo por unos segundo pues cuando vi que Felix por fin entraba a la casa lo he señalado con el dedo indice para poco después subir las escaleras corriendo.
—¿Que hiciste qué?— se pudo escuchar decir a la señora Lee desde el primer piso, por lo menos Lix había tenido el valor de contarle la verdad a su madre, o eso espero. 

Poco después de haberme duchado y cambiado no tarde en escuchar como llamaban a mi puerta, la primera fue mamá, preguntando si todo estaba bien conmigo, por lo que al final terminamos alargando un poco más la charla  y finalmente Felix, aunque con este último ni siquiera me permití abrir la puerta de mi habitación, no podía hablar con él porque sabía que terminaría aún más molesta y triste de lo que ya estaba. 

Tomar un resfriado en pleno verano era de estúpidos, o eso había escuchado y yo, era una de esos estúpidos en este momento. Llevaba dos días en la cama, sin poder salir de casa para tomar el sol.
—Marcie...— pude escuchar la voz de Felix desde la puerta de mi habitación, los golpes en su rostro aún eran un poco notorios. Bufe molesta, dándome media vuelta para no verlo. Yo sí que tenía ganas de ver a Chan aquel día, tenía ganas de jugar con él como en los viejos tiempos, los tres juntos, pero al parecer aquello no era posible, ¡Joder! Cuánto cambiaron las cosas aquí.
Los pasos de Felix no tardaron en hacerse presentes en el interior del cuarto, hasta que sentí como el colchón se hundía un poco cuando tomo asiento a mi lado.
 —Lo siento.— soltó, observé la ventana que estaba a mi costado, los rayos del sol comenzaban a ocultarse poco a poco.
¡Lárgate!— fue lo que pasó por mi mente en ese momento, pero preferí no responder aquello porque en realidad no deseaba que se fuera y no quería empeorar las cosas con mi mal genio.
—Sé que no es lo que esperabas encontrar al venir acá— lo escuché hablar por lo bajo acompañado de un suspiro al final de sus palabras —Debí contártelo todo— prosiguió.
El lugar a quedado en silencio un momento, mientras ambos nos concentrábamos en nuestros pensamientos.
—Creí que al regresar aquí, después de dos años sin verte, todo seguiría igual que los años pasados— murmure mientras me volteaba hacia él y me aferraba a su cintura. —Que tonta fui— Solté con dificultad, tratando de evitar que la voz me temblara. Las manos de Felix se escabulleron por mi agarre hasta llegar a mi rostro y hacerme mirar hacia su dirección, levantando mi mentón. Observé su rostro detenidamente, recordando la vez que nos metimos en problemas en el centro comercial y terminó en una pelea...  Siempre nos terminábamos metiendo en problemas. Comencé a llorar nuevamente sin apartar la vista de Felix. —Nada es igual en ninguno de los dos sitios a los que pertenezco— me queje intentando volver a ocultar el rostro, pero las manos de Lix me lo impidieron. 

—No llores— pidió mientras me limpiaba las lágrimas con ambos pulgares, trate de hacer lo que me pidió, pero simplemente no podía detenerme, no podía parar. —Marcie...— me llamó, me limpie las lágrimas con la mano tratando de forzar una sonrisa mientras le asentía con la cabeza.
—Lo siento— murmuré haciendo que Felix me negara con la cabeza, juntando su frente con la mía con delicadeza.
—Arreglare las cosas con Chris. Te mereces un verano con él— me aseguró. Lo miré en silencio aún con unas cuantas lágrimas corriendo por mis mejillas.
—¿E-En serio lo harás?— pregunté, Felix me asintió con su cabeza, sonriéndome y haciendo que yo hiciera lo mismo. Me acerque acortando la poca distancia entre nosotros para rozar con inseguridad sus labios con los míos, tenía miedo de lastimarlos pero aún con la herida en su labio inferior seguían siendo igual de suaves que antes, correspondiendo a mis movimientos. Vague mis manos por su cuello hasta llegar a su cabello y comenzar a acariciarlo delicadamente.
—Vas a hacer que me duerma— murmuró disfrutando de aquel toque, yo reí por lo baje continuando con ello.
—Está bien que duermas— le respondí, pero me lo negó con la cabeza.
—¿Sabes? Mi madre se volvería loca si me encuentra en tu cama abrazándote y dándote tremendos besotes— dijo divertido mientras me volteaba a ver con una sonrisilla. Le he negado con la cabeza riendo por lo bajo.
—Amo tu cabello rubio, ¿Sabes?— sentencie plantando un beso fugaz y lo despeinaba, cuando acariciaba su cabello era como si una jodida ola de ternura me golpeara y me incitará a acariciarlo con desesperación. —¡Tan lindo, tan lindo, taaan lindo!— dije al tiempo de revolver su cabello, Felix se quejó tratando de sujetar mis manos pero al final fue en vano.
—¡Detente! ¿Qué haces? ¿Estás borracha?— preguntó desesperado, le negué con la cabeza mientras soltaba una pequeña risita.
—Lix— lo llame una vez que detuve mi ataque. El rubio me volteo a ver interrogante y con algo de temor, tome seriedad dispuesta a hablar —Realmente eres muy lindo— confesé haciéndolo reír.

—¿No se supone que aquí el diabético soy yo, cariño?— Respondió sin más.
—Cállate, Lee— respondí apretando sus mejillas con las palmas de mis manos mientras me sentaba frente a él.


La buena vida se acabó :u
La segunda semana de escuela comienza mañana ;-;

Lo siento si tarde en subir el capítulo

Summer Nights || Lee Felix || Stray Kids ¡Publicado En Físico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora