21: Acumulación de sentimientos

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Rueda.

Makoto rueda los ojos al escuchar otro gruñido por parte de su mejor amigo, evita soltar un suspiro de cansancio y extiende la mano para agarrar el asa de la taza de porcelana con bordes dorados.

—Kamukura, cálmate —dice soplando con suavidad tres veces para enfriar el té—. Ya van a encontrarlo.

—Ya es de noche —camina de un lado a otro por la oficina—. Maldita sea, por qué no hay noticias.

Pasa los dedos por su larga cabellera cuando la preocupación crece en el centro de su pecho y la idea de que algo malo le haya pasado al príncipe del reino sin nombre hace hace que diga:

—Voy a mandar a una escolta.

El omega deja la taza con brusquedad captando la atención del rey.

—No armes un escándalo —menciona con seriedad—. Imagínate que los consejeros se enteren que ese indefenso omega anda perdido por los alrededores del palacio.

Gruñe en voz baja al entender.

—Si alguien le hace daño, si le ponen un dedo encima —el rojo está encendido por la rabia—. Juro por el dios del sol que los mataré con mis propias manos.

Vuelve a rodar los ojos.

—No matarás a nadie —advierte cruzando los brazos—. Dudo que alguien sea lo suficientemente estúpido como para hacer daño o tocarlo.

El rey de Sefliglan se sienta de mala gana.

—No puedo creer que mi madre haya tenido la osadía de decirle esas cosas —entrelaza las manos y recuerda las lágrimas del albino—. De todas las cosas que ha hecho...

—Bueno, sabemos cómo es tu madre —dice sonriendo de medio lado—. Y no me extraña que haya pensando que habías formado un nudo —bebe más té—. Simplemente, debes aclararle que será más adelante.

—Naegi, no voy a formar un nudo con el príncipe.

Informa mirándolo con determinación y el mencionado inclina la cabeza hacia un lado al no entender.

— ¿Por qué? — Bebe otro sorbo—. Todos esperan eso.

—Naegi,... —aprieta sus manos al sentir, de nuevo, la culpa—,...es un niño. Suficiente daño le hice cuándo...

Suelta un suspiro de pesar y el silencio se hace presente en la oficina.

— ¿Te arrepientes, Izuru?

—No lo sé.

Responde en un leve susurro.

—Es mejor si no pienso en el tema—se pone de pie y camina hasta la gran ventana—. Así puedo dormir sin sentirme un abusador o violador —observa la radiante luna llena—. No quiero robarle más su inocencia, Naegi. El príncipe...él no se merece eso...no se lo merece.

—Entiendo, Izuru —los ojos de su mejor amigo lo miran con tristeza—. Pero, no es tu culpa. Tú no creaste esa ridícula tradición —duda en decir lo siguiente:—. Y aunque no te guste sabes que debes hacerlo.

 Our Kingdom © [KamuKoma/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora