Capítulo Final

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—Muchas gracias por recibirnos en su casa— escuchaba a mamá decirle a la señora Lee mientras esta otra le respondía que no era nada y que había sido un placer tenernos de vuelta aquí.
Había terminado de hacer las maletas mucho antes de lo que había pensado, aunque por la ropa que compre durante mi estancia tuve que meter un poco de presión para que todo entrará. Tenía la barriga llena, había comido pastel de manzana, sandwiches dorados, fruta picada, pay de limón, los chicos habían hecho jugo de naranja, limón y mango. Sin duda alguna la mejor comida que había dado en mi vida.
te estaremos esperando el próximo año— fue lo que Thomas había dicho antes de que tuviéramos que volver todos a nuestras respectivas casas. Y yo temía de que aquello no fuera posible.
Tragué saliva observando el techo. No quería irme, aún no. ¿Cuántas cosas iban a cambiar tanto aquí como allá? No quería dejar a los chicos, no había pasado suficiente tiempo con Chris este verano. No quería dejar a Felix, no ahora.
Pude escuchar cuando ambas madres se daban las buenas noches y se marchaban a sus habitaciones apagando las luces por completo. Observé mis maletas con un nudo en la garganta
—No puede ser— murmuré cubriendo mis ojos con las palmas de mis manos —No puede ser— repetí con las palabras ahogadas por el llanto mientras negaba con la cabeza. Nunca me afectaban las despedidas cuando venía y pasaba los veranos aquí, nunca de esta forma. Era difícil porque las probabilidades de regresar eran pocas, porque aquellos adiós los decía sabiendo que volvería pero este no, este parecía... El último y definitivo adiós.

—No puedo dormir— murmuré cuando abrí la puerta del cuarto de Felix.
—Lo supuse— me respondió mientras se reincorporaba en la cama hasta sentarse y prender la pequeña lámpara de lectura que había en la cabecera de la cama. Cerré la puerta y me apresuré a subir a su cama y taparme con sus cobijas al igual que él. 
—¿Estás lista para volver?— preguntó, miré un punto muerto entre las cobijas y el yeso rayoneado de su brazo para después negarle con la cabeza.
—No lo estoy— murmuré con dificultad cuando la garganta se me cerró por el llanto. —No lo estoy, Felix— repetí abrazándolo y llorando en su cuello. —No quiero dejar a los chicos, sentí que no volvería a venir nunca más cuando falte el año pasado y ahora estoy segura de que no voy a volver jamás.— tome aire, intentando controlar mi llanto. —No quiero dejarlos, no quiero ir a vivir con papá, no quiero cambiar de escuela. Todo era muy complicado allá y ahora lo será aún más y no te voy a tener a ti para darme ánimos, ya no te voy a tener...— me apresuré a hablar con tal rapidez que tal vez el rubio ni siquiera había entendido la mitad de lo que había balbuceado. —Nuestro contrato lo ha roto el tiempo— murmuré quedándome quieta y con las lágrimas cayendo por mis mejillas.
—Pero yo quiero que sea más duradero— respondió mientras acariciaba mi mejilla, solté un suspiro frustrante apartándome de él y tratando de dejar de llorar. —Lo intentaremos— continuó —Y si la escuela es difícil no te rindas, eres fuerte y sabes hacer amistades fácilmente, convive más con tu padre y tómalo como una oportunidad y si estás triste y no puedes dejar de llorar, o necesitas que alguien te diga lo especial que eres, lo maravillosa que te ves cuando sonríes y estás feliz haces una vídeo llamada y ahí estaré— me aseguro, limpiando alguna que otra lágrima que seguía corriendo por mi rostro. —Ahí estaremos todos.

Bastó con que se inclinara unos centímetros para rozar mis labios con los suyos y hacerme suspirar  totalmente frustrada.
—No llores— pidió con la voz hecha un nudo, cerré con lentitud los ojos haciendo que las últimas lágrimas salieran.
—No me quiero ir— le susurré entre sus labios, su mano acaricio mi mejilla con melancolía.
—Yo tampoco quisiera dejarte ir— confesó dándole comienzo a nuestro beso.

Eran movimientos lentos, lentos y tranquilos y aquello solo me hacia sentir toda la tristeza y melancolía que me transmitía. Me incline más hacia el frente acelerando un poco más el ritmo mientras sujetaba sus mejillas —realmente no quiero dejarte— murmuré tratando de recuperar el aire para seguir con lo nuestro, pase los pulgares por sobre sus pecas apreciandolas lo mejor posible por última vez —Si no regresas no me quedara de otra que ir a buscarte— respondió

Summer Nights || Lee Felix || Stray Kids ¡Publicado En Físico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora