29: Tarde de chocolate

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Nota.

El heredero de Sefliglan nota que el príncipe del reino sin nombre está distraído debido a que hace más de 10 minutos está que lee la misma página de un libro de flora y fauna, además el gris está apagado, no tiene aquel característico brillo cada vez que se adentra al mundo de la lectura.

—Komaeda —lo llama sin tener resultado—. Komaeda.

El mencionado regresa a la realidad tras escuchar el llamado del cachorro.

— ¿Komaeda, estás bien?

—Oh, lo siento, príncipe —sonríe para que no se preocupe—. Estoy bien.

—No mienta —dice con el ceño fruncido—. Te pasa algo, estás triste —los ojos del menor se abren ante una idea— ¿Acaso alguien le hizo daño? ¿Alguien fue malo contigo?

La mano derecha del omega acaricia los cabellos castaños por el tono amenazante del contrario y siente una punzada en el corazón al darse cuenta que es el mismo tono que usa el rey.

—No es nada de eso, príncipe —cierra el libro con delicadeza—. Es solo que estoy un poco ansioso por la fiesta de este fin de semana.

—Ah, sí —hace una mueca—. Esa fiesta.

— ¿No le agrada?

Se pone de pie para guardar los libros que han estado leyendo.

—No es que no me agrade. Al contrario, hay muchos dulces y puedo jugar con los demás príncipes, y princesas.

—Pero,...

—Pero, entre ellos está la princesa Mahiru.

Murmulla apretando los labios.

— ¿Se llevan mal, príncipe?

—No...bueno...a mí no me cae.

El mayor se percata que es una excelente oportunidad para conocer más al cachorro, su lado omega se emociona por aquello y le dice que puden continuar la conversación en la cocina, mientras comen un dulce; por supuesto que el príncipe acepta, es amante de los pasteles.

— ¡Teruteru! ¡Teruteru!

Chilla el heredero entrando a la cocina.

—Mi príncipe —dice el chef principal saludándolo con una reverencia— ¿Qué puedo hacer por usted?

—Chocolate. Quiero un pastel de chocolate —pide juntando las manos—. Por favor, ¿sí?

El beta levanta la mirada para encontrarse con la aprobación del príncipe del reino sin nombre.

—Por supuesto, mi príncipe —vuelve hacer una reverencia—. Enseguida.

—Komaeda, ¿tú, también, quieres un pastel de chocolate?

Pregunta girando sobre sus talones.

—Gracias, príncipe —acaricia los cabellos con suavidad—. Pero, prefiero solo una taza de té.

No tiene apetito, después de que el rey lo rechazó e insultó de la peor manera posible.

 Our Kingdom © [KamuKoma/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora