02: No es igual

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Enorme.

La habitación, la cual le han asignado, es enorme, en este lugar podría vivir una familia entera. La cama es como para que cuatro personas duerman en ella, hay un gran ropero de madera tallado a mano y en los bordes hay oro fundido, encima del tocador hay bastantes cofres, todos ellos tienen en su interior joyas que no se atreverá usar, también hay perfumes con aromas exquisitos. Alza la cabeza para admirar el candelabro de cristal que cuelga en el medio de la habitación, a varios metros de la zona de dormir hay como una especie de pequeña sala con dos muebles y hay una mesa al medio, supone que es para colocar la taza con té o otros objetos. Muerde el labio inferior debido a que no sabe si es correcto que abrir las ventanas, las cuales dan al balcón, quiere saber cómo es el paisaje.

Unos suaves golpes en la puerta hacen que salte del susto.

—Príncipe —dice una voz masculina con amabilidad— ¿Puedo entrar si no es mucha molestia?

—S—sí...pasen.

Cálmate. Por favor.

Reconoce al chico, es uno de los omegas que lo escoltaron hace unas horas atrás.

—Príncipe —le está sonriendo—. Tengo el privilegio de informarle que se me ha encomendado la labor de ser su omega de compañía.

No está acostumbrado a tanta formalidad.

—Mi nombre es Naegi Makoto —pone la mano izquierda en la parte derecha del pecho y hace una reverencia—. Estaré dispuesto a cumplir fielmente cualquier orden, Príncipe.

Ahora, está más nervioso.

—M-muchas gracias —no sabe a dónde mirar—. Aprecio tu devoción.

El omega de nombre Makoto regresa a su posición anterior y sigue con la sonrisa amable.

— ¿Desea algo, Príncipe? Tal vez, un recorrido por el palacio o una visita al jardín.

Le encanta las flores, la naturaleza, quisiera poder ir al verde prado y leer uno de sus libros favoritos.

Obedecer al alfa.

—Agradezco tus dichosas ofertas, pero es preferible que espere al rey.

El castaño asiente, sin decir nada, pero hay confusión en su rostro.

—Bueno, si me permite, Príncipe, iré a buscar sus pertenencias para que pueda estar más a gusto.

Sus pertenencias....

Realmente, no trajo nada de valor, solo sus prendas y uno que otro libro. Los consejeros de su reino no permitieron que empacara más cosas, su única misión es servirle al rey para que así su tierra pueda salir de la miseria y tener un provechoso futuro. Suelta un pesado suspiro cuando está solo, se sienta en la cama sin saber qué hacer, se da cuenta que el colchón es muy suave, le da ganas de saltar sobre él y se sonroja con intensidad al saber que en este lugar el rey vendrá a satisfacer sus placeres de alfa.

Basta. No tengas miedo. Para esto te han preparado. Para esto has nacido. Obedecer al alfa.

La mirada se le nubla, en realidad, no quiere hacerlo, qué pasa si el rey es rudo, frío hasta brusco con su persona, ha oído como otros omegas contaban sus traumáticas experiencias. No quiere que le pase aquello.

Quiere huir.

Escapar.

Desaparecer si es posible.

Comienza a llorar en silencio, se acuesta, abraza una de las tantas almohadas y ruega a quién sea para que el rey lo trate con gentileza.

***************

Se despierta cuando la noche ha vencido a la luz, pasa las manos por encima de sus ojos, los siente hinchados y la nariz le molesta. Observa como sus maletas están en el borde de la cama, se avergüenza debido a que sabe que Makoto ha ingresado y, probablemente, ha visto su cara llorosa.

—Ahora, pensará que soy un llorón.

Murmulla con temor.

Solo el alfa importa. Obedecer al alfa.

Decide tomar un baño para poder relajarse, lo necesita con urgencia, ha estado por dos días en un barco, debe estar presentable para cuando el rey decida aparecer y tomarlo como dicta la tradición.

—No creo estar listo —dice llevando las rodillas a su pecho—. A pesar de que...

Se sumerge en el agua, deja que esta se lleve las preocupaciones y cuando siente que ha pasado bastante tiempo, sale envuelto en una de las blandas toallas color caramelo para buscar su ropa de dormir, y acostarse en la inmensa cama.

— ¿Vendrá esta noche?

Cuestiona observando la oscuridad.

— ¿Y si no fui de su agrado?

Recuerda los comentarios respecto a su vestimenta, al parecer en este reino que un omega porte vestido es un acto desastroso e inmoral, sobre todo inmoral; pero para el omega de cabellos blancos es totalmente natural, incluso el que uno de su especie porte dicha prenda mencionada es signo de respeto y obediencia hacia los alfas. Además, se supone que los omegas deben encargarse de los cachorros, por tal tienen que lucir como una madre. Le cuesta el poder entender la mentalidad de este reino, la idea de que tenga que vestirse como los otros omegas hace que se esconda entre los edredones de seda, no podría, sería ir en contra de su cultura, se convertiría en un omega sin honor.

Obedecer al alfa.

—Si el rey lo pide, no tengo de otra más que hacer caso.

Murmulla cerrando los ojos y trata de despejar la mente, debe estar descansado para mañana; pues quién sabe lo que le espera.

En medio de la noche cuando la luna está en todo su esplendor, el rey de Sefliglan se escabulle por los pasillos para darle una visita al omega de peculiar aroma a orquídeas; sin embargo, no lo despierta, solo se queda admirando dicha belleza en el pacífico rostro de leche y cierra los ojos al no entender la razón, por la que su corazón palpita con fuerza.

Jamás había sentido algo como aquello.

Y eso lo asusta.

 Our Kingdom © [KamuKoma/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora