Mientras tú dormías. |En edición|

31.

El departamento que renté estaba amueblado completamente, era bastante cómodo y amplio. Tenía dos habitaciones, cada una con su propio baño, una pequeña cocina, la sala principal que estaba adornada con dos sofás, un comedor y otro pequeño baño para invitados.

Ya estaba casi amaneciendo cuando llegué a mi nuevo hogar, no me había percatado de la hora hasta que vi el sol asomándose cuando manejaba.
Decidí acomodar todo para poder dormir durante todo el día y la nueva empleada llegaría pronto.

Acomodé mi ropa dentro del pequeño closet incrustado sobre la pared, puse la consola junto a la televisión que se encontraba frente a mi cama y acomodé mis libros en un estante pequeño que adornaba el cuarto.
El timbre sonó anunciando a mi nueva compañía.

—Hola, señor Thomas, soy Emily, Rita me envió.

Una sonríete muchacha estaba parada frente a mí, su cabello estaba recogido en una coleta y llevaba puesto el uniforme del servicio.

—Hola Emily, pasa. Gracias por llegar tan temprano.

Dejé que Emily guardara todo lo de la cocina y le pedí que saliera con el chofer a comprar lo que ella considerara que hacía falta.

—Emily mi llave está colgada, me voy a dormir, por favor no me despiertes.

—Claro, señor.

Me encerré en mi nueva habitación y cerré las persianas para evitar que la luz entrara.
Saqué todo lo que restaba de mi mochila y me encontré con la pequeña libreta que se había convertido en mi nueva confidente, necesitaba escribir, escribir para intentar entender.

—————————-
Aunque ahora no quiero eventualmente deberé tomar una decisión, si Jenna no le cuenta las cosas a Damián eso sólo me va a confirmar el tipo de persona que descubrí que es, una mentirosa.
Y no estoy seguro de si quiero que mi hermano esté con alguien así o de si debo dejarlo y que sea feliz aunque en realidad todo resulte ser una mentira.

Odio sentirme de este modo.
Impotente.
Sin entender por qué me sucede esto.
Por qué nos sucede esto.
¿Nos lo merecemos?